¿Merece la pena cambiar los inyectores del coche? Cuando sí debes hacerlo y cuando no
¿Es necesario sustituir los inyectores del coche, o es mejor esperar a que fallen?

Cuando un automóvil alcanza cierta edad, el precio del mismo se reduce drásticamente, al mismo tiempo que el coste de los mantenimientos se dispara. Llegados a un punto, es bastante habitual sentarse delante de una calculadora y hacer números para determinar si nos sale rentable reparar, o si, directamente, es mejor adquirir un coche nuevo.
Uno de los mantenimientos que te pueden plantear esa duda es el de los inyectores. Cuando fallan de forma inesperada, pueden dejarte tirado. Por si fuera poco, reemplazarlos es una operación bastante cara. A lo largo de estas líneas vamos a explicar cómo deberías afrontar un problema de este tipo. ¿Es posible adelantarse al fallo de los inyectores? ¿Merece la pena cambiarlos o es mejor hacer un mantenimiento preventivo?
- ¿Qué función hacen los inyectores?
- ¿Qué mantenimiento tienen los inyectores?
- Síntomas de unos inyectores en mal estado
- ¿Cuándo es recomendable cambiar los inyectores?
- ¿Merece la pena cambiar los inyectores de un vehículo?
¿Qué función hacen los inyectores?

El inyector es una pieza fundamental en los motores de combustión modernos
Los inyectores son un componente esencial en los motores de combustión. Son unas electroválvulas que pueden abrirse y cerrarse para suministrar el carburante a la cámara de combustión o al conducto de admisión. Lo hacen pulverizando el combustible dentro de los cilindros.
Los inyectores se encuentran sobre los cilindros, en la culata del bloque motor. Su apertura y cierre está controlada por la electrónica del vehículo, es decir, por la Unidad de Control de Motor (ECU). Gracias a toda la información recogida por los sensores que tiene el vehículo, la ECU puede determinar fácilmente cuánto combustible debe pasar a la cámara de combustión en función de las necesidades momentáneas de la conducción.
¿Tienen todos los coches de combustión inyectores?
Desde que dejamos atrás la carburación, tanto motores de gasolina como diésel utilizan inyectores para pulverizar el combustible en el interior de las cámaras de combustión.
La inyección es un sistema mucho más eficiente que la carburación, y permite ser controlada electrónicamente. Ambos motivos tuvieron suficiente peso como para que dicha tecnología comenzara a ser reemplazada a partir de la década de 1980.
¿Qué mantenimiento tienen los inyectores?

Siendo un componente caro de sustituir, lo ideal es mantener los inyectores, no sustituirlos
El libro de mantenimiento de cada vehículo suele especificar los intervalos de mantenimiento de los inyectores. La mayoría de los fabricantes no te van a recomendar un plazo concreto para que los sustituyas. No obstante, sí pueden determinar una cifra de kilómetros en los que se supone que se debería hacer una limpieza de los inyectores para seguir garantizando su buen funcionamiento.
Por norma general, los inyectores se deben revisar de manera preventiva cada 50.000 o 100.000 kilómetros. Alternativamente, también se pueden comprobar cada 5 o 10 años. Además, si el vehículo es diésel, se recomienda ser más insistente con este mantenimiento, pues los vehículos con este tipo de motores tienden a fallar mucho más por culpa de este componente.
Para tener siempre los inyectores en buen estado, lo ideal es hacer mantenimientos preventivos y hacer limpiezas con ayuda de un profesional:
- Evitar circular con el depósito en reserva: hacer esto es clave para no minimizar la vida de los inyectores de forma temprana. Conducir con el depósito en reserva puede provocar que se acumulen impurezas en los inyectores, ya que el combustible del fondo del depósito suele contener más residuos.
- Limpieza con aditivos: otro método preventivo es usar aditivos específicos para la limpieza de los inyectores. Estos productos se añaden directamente al depósito de combustible. Sirven para eliminar las impurezas y los depósitos de residuos que se acumulan en los inyectores.
- Limpieza con ultrasonidos: es un mantenimiento que nos tienen que hacer en taller, aunque cuesta bastante menos dinero que sustituir el propio componente. Este método se hace sumergiendo los inyectores en una solución específica y aplicando ultrasonidos. Las ondas consiguen desprender la suciedad, haciendo que los inyectores vuelvan a funcionar como el primer día.
Síntomas de unos inyectores en mal estado

Echar humo negro por el escape es un síntoma típico de un fallo en los inyectores
Determinar que un inyector está en mal estado no es especialmente sencillo, aunque este componente suele tener una serie de síntomas muy variados que te listamos a continuación:
Pérdida de potencia del motor
Uno de los síntomas más comunes de unos inyectores defectuosos o en mal estado es una pérdida de potencia del motor, es decir, que el coche no acelera bien. Esto se debe a que los inyectores no están pulverizando el combustible de manera eficiente en la cámara de combustión. Como resultado, la mezcla aire-combustible no es la correcta y el motor no puede generar toda la potencia que debería.
En el peor de los casos, el motor puede apagarse en plena marcha, al no recibir en la cámara de combustión suficiente carburante como para poder producir la energía necesaria.
Ralentí inestable y tirones durante la marcha
Cuando los inyectores no están haciendo bien su trabajo, el vehículo suele tener un comportamiento extraño a ralentí. Las revoluciones pueden moverse de forma errática o estar demasiado bajas. De hecho, al reducir la velocidad o pararnos en un semáforo, es posible que el coche se apague por completo.
Por otro lado, también es posible experimentar tirones durante la conducción, fruto de que el motor no está recibiendo la cantidad correcta de combustible para hacer su trabajo.
Problemas para arrancar en frío
Como a la cámara de combustión no llega la proporción correcta de aire y combustible, un síntoma bastante común que refleja problemas con los inyectores es cuando el vehículo tiene problemas serios para arrancar en frío.
Sonido metálico que proviene del motor
Este es uno de los casos más graves de esta lista. Cuando escuchamos ruidos metálicos que vienen del propio motor, lo que está ocurriendo es que lo que se conoce como «picado de biela». Sin entrar en detalles técnicos, lo que está ocurriendo es que el motor ha perdido el compás en el que se mueven todos los cilindros para no interferir entre ellos.
Si te ocurre esto, lo más sensato que puedes hacer es detener el coche y llamar a una grúa. De lo contrario, te expones a experimentar una avería grave, como un motor gripado, una rotura del cigüeñal, entre muchas otras cosas.
Humo negro
También es muy habitual que un vehículo con los inyectores en mal estado emita humo negro y denso por el tubo de escape. Se produce por la mala combustión, es decir, una combustión ineficiente. No obstante, no es el único motivo por el que un coche puede expulsar humo de este color.
Consumo excesivo de combustible
Si un inyector defectuoso se queda abierto, dejará pasar mucho más combustible de lo normal. Lo notarás porque el depósito durará menos de lo habitual. Este es también el motivo por el que aparece el humo negro del que hablábamos en el párrafo anterior.
¿Cuándo es recomendable cambiar los inyectores?

Por norma general, los inyectores solo se cambian tras el fallo
Hay muchas discrepancias entre mecánicos sobre el tema del cambio de inyectores. Algunos te dirán que es mejor hacer una sustitución preventiva cada 100.000 kilómetros, mientras que la mayoría son defensores de que no hay que cambiarlos hasta que fallen. Eso sí, el mantenimiento vuelve a ser la clave para garantizar la durabilidad de estos componentes.
Donde sí que suelen coincidir casi todos los profesionales es en que no merece la pena sustituir un solo inyector. Si tu vehículo tiene cuatro inyectores y todos ellos se instalaron al mismo tiempo, no tiene demasiado sentido cambiar únicamente el que está defectuoso. Al fin y al cabo, como todos tienen la misma edad, es cuestión de poco tiempo que el resto vaya fallando también.
Por ese motivo, si tienes un problema con los inyectores de tu vehículo y tu mecánico te propone hacer una sustitución completa, nuestra recomendación es que le hagas caso. No es que quiera engordar la factura, sino que, probablemente, te esté ahorrando dinero y algún que otro disgusto.
¿Merece la pena cambiar los inyectores de un vehículo?

Los inyectores de los coches diésel son mucho más grandes, por eso son más caros de sustituir
Si tus inyectores no han fallado hasta ahora, lo ideal es seguir haciendo mantenimientos regulares. Si prefieres curarte en salud, puedes cambiarlos cuando todavía funcionen bien. No obstante, esto solo suele ser rentable para conductores profesionales y personas que dependen completamente de sus vehículos.
Por otro lado, el mantenimiento y cambio de los inyectores es equivalente al de muchos otros componentes de los vehículos de combustión. Sustituir cuatro inyectores en un coche diésel puede costarnos fácilmente más de 2.000 euros, y aproximadamente la mitad en vehículos de gasolina. En muchos casos, esta reparación va a superar el precio del vehículo, por lo que conviene hacer cálculos para determinar si le queda suficiente vida útil al coche como para poder amortizar el paso por el taller.
En cualquier caso, lo que no te recomendamos en absoluto es que circules con unos inyectores en mal estado. La posibilidad de que el motor se apague en marcha implica asumir un riesgo muy alto e innecesario.