EEUU experimenta con un dron que se carga a través de láser
El ejército de Estados Unidos parece que puede vencer a una de las mayores debilidades de esta tecnología.

Si alguna vez has utilizado, o visto cómo funciona, uno de estos inventos voladores, ya sabrás de sus virtudes y sus defectos. Entre los últimos se encuentra la escasa duración de su batería y, por tanto, del vuelo sostenido en el tiempo. Ahora, el ejército de Estados Unidos investiga la manera de corregir esta situación.
Láser como método de carga
Sí, has leído bien. Si hasta la fecha había que hacer aterrizar el dron para poder cargarlo, a partir de que la investigación tenga éxito, los drones militares podrán ser cargados, de manera inalámbrica, a través de haces de láser, tal y como nos explican los compañeros del medio digital New Scientist. La clave está en la utilización de células fotovoltaicas, de la misma manera que funcionan unos pequeños robots de los que os hablamos en su momento en uno de nuestros artículos.
La conversión de luz a energía es la clave del proceso
El punto más importante para que el sistema de carga sin cables funcione es conseguir la precisión necesaria para que el láser acierte en la célula fotovoltaica. Dicha célula, al recibir el impacto láser, convertirá esa luz en energía eléctrica para seguir impulsando los mecanismos del dron. Según la información que hemos podido recopilar del medio de comunicación digital Futurism, el ejército de Estados Unidos estima que serán 500 metros la distancia máxima desde la cual se podría disparar dicho láser.
Un pequeño inconveniente
Imagino que conocerás las múltiples posibilidades de la luz láser, entre las cuales destaca el calor. Toda aquella luz que no es transformada en energía se convierte en calor, con el potencial peligro que esto supondría para la integridad del dron militar.

La luz láser puede provocar altas temperaturas. Videoblocks
En un par de años, la tecnología podría estar perfectamente implantada
De todas maneras, el sector militar asume que este problema será atajado y estima, dejando margen para los errores, que será en el año 2020 cuando esta tecnología se una, en las alturas, a sus máquinas voladoras y permita que éstas vigilen desde los cielos al potencial enemigo.