Qué es la junta de la culata en un coche y cómo funciona

¿Qué parte del motor es la famosa junta de la culata? Te explicamos todos los entresijos de este componente del motor de combustión.

Qué es la junta de la culata en un coche y cómo funciona
La junta de la culata tiene un papel protagonista en todo motor de combustión
Publicado en Motor

¿Has pensado alguna vez lo que ocurre dentro del propulsor de tu coche cuando haces algo tan sencillo como pisar el acelerador? Tras ese humilde gesto, en el interior del motor se produce una encarnizada lucha entre cilindros que se comprimen, y una mezcla de combustible y aire que trata de escapar de esa horrible atracción de feria.

Para que todo el sistema funcione como es debido, el motor tiene que ser completamente estanco. Los gases de la combustión tienen que salir exclusivamente por el escape. Y ese es precisamente el rol que cumple la junta de la culata; una pequeña lámina que une las dos principales partes del bloque motor y que impide a los gases salir del sistema por la puerta de atrás.

De todas las averías que podemos tener en un automóvil de combustión, sin duda, las relacionadas con la junta de la culata están en el ranking de las peores. Tendremos que invertir una cuantiosa suma de dinero para poder repararla. Si te interesa conocer todos los detalles de este elemento, así como aprender sobre su funcionamiento y mantenimiento, quédate con nosotros leyendo este artículo en el que vamos a analizar en profundidad la famosa junta de la culata.

¿Qué es la junta de la culata?

junta culata acero

La junta está fabricada en materiales flexibles para soportar la dilatación y las presiones

La junta de la culata es un componente fundamental que se encuentra en el bloque de los vehículos con motor de combustión. Forma la unión entre el bloque de cilindros y la culata del motor. Cuando la junta de la culata está en buen estado, las cámaras de combustión son estancas. Además, los líquidos que trabajan en el motor permanecen separados, que es como deben estar siempre.

Esta parte del motor también ha ido evolucionando con los años. En los vehículos más antiguos, la junta de la culata estaba normalmente hecha en asbesto, es decir, amianto. A partir del año 2002, se prohibió la fabricación de productos en este material debido a su toxicidad. Por tanto, los ingenieros del automóvil tuvieron que diseñar las juntas en otros materiales. En la actualidad, casi siempre se utiliza multilaminar de acero inoxidable. Ambos materiales tienen en común que son flexibles y tienen una grandísima resistencia al calor.

¿Cómo funciona la junta de la culata?

reemplazar junta culata

Al ser un elemento clave del motor, reemplazar la junta es sinónimo de tener que pagar bastante por una reparación

La función que desempeña la junta de la culata en el motor de combustión interna es bastante simple. La junta permite que el motor sea estanco. Forma una barrera física que impide que aceite y refrigerante se mezclen, lo que sería fatal para el propulsor.

Al mismo tiempo, la junta evita que los gases de la combustión se fuguen entre el bloque y la culata. De no existir este sello, se perdería la compresión, o, lo que es lo mismo, la propia potencia del motor.

Visto así, puede parecer que la junta de la culata es un componente sencillo. Sin embargo, el funcionamiento de todo el bloque depende de este elemento. La junta de la culata debe soportar las altas presiones que se forman dentro de los cilindros, así como las altísimas temperaturas que se generan en la combustión, de hasta 2.000 °C. Como añadido, el material debe poder dilatarse y contraerse por la temperatura sin perder el sellado, al mismo tiempo que no debería corroerse por el contacto con los distintos líquidos del propulsor. Este es uno de los principales motivos por los que hay que utilizar el refrigerante correcto en el motor del coche.

¿Qué mantenimiento tiene la junta de la culata?

Qué es la junta de la culata en un coche y cómo funciona

Para mantener la junta en buen estado, es importante hacer los mantenimientos en los tiempos establecidos por el fabricante

Sustituir la junta de la culata es una operación que cuesta mucho dinero, pues requiere una cantidad considerable de horas de mano de obra. La parte positiva de todo esto es que, si hacemos correctamente los mantenimientos del vehículo y no tenemos un propulsor con fallos de fábrica, lo normal es que nunca tengas que pasar por el taller para hacer una reparación de este tipo.

Si te preocupa quedarte sin coche una temporada por culpa de un problema relacionado con la junta de la culata, debes seguir religiosamente estos mantenimientos:

  • Cambio de refrigerante: para que el motor pueda refrigerarse correctamente, debes utilizar siempre el refrigerante específico y no usar agua del grifo. Tampoco deberías mezclar anticongelantes de distintas especificaciones. Purga el circuito y rellena siempre con el líquido que recomiende tu fabricante en el momento actual.
  • Cambio de aceite: cada motor tiene sus intervalos de mantenimiento para el aceite. No lo dejes. El aceite de motor se degrada con el uso, aumentando su espesor e impidiendo la buena lubricación del propulsor. Si no se sustituye a tiempo, corres el riesgo de que se sobrecaliente el bloque, poniendo en jaque a la junta de la culata, que tendrá que lidiar con un exceso de temperatura.
  • Verificar niveles de líquidos: además de cambiar los fluidos cuando toca, también hay que echar un ojo de vez en cuando a los niveles de líquido.
    • Nivel del anticongelante: lo consultaremos mirando el depósito del refrigerante. Hazlo cuando el coche esté en reposo, pues te puedes quemar al retirar la tapa con los vapores.
    • Nivel del aceite: se mide en caliente utilizando la varilla.
  • Detener el vehículo ante cualquier sobrecalentamiento: todos los coches tienen una aguja que mide la temperatura del líquido refrigerante. Si la temperatura sube por encima del nivel recomendado (normalmente es 90 °C), deberías parar el vehículo. Una avería relativamente simple, como es una fuga en el radiador, puede ocasionar otra mucho más compleja, como lo es la rotura de la junta de la culata.

Síntomas de una avería de junta de la culata

mecanica coche diesel

Ante el primer indicio de fallo de la junta de la culata, deberías remolcar el coche hasta un taller

Si has llegado hasta aquí porque tienes dudas sobre si tu coche tiene una avería de este tipo, aquí te dejamos una lista con los principales indicios que indican un fallo relacionado con la junta de la culata:

Pérdida de potencia

Cuando la junta de la culata deja de sellar el motor, la mezcla de aire y combustible no consigue alcanzar la presión correcta mientras se comprimen. Por tanto, al producirse la explosión, el impacto que reciben los pistones es mucho menor.

Aunque nosotros como conductores no podemos ver esto, sí que lo vamos a notar a la hora de pisar a fondo el pedal del acelerador para, por ejemplo, efectuar un adelantamiento. Perderemos notablemente la capacidad de aceleración e incluso puede que sea la causa por la que coche dé tirones. Además, la pérdida de prestaciones será progresiva; cuanto más se agrave la avería, peor funcionará el propulsor.

Alto consumo de combustible

Este punto va en línea con el anterior. Cuando la centralita del coche detecta que el motor no rinde como debería, trata de inyectar más combustible para suplir esa carencia de prestaciones. Esto es también contraproducente para la propia avería. Además de dejarnos un dineral en gasolina, se producirán temperaturas más altas en los cilindros, lo que puede agravar incluso más la avería.

Burbujas en el refrigerante

Cuando la fuga se produce de forma inversa, los gases de la combustión pueden acabar en el circuito de la refrigeración. Esto puede detectarse fácilmente por la aparición de burbujas en el vaso de expansión, como cuando agitas una botella de Coca-Cola.

Esto también es peligroso, pues, además de mermar la capacidad de refrigeración del sistema, también puede provocar otras averías derivadas del aumento de la presión en el circuito.

Golpeteo metálico en el motor

También muy grave. Los golpeteos se producen en los motores cuando la combustión se produce de forma errática, alterando el orden de los cuatro tiempos del propulsor.

Cuando la junta de la culata está en mal estado, la fuga de gases y el exceso de temperatura pueden llegar a alterar el ciclo del propio motor. En un coche de gasolina, se puede llegar a producir este autoencendido antes de que llegue la chispa de la bujía. Por otro lado, en los automóviles diésel, la presión de los propios gases, sumado a la temperatura, son suficientes para encender la mezcla.

Si esto te ocurre, lo mejor es apartarse a un lugar seguro y apagar el motor. De no hacerlo, corres el riesgo de gripar el bloque o incluso destrozar el cigüeñal debido a la pérdida del compás que deberían tener los pistones.

Sobrecalentamiento y humo por el escape

Tubo de escape

Solo con el color del humo, ya es posible diagnosticar problemas en vehículos de combustión

Tal y como ya hemos indicado en puntos anteriores, el sobrecalentamiento es un indicio claro de que algo puede no estar funcionando correctamente en el motor.

Por otro lado, un automóvil que está en buen estado no debe expulsar humo visible por el escape. Si sale humo blanco o azul, puede ser también un síntoma de que se está quemando aceite o refrigerante en la combustión. Este es, además, uno de los fallos graves que más suelen detectarse en las ITV.

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