Cuánto contamina un coche eléctrico y cuál es el límite permitido

El impacto ambiental es también un gran impedimento a la hora de fabricar coches eléctricos.

Cuánto contamina un coche eléctrico y cuál es el límite permitido
Fabricar un coche eléctrico es más contaminante para el medio ambiente. ¿Mito o realidad?
Publicado en Motor

El mercado actual del automóvil se encuentra en una fase de transición hacia un modelo más sostenible con el medio ambiente. A pesar de que los fabricantes han hecho grandes esfuerzos para minimizar el dióxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y las partículas de sus motores de combustión, todo parece apuntar a que en el futuro, nuestro parque automovilístico estará compuesto únicamente de vehículos que se muevan produciendo cero emisiones.

Los coches eléctricos han sido la primera gran solución ecológica para acabar con este problema medioambiental, aunque no son pocas las compañías que están trabajando en otras alternativas como la pila de hidrógeno o los combustibles sintéticos, que prometen que en 2026 serán capaces de mover nuestros automóviles actuales sin añadir más contaminantes a la atmósfera. En cualquier caso, hoy por hoy, los coches eléctricos se venden como vehículos que no producen emisiones. Si eres una persona curiosa, seguro que alguna vez te has preguntado cuánto de verdad hay en esta afirmación.

Coches eléctricos. ¿De verdad son 'Cero emisiones'?

bmw i5

BMW ha conseguido en tiempo récord toda una cartera de automóviles eléctricos

Los coches eléctricos que se comercializan en nuestro país llevan por defecto la etiqueta azul de la DGT, que significa '0 emisiones'. Este etiquetado es correcto, puesto que los coches eléctricos no tienen tubo de escape. Al no existir proceso de combustión, los automóviles a batería como un Renault Zoe o un Tesla Model 3 no emiten gases de efecto invernadero ni partículas nocivas a la atmósfera mientras están circulando.

Sin embargo, no podemos afirmar de forma rotunda que los automóviles eléctricos no causen estragos al medio ambiente. Durante la fabricación de estos vehículos, se emiten toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. La cosa no acaba ahí. La energía con la que se recargan estos coches rara vez es cien por cien renovable. Además, parte de la energía que se introduce en las baterías se disipa en forma de calor, pues, por eficiente que sean los diferentes tipos de motores eléctricos y las baterías, no podemos escapar a las leyes de la termodinámica.

Por tanto, la eficiencia de estas máquinas tampoco es la máxima, aunque están muy lejos de los vehículos de combustión en este aspecto, en los que la eficiencia no llega ni al 50%.

¿Cuál es el impacto ambiental de fabricar un coche eléctrico?

fabrica tesla

El proceso de fabricación es un coste fijo de polución medioambiental

Fabricar un vehículo eléctrico tiene un impacto ambiental significativo. La manufactura de estos coches tiene un mayor coste en términos de polución que los vehículos de combustión.

Aunque los coches eléctricos son más simples que los térmicos a nivel mecánico, el proceso de fabricación de baterías es bastante complejo. Los componentes empleados en las baterías, tales como el litio, el cobalto y el níquel, se obtienen mediante métodos que desprenden gases nocivos y requieren el uso de enormes volúmenes de agua. Además, la obtención de estos elementos puede provocar la polución a los ecosistemas cercanos y el deterioro del entorno ambiental. No obstante, las marcas tratan de evitar en la medida de lo posible su impacto sobre las zonas en las que instalan sus fábricas.

¿Cuánta agua se necesita para producir las baterías?

No es casualidad que las fábricas de baterías se emplacen cerca de ríos y otros depósitos de agua. Traduciendo a números, para fabricar baterías para unos 100 coches se necesita aproximadamente una tonelada de litio. Y, para procesar esa cantidad de litio, es necesario utilizar unos 2 millones de toneladas de agua.

Una de las zonas más famosas del planeta donde se puede encontrar esta materia prima es en el 'Triángulo del Litio', que está ubicada entre Bolivia, Chile y Argentina. En esta zona, se ha llegado a reportar una disminución bastante seria de los recursos hídricos.

¿Cuánto CO₂ se produce durante la fabricación de un coche eléctrico?

Porsche taycan bateria

Mientras que un Panamera emitiría CO₂ de forma constante con el uso, el Taycan tiene su pico de emisiones en el proceso de manufactura

Para calcular el impacto ambiental que causa un vehículo durante su vida útil, se contabiliza el impacto durante el proceso de fabricación y el coste posterior:

  • En lo que respecta a los coches con motor de combustión interna, se calcula que el 26% del CO₂ que emiten a la atmósfera durante toda su vida útil corresponde al propio proceso de manufactura.
  • Por otro lado, el impacto ambiental de los vehículos eléctricos en las fábricas sí es superior en este punto. El 46% de las emisiones de carbono de un vehículo eléctrico se originan en el proceso de fabricación. Para neutralizar las casi 4 millones de toneladas de CO₂ que se liberan durante la fabricación de un único coche eléctrico, habría que dar un uso bastante intensivo al automóvil durante el periodo de pleno rendimiento de las baterías, es decir, antes de los primeros 7 años.

Habrá conductores de coches eléctricos que jamás lleguen a hacer suficientes kilómetros como para compensar las emisiones de CO₂ que se liberaron al producir su unidad. Por tanto, el auténtico reto es conseguir que los usuarios que van a compensar con creces ese impacto sean los que adquieran un vehículo eléctrico. Un conductor que no vaya a hacer muchos kilómetros va a estar más en armonía con el medio ambiente, adquiriendo un coche de combustión en el mercado de ocasión —haciendo girar la rueda de lo que llamamos 'economía circular'—, o con la compra de un coche eléctrico de segunda mano.

Impacto de la minería de tierras raras

En el mercado actual podemos encontrar distintos tipos de motores eléctricos. Los motores síncronos de imanes permanentes, usados por muchos fabricantes, requieren utilizar minerales de tierras raras.

La minería de estos recursos es objeto de polémica. Para poder extraerlos, se contamina el agua de los alrededores con sustancias químicas, se liberan elementos radioactivos como el torio o el uranio, se emite mucho dióxido de carbono y se destruyen los paisajes. Además, estos minerales se encuentran mayoritariamente en China, donde no hay leyes tan estrictas como en occidente para la minería.

¿Qué fuente utilizamos para recargar las baterías?

central carbon

El coche eléctrico deja de tener sentido si se recarga con energía que no es verde

Otro gran debate alrededor de los coches eléctricos es el origen de la propia electricidad que introducimos en las baterías. Si alguna vez has ojeado la factura de la luz que te llega a casa, habrás podido ver cómo la comercializadora de turno desglosa los distintos orígenes de la electricidad que has consumido. En países como España, una buena parte de nuestro consumo proviene de fuentes renovables. El resto se obtiene principalmente de la quema de petróleo y de la energía nuclear.

Sin embargo, este patrón no se repite en todo el planeta. China, a pesar de que es país que está intentando liderar el mercado del automóvil eléctrico, tiene un serio problema en este escenario. El gigante asiático produce la mayor parte de su electricidad a base de quemar carbón, que es la forma más contaminante de producir electricidad. Los últimos datos oficiales sobre este tema son del año 2020, donde el 63% de la energía que consumió todo el país provino de este mineral fósil.

A menos que tengamos placas solares en casa y las usemos para cargar nuestro automóvil eléctrico, no tendremos mucho control sobre el origen de la energía que utilizaremos. Esto es sin duda uno de los grandes retos del automóvil eléctrico. Si recargamos las baterías con energía que no es verde, lo único que estaremos haciendo es deslocalizar las emisiones. Contaminaremos, pero lejos de los centros urbanos.

¿Cuánto CO₂ emite un eléctrico de forma indirecta?

Calcularlo de forma exacta es una tarea prácticamente imposible, puesto que las eléctricas toman la energía de unas fuentes u otras en función de la producción y la demanda.

En cualquier caso, según los datos de los que disponemos, que son del año 2021, generar 1 kWh de energía eléctrica en España implica emitir a la atmósfera 138 gramos de dióxido de carbono. Existe otro dato algo más pesimista, que es el de Green NCAP. Según esta organización, la producción de 1 kWh en nuestro país emitiría unos 154 gramos de CO₂.

Haciendo cálculos, con un vehículo con una batería estándar de unos 60 kWh, se emitirían unas 6,3 toneladas de CO₂ durante el tiempo de uso de un coche eléctrico. Esa cantidad tendría que sumarse a las emisiones producidas durante la fabricación del mismo. Si comparamos en un gráfico las emisiones de un vehículo de combustión frente a un eléctrico equivalente, veremos claramente cómo se diferencian.

green ncap golf vs id3

Comparativa de dos vehículos del mismo segmento y fabricante en relación al CO₂. Fuente: Green NCAP

En este gráfico hemos comparado, con ayuda de la calculadora de Green NCAP, las emisiones de un Volkswagen Golf 1.5 TSI frente a un Volkwswagen ID.3 Pro de 58 kWh. La producción del ID.3 emite más CO₂, pero las emisiones se estabilizan durante su vida útil. El Golf de gasolina, por otra parte, tiene una gráfica con una pendiente con mayor inclinación. La conclusión es obvia: el coche eléctrico compensa las emisiones de CO₂ de su fabricación y uso. No obstante, que sea una solución más o menos ecológica depende fundamentalmente del kilometraje. Cuantos más kilómetros hagamos al año, mayor será la brecha de emisiones entre el coche de gasolina y el eléctrico.

¿Cuánto es el máximo de emisiones permitidas para un coche eléctrico?

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En España, los vehículos «Cero Emisiones» se catalogan dentro de la etiqueta cero de la DGT

Sobre el papel, la única limitación que tienen los fabricantes de coches para poder comercializar sus vehículos eléctricos es la normativa EURO, que es más o menos restrictiva en función de si va dirigida a turismos o vehículos comerciales.

El EURO 6 actual pone límites a los vehículos en función del monóxido de carbono, dióxido de carbono, partículas y óxidos de nitrógeno. Las limitaciones en turismos según este reglamento es de 95 gramos de CO₂ por kilómetro, por lo que cualquier EV cumple sobradamente con esta limitación en nuestro país.

Esta normativa se utiliza también para clasificar con la pegatina ambiental a los vehículos eléctricos. Para que un coche eléctrico pueda lucir el adhesivo azul, se exige que su batería permita una autonomía mínima de 40 kilómetros. Por ese motivo, también hay vehículos híbridos enchufables y con pila de hidrógeno que tienen derecho a llevar la 'etiqueta CERO'.

El peso de la batería: un palo en la rueda

Hemos hablado de dióxido de carbono y de consumo de agua, pero hay un problema que afecta a la eficiencia de los coches eléctricos y que podríamos afirmar que es imposible de solucionar. La batería de un coche eléctrico promedio suele pesar alrededor de 300 a 600 kilogramos. Esto hace que los EV sean vehículos significativamente más pesados que sus alternativas de combustión.

Seguramente te estés preguntando dónde está el problema. Pues bien, el peso de la propia batería afecta a la propia autonomía y eficiencia del vehículo. Y no queda ahí la cosa. Llevaremos ese peso siempre, tengamos o no autonomía, siendo este es uno de los talones de Aquiles de la electrificación.

¿Se pueden reciclar las baterías de los coches eléctricos?

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Aunque reciclar las baterías es difícil, están apareciendo proyectos para dar una nueva utilidad a las celdas de litio

Otro gran problema al que deben enfrentarse los fabricantes de automóviles es el reciclado de las propias baterías. Una vez terminada la vida útil de un coche, será necesario realizar un proceso para reciclar la batería.

Deshacerse de un coche eléctrico no es tan fácil como con los modelos de combustión. No podemos apilar unos encima de otros en un desguace. Las baterías son bastante delicadas, e incluso pueden llegar a explotar.

Todos los fabricantes de coches eléctricos están trabajando de una forma u otra en este punto. Sin embargo, si nos ceñimos al momento actual, el reciclado de baterías de litio es un proceso caro, poco eficiente y bastante lento. Los materiales valiosos como el cobalto son los únicos que actualmente valen la pena reciclar, dejando otros como el litio, el manganeso y el níquel que pueden no ser económicamente reciclables o que requieren procesamiento adicional que aumenta el coste.

Además, para poder reutilizar estos elementos, hay que emplear temperaturas muy altas o utilizar ácidos, que generan emisiones de gases contaminantes y nuevos residuos. A esto se suma el propio transporte de las baterías hacia las plantas de reciclado. El impacto ambiental del transporte no es muy significativo, pero sí el coste de hacerlo, lo que hace que proceso sea poco atractivo.

¿Reciclar baterías? Mejor darles una nueva vida

La alternativa al reciclado es la reutilización —sí, volvemos a hablar de economía circular—. Las baterías de litio se degradan con el uso y pierden capacidad de carga. Pero eso no significa que se vuelvan totalmente inútiles. En los últimos años, han surgido numerosas empresas que son capaces de desensamblar baterías, calificar las celdas y empaquetarlas de nuevo en productos que son perfectamente válidos, como sistemas de almacenamiento de energía para hogares.

En Europa tenemos casos como el de Enel, que trabaja con Nissan en su proyecto Second Life. Se trata de una iniciativa pionera que se ha establecido en Melilla, y que utiliza baterías usadas del Nissan Leaf para almacenar energía excedente de una planta de Endesa.

Al otro lado del charco existen empresas como ReJoule y RePurpose Energy, ambas con sede en California. La primera se dedica a calificar y catalogar baterías para usos alternativos, mientras que la segunda utiliza baterías usadas de coches para crear contenedores de almacenamiento de energía para empresas y hogares.

Entonces, ¿son ecológicos los coches eléctricos?

La conclusión a la que podemos llegar con los vehículos eléctricos es que emiten menos dióxido de carbono (indirecto) durante su uso. De media, y volviendo a los datos de Green NCAP, un coche de gasolina emite a lo largo de su vida unas 50 toneladas de CO₂. Con el mismo número de kilómetros, un eléctrico emite aproximadamente la mitad.

Disparidad de cifras y conclusiones

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Haciendo cálculos con kilometrajes más bajos, los eléctricos no salen tan a cuenta en términos de emisiones

Todo fabricante u organización medioambientalista va a organizar los datos para barrer hacia casa. Los datos que presenta Green NCAP en su web nos hacen pensar que el eléctrico es la solución que buscamos. Sin embargo, si variamos los datos que salen por defecto en su calculadora e introducimos consumos más realistas, llegaremos a una sencilla conclusión: ni los coches eléctricos son perfectos, ni los vehículos de combustión son tan contaminantes como nos quieren hacer creer.

En el lado de los fabricantes, existen también opiniones dispares. Según datos de Volvo, es necesario recorrer 200.000 kilómetros con un EV para compensar las emisiones y que sea más ecológico que un coche de gasolina. Sin embargo, hay otras estimaciones de otras marcas que apuntan a cifras más bajas. Los procesos que utiliza cada fabricante son distintos, de ahí que haya discrepancia en las cifras.

En cualquier caso, el balance final que sacamos de todo esto es positivo para el coche eléctrico. No obstante, la industria tendrá que enfrentarse a los distintos problemas que hemos ido desglosando en este artículo. Mientras tanto, los fabricantes siguen investigando otras alternativas ecológicas para que la transición de nuestro modelo de transporte sea suave y sostenible.

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