Así funcionan los nuevos peajes en España: sin cabinas, barerras ni necesidad de reducir la velocidad
Free Flow, así es la denominación de los nuevos peajes que están por llegar a lo largo de los próximos años.

En pleno debate sobre el pago por peaje que se pretende instalar en autovías de toda España, acabamos de comprobar cómo se pretende instaurar una nueva forma de cobrar sin necesidad de que haya el contacto físico con una tarjeta de crédito o dinero en efectivo de por medio. Se trata de una forma mucho más sencilla que pretende agilizar el cobro del servicio por parte de las Administraciones Públicas. Se trata de un método que, además, permitiría una gestión de la recaudación mucho más rápida y transparente.
El nuevo sistema de peaje se realizaría aprovechando la disposición de información sobre el vehículo y, por supuesto, sin necesidad de acoplar receptores para no tener la necesidad de parar y esperar a que se levante la barrera. Se trata de un servicio muy sencillo de aplicar que, sin embargo, requeriría la disposición de una determinada adopción tecnológica por parte de los usuarios. Esto obligaría a un registro obligatorio de los vehículos a través de una herramienta digital. Es un proyecto que, por tanto, presenta aún unas dudas.
Pese a ello, cabe precisar que el primer proyecto piloto ya está en marcha en un tramo de 15 kilómetros en Guipúzcoa. Copiando el modelo presente en otros países como Reino Unido o Noruega, se trata de un novedoso sistema que se valdría de una serie de cámaras colocadas en lugares estratégicos, así como la incorporación de información personal de los vehículos en una base de datos y un sistema basado en inteligencia artificial. He aquí algunas de las claves que definen esta curiosa alternativa para agilizar el pago por el servicio de transporte.
Unas carreteras de pago cuya gestión estaría completamente automatizada
Estamos ante una alternativa que no requeriría la instalación de infraestructura ni personal para la gestión del pago. Todo se haría de forma automatizada al momento y sin la posibilidad de crear retenciones en el tráfico. Se trata, por tanto, de una alternativa que parece tener únicamente aspectos positivos, tanto para los usuarios como para la Administración. Aun así, todo parece indicar que el principal problema estará relacionado con la agregación de los datos a una plataforma específicamente creada para ello. La DGT, aun así, ya dispone de recursos para ello.
Esta modalidad de peaje se denomina Free Flow y tiene como objetivo aprovechar las ventajas que se han detallado anteriormente. Aun así, es importante destacar que tiene como principal problema la adaptación tecnológica que se precisa por parte de la población. Es importante tener en cuenta que, independientemente de la edad del usuario, es preciso que todos los vehículos que circulen por un determinado lugar con este tipo de peaje deberán estar previamente registrados. ¿Imaginas a una persona de unos 80 años con un terminal convencional queriendo circular por aquí?
Se espera, por otro lado, que la introducción de este tipo de medidas pueda reducir, en cierta manera, el coste de los peajes. Al fin y al cabo, el principal concepto de coste, el laboral, se reduce notablemente al requerirse una menor cantidad de personal en cada uno de los accesos y salidas. ¿Cuándo estarán operativos estos Free Flow en las carreteras españolas? Se espera que su introducción sea progresiva a lo largo de los próximos años.