Audi RS Q E-Tron, el ejemplo clave de coche eléctrico con extensor de autonomía en el sector

¿Puede un coche eléctrico con extensor de autonomía ser un referente en la industria del automóvil? He aquí algunas de las claves de esta tecnología a través del Audi RS Q E-Tron.

Audi RS Q E-Tron, el ejemplo clave de coche eléctrico con extensor de autonomía en el sector
El Audi RS Q E-Tron puede ser un referente en cuanto a tecnología sostenible. Autonoción
Publicado en Motor

Desde hace años, el coche eléctrico se ha convertido en una de las soluciones más destacadas para reducir la contaminación en las grandes ciudades. La nula emisión de partículas contaminantes en el ámbito urbano hace que estemos ante una apuesta que puede ser un referente en los próximos años. Ahora bien, ¿qué otros cambios puede potenciar el uso de este tipo de tecnología frente a lo convencional? El descubrimiento de los extensores de autonomía pueden ser fundamentales.

Atendiendo a la realidad tecnológica de un motor de combustión interna, cabe destacar que nos encontramos ante una forma de movilidad muy ineficiente. La clave de ello nos lo muestra la pérdida de rendimiento que se produce durante todo el tiempo de combustión. La gran mayoría de la energía que se produce durante todo el proceso se convierte en calor, el cual no tiene ninguna repercusión en el desplazamiento. Un motor eléctrico es completamente lo contrario.

Esto nos lleva a pensar que el rendimiento de un coche eléctrico, en base a este procedimiento, es mucho más eficiente de una mecánica convencional. Dicho lo anterior, ¿qué ocurriría si un coche eléctrico funcionase con las bondades de una mecánica de estas características y las baterías fuesen cargadas por un propulsor tradicional de combustión interna? Esto es justo lo que propone el Audi RS Q E-Tron, el modelo que ha participado en el Dakar de la última edición.

Comúnmente denominado como coche eléctrico de autonomía extendida, ofrece todas las virtudes que ofrece un vehículo sin emisiones contaminantes frente a uno de convencional. La diferenciación principal radica en la utilización de un bloque de reducido tamaño para alimentar las baterías de ion litio. Esta nueva alternativa puede tener un gran potencial en el mercado. Como es lógico, la presencia de este vehículo singular en esta prueba no hará más que enfatizar su fiabilidad y liderazgo.

Veamos, por tanto, por qué nos encontramos ante una tecnología que puede ser fundamental para explicar el coche eléctrico en los próximos años, por qué su rendimiento casa con las virtudes de la transición ecológica y, por supuesto, hasta qué punto es necesaria la disposición de una estrategia que esté relacionada con el uso de alternativas para acelerar el cambio que se está produciendo en la actualidad.

Un vehículo capaz de hacer frente a todo tipo de adversidades

En múltiples ocasiones se ha achacado la idea de que esta tecnología eléctrica es, en cierto sentido, un tanto especial en términos de fiabilidad y, sobre todo, seguridad. Al fin y al cabo, la problemática siempre parece haber estado centrada en la falta de autonomía. El Audi RS Q E-Tron ha demostrado ser un referente en cuanto a las variables anteriores, habiendo de sumar las aptitudes todoterreno como un elemento diferencial adicional.

Hasta 3 unidades participaron en uno de los eventos de mayor dificultad en el ámbito del automovilismo. En toda la prueba, se lograron un total de 4 victorias de etapa, lo cual demuestra la valía de una tecnología de estas características en el mercado. Además, la propia autonomía no fue un problema, ya que hubo tandas que superaban los 900 kilómetros, distancia que todavía es muy difícil de conseguir en un coche eléctrico convencional. He aquí la clave de su potencial.

En relación con este modelo en particular, cada una de las unidades participantes contaba con un equipo de baterías de 52 kWh. La disposición de un motor turboalimentado de cuatro cilindros y 2 litros, no obstante, es el que se encargaba de mantener una carga suficiente en las baterías como para mantener el ritmo de carrera. De esta manera, cada uno de los motores presentes en los vehículos ejercía su función en el mejor de los casos. Gracias a ello, el rendimiento fue diferencial.

Una práctica con múltiples aplicaciones futuras en la movilidad convencional

El uso de esta práctica puede ofrecer grandes ventajas en el futuro. Por un lado, el usuario estará más proactivo a la compra de una tecnología de estas características al no depender en exceso de cargadores. Los fabricantes, por otro lado, tendrán mayores ingresos debido, principalmente, a la mayor exigencia que requiere una mecánica convencional en materia de combustión interna. Según se puede leer en el portal especializado InsideEV's, los beneficios son notables.

En este sentido, ¿merecería la pena optar por este tipo de tecnología? Ciertamente, existen soluciones de estas características en el mercado. Sin embargo, no es lo más estandarizado. Algunas empresas especializadas están ofreciendo la incorporación de motorizaciones de combustión interna adicionales con el fin de ayudar a la mecánica eléctrica para ofrecer un desempeño adicional. Pese a ello, es pronto para ver un gran despliegue en la industria.

Pongamos el ejemplo de Tesla. ¿Imaginas incorporar un motor de gasolina o diésel de pequeño cubicaje en el maletero de la parte de delante? Sin duda alguna, el vehículo tendría un mayor rango de uso. Ciertamente, Tesla nunca ofrecerá este tipo de soluciones debido, sobre todo, a la filosofía de la marca, pero no es nada descabellado que lo veamos en un futuro en otros fabricantes del sector.

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