Renting vs leasing: en qué se diferencian y cuál te interesa más
El Renting y el Leasing son nuevas formas de disfrutar de un vehículo nuevo, pero son casi modelos contrapuestos

Comprar un vehículo es un momento especial, aunque como todo en esta vida el proceso ha cambiado mucho desde hace 20 años. Incluso si se apuesta por un modelo de compra que se pueda considerar convencional, el acceso a la información que existe hoy en día nos permite acudir al concesionario con una idea clara sobre la marca y modelo de vehículo que vamos a adquirir, de la motorización que debe tener o incluso del nivel de equipamiento por el que se va a optar, con los extras que se puedan añadir al mismo.
Sin embargo, esta evolución también ha derivado en la creación de nuevos formas o modelos de negocio a la hora de tener un nuevo coche. Si bien se puede seguir comprando un vehículo pagando el mismo al contado o a plazos a través de un sistema de financiación, cada vez son más los clientes que deciden disfrutar de un coche nuevo a partir de fórmulas como el renting o el leasing. Dos opciones completamente diferentes que permiten el uso y disfrute de un coche nuevo, pero que no se deben confundir.
- Qué es el renting
- Qué es el leasing
- Diferencias entre el renting y el leasing
- Qué me interesa más: ¿Renting o leasing?
- No válido para coches de segunda mano
Qué es el renting
El renting de un vehículo es un alquiler a largo plazo del mismo que incluye todos los servicios que implica su uso. Si bien no tiene nada que ver, la mejor manera de recordar que significa la palabra renting es pensar en la renta del alquiler. Y es que en el fondo el renting no es más que un sistema de arrendamiento que permite disfrutar de un vehículo nuevo a cambio de una cuota mensual que incluye, por ejemplo, los gastos derivados de su uso como pueden ser el seguro o el mantenimiento del coche.
El plazo máximo de renting de un vehículo es de cinco años, aunque puede ser inferior. A la finalización de este plazo, en el que se pagará mes a mes una cuota de alquiler por el coche, sólo hay dos opciones. La primera es devolver el vehículo a la empresa rentadora, dando por finalizada la relación comercial. La segunda posibilidad es prorrogar el contrato para seguir disfrutando del mismo vehículo, algo que no suele ser común por la edad del automóvil. En ningún caso existe la opción de que el cliente acceda a la propiedad del vehículo.

Es importante tener claro qué es el Renting y qué es el Leasing, ya que no tienen nada que ver
Qué es el leasing
Por su parte, el leasing es un alquiler con derecho a compra a la finalización del mismo. En este caso, la compañía de Leasing, normalmente el fabricante del vehículo, cede el uso del coche al cliente a cambio del pago de una renta mensual. Al término del plazo previamente establecido en el contrato, el arrendatario o cliente tiene la opción de comprar el coche pagando un cierto precio por el mismo, conocido como valor residual. También puede devolverlo para poner fin a la relación comercial, prorrogar el contrato o incluso, si así lo contempla el contrato, cambiar su vehículo por uno nuevo.
Los contratos de Leasing suelen tienen una duración mínima de dos años y aunque no existe un límite máximo, las marcas suelen fijarlo en seis años para que el valor residual del vehículo en caso de devolución no sea excesivamente bajo. En esta modalidad de arrendamiento no están incluidos los gastos derivados del uso como puede ser el seguro o el mantenimiento del vehículo. Cabe remarcar por último que el Leasing es una forma de financiación diseñada en su origen para empresas y autónomos.
Ventajas del leasing
El Leasing no deja de ser un sistema de financiación, con la diferencia que no conlleva una gran cuota inicial como un modelo de financiación estándar. Además ofrece distintas opciones a la finalización del contrato. En este punto, quizá la primera cuestión o ventaja a tener en cuenta es que la compañía de Leasing es quien ostenta la propiedad del vehículo, pero la titularidad es para el cliente. No así en el renting donde la titularidad y la propiedad del coche siempre es de la empresa. Esto es una cuestión que además conlleva ventajas fiscales en el caso del Leasing.
Al constituir un modelo de financiación, el Leasing está sujeto a deducciones fiscales en el caso de empresas y profesionales autónomos. En concreto, esta modalidad de contrato comercial permite deducir fiscalmente las amortizaciones y los pagos de las cuotas bajo el concepto de intereses de deudas. Además, en términos operativos, un Leasing ofrece una mayor libertad ya que la duración del contrato es menor, pero puede estar sujeto a prórroga si así lo deseamos, ya sea para disfrutar del mismo vehículo o incluso de uno nuevo.

Cada vez son más los clientes que optan por el Renting o el Leasing para cambiar su viejo vehículo por uno nuevo
Diferencias entre el renting y el leasing
A partir de todo lo dicho, se pueden dibujar una serie de diferencias claras entre el Renting y el Leasing. Para empezar, el Renting es un modelo de arrendamiento, mientras que el Leasing es un sistema de financiación, por mucho que en términos prácticos el uso y disfrute del vehículo no sea muy distinto. La cuota mensual del Renting suele ser más alta que la del Leasing, pero sí que es cierto que incluye los gastos de seguro, mantenimiento o impuestos, mientras que en el Leasing estos gastos los debe asumir el cliente de manera particular.
La duración de un contrato de Renting es de máximo 5 años por ley, mientras que el Leasing se regula por un contrato mínimo de 2 años, sin un máximo establecido a nivel normativo, si bien suele ser de 6 años. Más allá de las mayores ventajas fiscales del Leasing, el principal factor diferencial son las opciones al final de cada uno de los contratos. En el Renting sólo se puede devolver el coche o prorrogar el contrato, sin acceder en ningún caso a la propiedad del coche, en el Leasing se puede comprar el coche por el valor residual al cierre del contrato, devolver el vehículo, prorrogar el contrato o cambiar incluso el automóvil por uno nuevo.
Qué me interesa más: ¿Renting o leasing?
Al final es una cuestión que depende de cada caso, de si actuamos como particulares, como autónomos o como propietarios de una empresa. Las deducciones fiscales y condiciones del Renting y Leasing son tan distintas que es difícil hacer una comparación directa, entre otras cosas porque la resolución del contrato es muy diferente. Y aquí es donde reside quizá el punto clave, si al final del contrato queremos tener la opción de tener la propiedad del coche o no está entre nuestras prioridades.
En este sentido, si nos da igual obtener la titularidad del vehículo, la 'finalidad' del Renting y del Leasing se acercan. Al final son dos métodos de pagar una mensualidad a cambio de tener un coche, siendo el punto clave en este caso la duración del contrato. El Renting suele fijar contratos más largos, mientras que el Leasing se regula a partir de contratos de una duración menor, lo que da mayor margen de maniobra a la hora de poner punto final a la relación comercial del Leasing y valorar las opciones que abre el Leasing como es renovar el contrato a cambio de recibir otro vehículo nuevo.

Pese a la naturaleza distinta del Renting y el Leasing, ambas fórmulas están enfocadas a vehículos nuevos
No válido para coches de segunda mano
Hay que tener claro que tanto el Renting como el Leasing están destinados a vehículos nuevos, por lo que no son métodos de arrendamiento o financiación para adquirir coches de segunda mano. Con todo, una u otra fórmula pueden ser una buena solución para conductores nóveles que quieran tener un primer coche nuevo sin el esfuerzo económico que supone adquirir el vehículo, ya no tanto en lo económico como a la hora de tener los avales necesarios para poder asumir la operación.
Además, en el caso del Leasing, es una fórmula que se ajusta muy bien a conductores jóvenes que pueden disfrutar de un vehículo durante un periodo de tiempo para luego apostar por un coche de otro segmento superior si sus demandas aumentan al formar una familia. También es una fórmula que se ajusta bastante bien a aquellos conductores que van a estar en un país extranjero durante un determinado periodo de tiempo y no quieren o pueden trasladar un coche desde su país de origen.