Cómo funciona un coche de hidrógeno

Los coches de hidrógenos son revolucionarios. Este es su funcionamiento.

Cómo funciona un coche de hidrógeno
Así es como funciona un coche de hidrógeno.
Publicado en Motor

Los coches de hidrógeno son ya una realidad, si bien todavía su implementación es muy baja. En España se comercializan 2 modelos, pero hay previsión de que para finales de 2022 esta cifra pueda subir a 6. En este artículo vamos a descubrir cómo funciona un motor de hidrógeno, por qué se trata de una tecnología revolucionaria y cuáles son sus posibilidades.

Así funciona un coche de hidrógeno

Los coches de hidrógeno son ya una realidad, aunque apenas hay circulando muchos por nuestras carreteras. En España se comercializan 2 modelos, pero hay previsión de que, para finales de 2022, esta cifra pueda subir a 6. En este artículo vamos a descubrir cómo funciona un motor de hidrógeno, por qué es un cambio de futuro en la movilidad sostenible.

Así es un coche de hidrógeno

El principio de funcionamiento de un motor de hidrógeno es muy simple. Antes de nada, conviene resaltar que el hidrógeno es el elemento más abundante del universo, siendo el gas más ligero que existe. De hecho, el 75 % de la materia visible del espacio está formada por hidrógeno. La tecnología lleva años desarrollando motores de hidrógeno y ya es posible adquirir vehículos que funcionan con este tipo de combustible.

Para comprender el funcionamiento de un motor de hidrógeno hay que diferenciar cuáles son sus partes. La primera es la denominada pila de combustible y que está en directa conexión con los depósitos de hidrógeno del vehículo. Este hidrógeno es impulsado desde los depósitos a la pila de combustible, y ahí reacciona con el oxígeno que el coche toma del exterior.

Mediante un sistema de celdas, con ánodos y en cátodos, se produce una reacción eléctrica que es la que es capaz de mover el coche. Toda la energía que el coche no utiliza, la va acumulando en una batería y podrá utilizarse en cualquier momento. Sabrás que la unión de dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno forman agua, y ese es el único «residuo» que genera un coche de hidrógeno. Su tubo de escape vierte agua totalmente limpia.

Los tanques de hidrógeno de los coches están situados en la parte posterior, o bien debajo de los asientos o en el maletero. Incluso ya se han desarrollado cartuchos de hidrógeno. Un coche de hidrógeno a plena carga es capaz de recorrer más de 660 km, una cifra que le proporciona una autonomía mayor que la del coche eléctrico. Muy similar a la que puede tener un automóvil de combustión, contando además con la ventaja de que solamente bastan 5 minutos para recargar completamente nitrógeno los tanques del coche.

La problemática de los coches de hidrógeno

Actualmente, el problema reside en que en toda España solamente hay 11 estaciones para poder recargar tu coche de hidrógeno. Son las conocidas como hidrolineras. Por otro lado, el hidrógeno es un gas extremadamente inflamable, sólo hay que ver cómo ardió el dirigible Hindenburg en 1937 al tocar una torre eléctrica.

En todo caso, tendrían que darse unas circunstancias muy rocambolescas para que la seguridad en un coche de hidrógeno se viese comprometida en caso de accidente. Aunque se trata de un gas inflamable, es muy volátil y podría disiparse con rapidez.

De momento, el reto está en encontrar la manera en la que esta tecnología pueda ser más accesible a todos. Ningún un coche de hidrógeno baja de los 65.000 €, la oferta es muy escasa y la red de estaciones de recarga muy pequeña. De momento, el coche no puede competir contra el eléctrico en cuanto a costes, ya que se han producido coches eléctricos de tipo utilitario que bajan los 10.000 €. Pero no cabe duda de que los coches de hidrógeno están llamados a ser una revolución, ya que sí que hablamos de un producto de cero emisiones. El panorama de aquí a unos años se presenta prometedor en todos los sentidos para el coche de hidrógeno.

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