Revelado el secreto del cuadro de 1860 donde aparece un teléfono móvil: ¿es el artista un viajero en el tiempo?

La visión sesgada de nuestra realidad nos hace observar fenómenos que únicamente existen en nuestra imaginación.

Revelado el secreto del cuadro de 1860 donde aparece un teléfono móvil: ¿es el artista un viajero en el tiempo?
Este es el cuadro 'La Esperada', que ha desatado una polémica fácil de resolver.
Publicado en Móviles

Como si de una película de ciencia ficción de Netflix se tratase, existen algunas obras de arte que nos ofrecen curiosidades por descubrir, siglos después de que hayan sido pintadas y todo porque intentamos encontrar locas teorías de la conspiración donde no las hay. ¿Será un smartphone lo que la muchacha del cuadro tiene entre las manos?

Un teléfono móvil en el siglo XIX, ¿es posible?

Su nombre es 'La Esperada' y estamos ante una obra, la puedes ver completa en el tuit que te dejamos bajo estas líneas, que fue pintada en 1860 por Ferdinand Georg Waldmüller, de origen austríaco. Si te fijas detenidamente en la chica que parece caminar distraída por lo que se trae entre manos, descubrirás que podríamos compararla a cualquier persona que hoy en día cruza aceras y calles de nuestras ciudades absortas en sus terminales móviles. Sin embargo, ¿esto es posible?

Mucho se ha debatido en torno a esta mujer, que no se espera que uno de sus pretendientes la espere a un lado del camino con una rosa en la mano, pero tal y como cuentan los compañeros del medio digital Vice y como asegura Gerald Weinpolter, director de una agencia de arte digital:

La chica del cuadro de Waldmüller no está jugando con su iPhone X, sino que ha salido de misa y sostiene en sus manos un libro de rezos.

Y es que no es nada extraño que la observación de obras de arte lleve a distintas personas a obtener conclusiones completamente diferentes y mucho más cuando estamos en pleno auge de la tecnología móvil. Desde nuestro punto de vista, tener un objeto entre las manos e ir caminando mientras lo miramos, solamente puede significar que uno va ensimismado con alguna red social o app de mensajería, cuando la realidad es que hablamos de un comportamiento habitual en cualquier momento de la historia.

Cambia un teléfono móvil por un libro y verás como un cuadro que podría ser completamente misterioso, acaba por desvelarse como una anécdota que ha creado una gran cantidad de artículos en páginas web y teorías de la conspiración en distintas redes sociales. Un pequeño brillo en su cara, un objeto desconocido y ya tienes debate infundado para entretener a las masas. Bienvenido a la era del egocentrismo digital.

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