El propietario de un Tesla Model S hace explotarlo con dinamita debido al coste de la batería

Este propietario de un Tesla Model S decidió hacer volar su coche por los aires. ¿Cuáles fueron los motivos que había detrás?

El propietario de un Tesla Model S hace explotarlo con dinamita debido al coste de la batería
El Tesla Model S es uno de los coches eléctricos más destacados del mercado. Electrek

Tesla es uno de los fabricantes del mercado más destacados. Hace unos años, lo era en el segmento de las opciones puramente eléctricas, pero teniendo en cuenta el increíble crecimiento que ha experimentado esta tecnología, se puede decir que ya es una de las marcas más interesantes desde el punto de vista comercial. Como es lógico, el Model 3 y el Model Y son sus principales referentes.

Aun así, al hablar de Tesla hay un modelo que tiene, todavía, un mayor protagonismo. El Model S es, sin duda alguna, su principal valedor. El buque insignia de Tesla ayuda a explicar el crecimiento de esta peculiar empresa. El buen hacer de este modelo ha catapultado a la empresa, pero lo cierto es que no todo son buenas noticias. Una de las más destacadas está directamente relacionada con la fiabilidad.

Tesla, desde sus inicios, viene ofreciendo una garantía de 8 años en lo que se refiere al conjunto de las baterías. Ante cualquier problema de pérdida de batería notable, el fabricante suele hacerse cargo del coste de la sustitución de las celdas. Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre una vez ha pasado dicho plazo? Algunas de las unidades que se vendieron en aquellos años están comenzando a tener problemas de autonomía.

Un caso muy peculiar ha sido el de Tuomas Katainen, un propietario de una unidad de primera generación del Model S. Este usuario, tras una larga aventura con la berlina de representación, decidió acudir a Tesla para poder solucionar los problemas de la batería. El presupuesto de la avería contaba la suma de un total de 22.000 dólares. Llegados a este punto, se planteó otra cuestión al creer que había amortizado su rendimiento.

Veamos, por tanto, cómo acabó esta peculiar historia, cómo trazó el plan para acabar haciendo explotar su unidad y, sobre todo, hasta qué punto es conveniente la realización de este tipo de acciones. ¿Se actuó de forma correcta? Obviamente, es un caso aislado, pero no es recomendable dar fin a un vehículo que te ha acompañado durante años por discrepancias hacia la marca.

La política de Tesla que no gustó a Tuomas Katainen

Todos sabemos que el conjunto de baterías es el principal componente de un coche eléctrico. Sería, de hecho, el homólogo al motor de un vehículo de combustión interna. Ahora bien, ¿tendría un motor convencional un precio de unos 22.000 dólares? Lo más probable es pensar que no. Y he aquí el principal motivo por el que Tuomas Katainen decidió cambiar de idea y no solucionar los problemas de la batería de su unidad.

Tal y como se puede apreciar en las imágenes, el plan consistió, básicamente, en hacer volar en mil pedazos un vehículo cuyo valor de mercado había caído en picado debido al coste de sustitución de la batería. Ahora bien, ¿cómo consiguió de forma sencilla los materiales y el sistema de ignición? Contó con la colaboración de Pommijätkät, un conocido youtuber que está especializado en todo lo relacionado con explosiones.

Gracias a ello, se pudo llevar a cabo este trabajo con la ayuda de elementos de seguridad diferenciales, entre los cuales cabe destacar la presencia de una mampara de cristal especializada ante los impactos de bala. Como se puede comprobar, no quedó rastro alguno del vehículo, habiéndose desintegrado tras la explosión. Es, sin duda, una de las imágenes más increíbles para acabar el año.

Otras alternativas que le hubiesen integrado parte del coste

Este vecino finlandés no contempló ninguna de las otras opciones que tenia encima de la mesa. Por un lado, podría haber buscado unidades de desguace para comprar un bloque de baterías de segunda mano. Por el otro, podría haber intentado la venta del modelo advirtiendo de los defectos y averías presentes. Teniendo en cuenta el sistema de actualizaciones que ofrece Tesla, es posible que tuviese mercado esta unidad.

Sea como fuere, lo cierto es que esta unidad en particular terminó sus días convirtiéndose en pequeños trozos de metal que salieron despedidos a centenares de metros. El propietario en cuestión no valoró el resto de opciones, decisión no muy favorable en lo que se refiere a opción realista. Aun así, quizás prefería aprovechar el tirón del canal de Pommijätkät para recordar para siempre esta aventura.

Lo más probable es que contase con un ciclo de kilometraje lo suficientemente amplio como para pensar que ya estaba totalmente amortizado. Y tú, ¿hubieses hecho algo parecido si el coste de la batería superase el valor de reventa del vehículo?

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