Elon Musk amenaza con denunciar a estas empresas por no comprar anuncios en X: la táctica ha dado resultados inesperados
La red social ha presionado a grandes marcas con amenazas judiciales para que vuelvan a anunciarse en su plataforma

La estrategia para recuperar anunciantes en X, la antigua Twitter y que ahora está bajo el mandato del siempre volátil Elon Musk, ha pasado de las suscripciones y las herramientas de inteligencia artificial a algo mucho más agresivo: la amenaza de demandas judiciales. Y parece que, al menos seis grandes compañías, entre ellas Verizon, Ralph Lauren, Pinterest, Lego y Unilever, han sido presionadas con litigios si no volvían a invertir en la red social. En algunos casos, la táctica funcionó.
La ofensiva legal con la que Musk quiere resucitar X
Por lo que sabemos, Elon Musk y Linda Yaccarino, CEO de X, iniciaron esta ofensiva tras constatar que los métodos tradicionales no bastaban para recuperar el negocio perdido. Desde la compra de Twitter por casi 40.000 millones de euros en 2022, la plataforma perdió alrededor de 2.000 millones en ingresos publicitarios. Las grandes marcas huyeron preocupadas por los nuevos estándares de moderación de contenido, mucho más permisivos.
Lo que vino después fue una campaña de presión sin precedentes. Según fuentes cercanas a las negociaciones, en información publicada en The Wall Street Journal, X amenazó con acciones legales a empresas que habían dejado de anunciarse, acusándolas de colusión y boicot publicitario, lo que podría violar las leyes antimonopolio de Estados Unidos. Verizon, por ejemplo, accedió a gastar al menos 10 millones de dólares en 2024 tras recibir una amenaza legal directa. En otros casos, como el de Pinterest o Lego, la negativa a ceder llevó a su inclusión directa en la demanda.
La denuncia fue presentada por X en agosto de 2024 y apunta a la World Federation of Advertisers y a varias empresas del sector, a las que acusa de conspirar para castigar económicamente a la plataforma. Según parece, el detonante de esta denuncia fue la participación de estas firmas una alianza conocida como GARM y que habría sido creada para garantizar entornos seguros para las marcas en internet.
Elon Musk y sus aliados políticos consideraron a GARM un órgano censor, con lo que la alianza fue desmantelada poco después del inicio del litigio. Mientras tanto, X ha utilizado su propio historial de proveedores como arma negociadora. Amazon, por ejemplo, recibió presión para volver a invertir en publicidad mientras mantenía facturas impagadas de su servicio de almacenamiento en la nube. Incluso las grandes agencias publicitarias han recibido citaciones judiciales solicitando correos internos sobre sus decisiones respecto a X.
Aunque algunos acuerdos se han concretado, muchas empresas siguen sin tenerlas todas consigo. Algunas han exigido garantías de que no serán demandadas, aunque X ha dicho que no puede prometerlo. A pesar del incremento reciente en ingresos y de los acuerdos para mostrar contenidos deportivos de la NFL o la NBA, la sombra de la intimidación legal planea sobre X. Y es que parece que Elon Musk ha empleado una táctica de desgaste para evitar la fuga de capital de la red social que le permite gritar al mundo sus hazañas empresariales y tecnológicas.
