El coche eléctrico podría popularizar un transporte sostenible colectivo
¿Y si el coche eléctrico sostenible tuviese como principal aliciente el hecho de compartirlo con los demás? ¿Y si solamente fuera eficiente si fuese público en el medio urbano?
Los coches eléctricos, en la actualidad, son más caros que los convencionales. La diferencia de precio puede verse rentabilizada en el medio y largo plazo, pero esto solamente ocurrirá si se utilizada, principalmente, en el medio urbano. Esto, como es lógico, nos presenta un nuevo dilema. ¿Será necesaria la disposición de vehículo propio en el futuro?
En la actualidad, pese a que una gran parte de los consumidores podría llegar a su destino gracias al transporte público, lo cierto es que muchos prefieren disponer de su propio medio de locomoción por ser más práctico y, sobre todo, más cómodo. Ahora bien, ¿ocurrirá esto también cuando se estandaricen las mecánicas eléctricas en la automoción?
Con la tecnología actual, se puede observar cómo los fabricantes no consiguen superar la cifra de los 400 kilómetros de autonomía por ciclo de carga. Esto, como es lógico, hace muy difícil su desarrollo en la industria. Algo parecido ocurre con los modos de carga. ¿Es práctica tener que esperar hasta 8 horas para disponer de menos de 300 kilómetros?
Este tipo de innovaciones que se necesitan todavía no llegan al transporte sostenible. Por este motivo, se hace muy difícil crear un mercado en el que el cliente pueda disponer de las mismas comodidades y hábitos que supone la tenencia de un modelo tradicional de combustión interna. Ante esta situación, toca plantearse otros escenarios relacionados con los desplazamientos en la ciudad.
¿Y si ha llegado el fin a la movilidad en el tradicional automóvil? ¿Y si hay que buscar otras fórmulas más lógicas en pleno siglo XXI? Es aquí cuando debe entrar en escena la solución presentada por Renault en el Salón de París. El EZ-GO plantea una movilidad compartida completamente autónoma que permite recorrer los desplazamientos por la ciudad.
El coche eléctrico podría llegar bajo otro concepto
En la actualidad, las principales marcas que producen coches eléctricos disponen de modelos configurados como si de uno tradicional se tratase. ¡Hasta Tesla produce berlinas y crossovers! El plan presentado por la firma francesa, propuesto a través de la alianza con Mitsubishi y Nissan, viene a determinar cómo la movilidad podría sufrir una serie de adaptaciones.
¿Y si el clásico autobús dejase su sitio a este tipo de vehículos? Al fin y al cabo, cuentan con un emplazamiento mejor distribuido que el anterior, además de contar con un diseño mucho más futurista. De hecho, al incorporar tecnología autónoma se podría reducir el coste para las arcas públicas. Este concepto podría dejar a un lado una buena parte de las críticas a la movilidad sostenible actuales.
La inclusión de un conjunto de baterías mucho más grande podría permitir su circulación durante centenares de kilómetros en la ciudad por cada ciclo de carga. Esto, como es lógico, plantea un modelo mucho más eficiente en términos de tráfico, sobre todo, en las principales ciudades del mundo.
De igual manera, permitiría a los consumidores no tener que disponer de coche propio, lo cual conllevaría las familias a disponer de más renta disponible para gastar en otro tipo de productos. Ahora bien, ¿cuál es su principal deficiencia? Sobre el papel, cualquier concepto de estas características suena apasionante, pero la conducción autónoma todavía no es madura.
Un concepto que no derivará en un futuro vehículo de producción
El coche eléctrico, si fuera por la información que se toma en cada Salón del Automóvil, podría pensarse que ya está estandarizado en la industria. ¡Nada más lejos que la realidad! ¿Por qué consigue llegar a los mercados? La combinación entre los diferentes motivos mencionados anteriormente y la inclusión de un precio superior hacen imposible su llegada absoluta.
Renault ha presentado el EZ-GO, una solución para la movilidad urbana del futuro. <a href="https://www.theverge.com" rel="nofollow" target="_BLANK">The Verge</a>
Observando los incentivos que genera el mercado tradicional, es muy posible que la transición ecológica todavía deba esperar unos años. Al fin y al cabo, el sector automotriz podría decirse que está bajo el síndrome del miope, es decir, continuar prescindiendo del futuro si se observa mercado actual.
La difícil reparación de los problemas que tiene ante si el coche eléctrico podría derivar en la producción de opciones muy interesantes bajo un concepto nuevo de medio de transporte. Como resultado, podría estimarse que este EZ-GO y propuestas similares podrían tener sentido si, por ejemplo, fuesen las Administraciones Públicas las que los adquiriesen y fomentasen su uso.
Parece difícil que esto vaya a resultar sencillo de producirse. De hecho, las mecánicas eléctricas tienen mucho potencial por delante. Quizás, simplemente, se deba dar un margen todavía mayor a las compañías del sector para seguir el paso de otras como Tesla, la principal y firme defensora de la movilidad sin emisiones contaminantes.