Así deberán adaptarse las ciudades a la conducción eléctrica que llega
La movilidad eléctrica llega, pero ¿están las ciudades preparadas para la revolución? ¿Dónde deberían ubicarse los puestos de recarga? Estas cuestiones tienen una respuesta.

La conversión híbrida y eléctrica no ha hecho más que comenzar. Es cierto que hay modelos como el Toyota Prius que llevan en nuestras ciudades desde hace 20 años, pero aún queda un largo recorrido por delante.
Los híbridos, al no tener que utilizar infraestructura externa para hacer funcionar sus baterías, sí que han sido un éxito en el mercado. Son más caros que los tradicionales, sí, pero cuentan con su nicho de mercado.
Los eléctricos puros y los llamados híbridos enchufables lo tienen más difícil. La idoneidad de disponer de un cargador más eficiente, el precio del mismo o la dificultad para instalarlo junto a la plaza de garaje, son algunos de sus inconvenientes.
El Plan Movea de este año sí que incentiva la instalación de estaciones privadas con subvenciones de hasta 15.000 euros dependiendo de la potencia, pero aún así, parte del coste repercute al propietario por lo que puede que al final no salgan los números para la compra de uno.
Los Estados deben implicarse en la causa de la transformación del parque automovilístico
Ahora bien, ¿y si nos ponemos en la piel de los Estados? Adaptar la infraestructura del mapa de carreteras y ciudades para instalar puntos de carga es muy complejo. ¿Cómo saber si el lugar escogido para disponer de estaciones de carga de baterías se amortizará en el menor tiempo posible?
Dado que las predicciones de venta no son un elemento fiable, es importante ver cuál ha sido la tendencia en España en el marco de la conducción eléctrica.
Cómo es el crecimiento de los vehículos alternativos en España
En base a los resultados que publica periódicamente ANFAC, los híbridos y eléctricos han crecido un 25,7% entre enero y junio respecto al mismo periodo del año pasado.
Este semestre parece mostrar una clara tendencia positiva en cuanto a la movilidad eléctrica. Aún así, tal y como argumenta el portal La Nueva España, este incremento está muy por debajo de otros países de la Unión Europea.
¿Es, quizás, el Plan Movea, escaso con las tecnologías 'limpias'? Teniendo en cuenta que se ha aprobado una ayuda de unos 14,26 millones, según Corriente Eléctrica, se puede pensar que se agotarían en poco tiempo si hubiese muchas ventas.
¿Por qué no incrementar el volumen de ayudas pese a que no afecte a tantos vehículos? Teniendo en cuenta que parte de las ayudas se devolverán en concepto de IRPF o IS, podría producirse una retroalimentación para cambiar el parque automovilístico actual.
Parte de las ayudas se devuelven al presentar las liquidaciones de impuestos
Sí, habría que incrementar las partidas presupuestarias, pero a la hora de liquidar los respectivos impuestos, se lograría captar parte de las subvenciones concedidas.
¿No te recuerda a lo que ha ocurrido con el Plan PIVE? Según informa El Confidencial, una gran cantidad de beneficiarios se han visto sorprendidos ante la necesidad de rendir cuentas ahora por la ayuda ofrecida por la Administración.
El futuro anticipa lo eléctrico, pero el Estado debe actuar en consecuencia
Los Planes anticontaminación de ciudades españolas como Madrid o Barcelona están relacionados con un descenso de la afluencia de los vehículos que más polución generan. Del mismo modo, mismas políticas están llevándose a cabo en otros países en aras de mejorar la calidad del aire.
Si del mismo modo se mejorase la infraestructura con puestos de recarga de baterías en lugares accesibles en el casco urbano, se incrementaría la compra de este tipo de vehículos.
Lo cierto es que se reduciría el coste sanitario por la reducción de las partículas contaminantes suspendidas en el aire, causantes de enfermedades respiratorias del modo que argumenta la Fundación Tórax. Entonces, ¿por qué no modificar la estructura para dar cabida a los vehículos eléctricos? Puede que haya que rediseñar el mapa para que la vía se adapte a esta tecnología.
En otros medios de transporte como la bicicleta, se han llevado a cabo adaptaciones en algunas ciudades para incentivar su utilización. Un buen ejemplo de ello es lo que está ocurriendo en Valencia, ciudad idónea para los ciclistas.

El anillo ciclista ha popularizado el uso de la bicicleta en la ciudad del Turia. Anell Ciclista
Esta comparativa sirve para explicar cómo una ciudad es capaz de adaptarse a los nuevos requerimientos de la sociedad. Si se ha realizado una inversión que gira sobre los 683.680 euros en dicho anillo ciclista, tal y como apunta El Diario, ¿por qué no podrían multiplicarse el número de estaciones para recargar los vehículos eléctricos?
La movilidad eléctrica ya se ha posicionado como la alternativa más fiable de cara a las próximas décadas. Acometer una inversión ahora puede provocar que los retornos de dicha apuesta se recuperen en un menor tiempo. Entonces, ¿por qué no realizar parte del desembolso ahora?
Lo que nos espera en las ciudades o, al menos, lo que debería ocurrir
Es obvio que pasar de la combustión interna a los motores eléctricos conllevará una modificación de nuestra forma de ver la movilidad. La instalación de postas con acceso a la red eléctrica pública y pago por consumo sería la idea más terrenal.
Algunas de las alternativas de carga requieren demasiada inversión en investigación
Sin embargo, se manejan alguna que otra hipótesis. Carreteras solares con capacidad para enviar la energía eléctrica a los coches desde el pavimento se antoja algo más futurista por lo que de momento, quedan relegadas a un segundo plano.
Dada la menor autonomía del vehículo eléctrico, podría esperarse que se potenciasen innovaciones relacionadas con una mejor gestión del tráfico. Ello daría lugar a ciclos de baterías más extensos y, por ende, un menor consumo de electricidad.