Un estudio apunta que los Teslas tienen el doble de accidentes. La explicación es mucho más compleja de lo que parece

Se podría decir que Tesla es referente sobre innovación y sostenibilidad, además de una de las marcas de moda en la industria automotriz. Y no sería mentir, como tampoco que los usuarios que conducen un Tesla tienen más probabilidades de estar involucrados en un accidente fatal que los conductores de otras marcas. Este dato estadístico basado en cifras de siniestralidad en Estados Unidos ha generado un gran debate sobre las causas detrás de esta realidad. Si bien no hay una sola razón que sustente esta situación, hay diversas y complejas teorías que intenta explicar este fenómeno.

La primera causa señala al propio marketing de Tesla. Desde sus inicios, la marca de Elon Musk ha promocionado sus vehículos a partir de la velocidad y la sensación de poder que ofrecen. Esto, combinado con que son coches eléctricos en los que la entrega de potencia es inmediata, ha podido fomentar entre los dueños de un Tesla una serie de hábitos de conducción que son más agresivos y peligrosos de lo normal. Además, el propio perfil demográfico de los usuarios de Tesla lo valida, ya que los hombres jóvenes son más propensos a ser irresponsables al volante.

El factor humano, por un exceso de confianza en el sistema Autopilot, es una de las principales causas de estos datos de siniestralidad

Con todo, los conductores no pueden ser los únicos causantes. Y aquí es donde entran tanto el diseño como los problemas técnicos de los Tesla. En Alemania, por ejemplo, los vehículos Tesla tienen una alta tasa de fallos en las inspecciones técnicas, principalmente debido a problemas en los sistemas de suspensión y frenos. Además, el diseño estructural de los coches de Tesla, con materiales como vidrio y componentes moldeados, puede influir en cómo los vehículos responden a impactos múltiples en accidentes reales, muy distintos a los test de choque controlados.

En este mismo sentido, también hay que señalar el propio diseño del habitáculo de los vehículos de Tesla, con la eliminación de controles físicos a cambio de usar pantallas táctiles. Aunque se trata de una apuesta innovadora, potencia las distracciones. Una cuestión que va de la mano del exceso de confianza generalizado por la presencia del sistema de conducción asistida de Tesla (Autopilot). Los sistemas avanzados de asistencia al conductor pueden dar a los conductores una falsa sensación de seguridad y provocar distracciones voluntarias que pueden derivar en accidentes.

Cuestiones de diseño y fabricación, así como fallos mecánicos, también repercuten en la alta siniestralidad de los Tesla

Todo lo dicho se mezcla con, según algunos expertos, la falta de educación y capacitación de algunos conductores de vehículos de Tesla. Al final, son coches eléctricos de altas prestaciones y usuarios nuevos o inexpertos pueden no estar preparados para manejar la potencia y las características avanzadas del vehículo, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Además, estos conductores no cuentan con una cultura y responsabilidad a la hora de ponerse al volante como para corregir esta situación o no llevar a cabo prácticas de una excesiva confianza en la tecnología del propio vehículo, léase el Autopilot.

Por todo lo expuesto, el alto índice de siniestralidad de los vehículos de Tesla radica de una mezcla entre factores humanos como el exceso de confianza y las distracciones a cuestiones técnicas de fabricación y diseño de los coches de la firma americana. Para los conductores, la clave es recordar que, independientemente de la tecnología, la seguridad en la carretera depende de ellos. Reducir la velocidad, evitar distracciones y comprender las limitaciones tanto del vehículo como de la tecnología es esencial. Tesla también puede abordar estos problemas mediante mejoras en el diseño de sus coches y a través de la promoción de una cultura de conducción responsable.