La huella digital: cómo proteger tu actividad en Internet
Te contamos todo lo que debes saber sobre la huella digital en Internet y cómo protegerse

Uno de los conceptos que más se han popularizado en los últimos años, debido al crecimiento en el uso de páginas web y sitios de Internet, es el de la huella digital o sombra digital. Y es que, por el mero hecho de entrar a un sitio web o hacer uso de una aplicación móvil, ya se está dando información relevante sobre los gustos y preferencias. Si, además, se realiza alguna acción, como un inicio de sesión o un comentario, la cantidad de información se incrementa.
Todos los datos similares se agrupan para elaborar lo que viene a ser conocido como un perfil comercial del usuario, algo que permite a las grandes empresas del big data conocer mejor a las personas y utilizar sus datos con el fin de ofrecer productos o publicidad personalizada. No obstante, en otros casos, puede usarse también para que otras personas, como empleadores o profesores, descubran cómo son otras personas, por lo que, en muchas ocasiones, conviene tener cuidado con la información que es proporcionada.
Huella digital en Internet: ¿qué es?
Tal y como comentábamos, la huella digital en Internet o Cyber Shadow se refiere al conjunto de datos, actividades e información que se recopila de un usuario concreto como resultado de navegar por Internet. Por norma general, se aplica a los usuarios de sitios web, si bien es verdad que también puede aplicarse a determinadas empresas o instituciones.

Al navegar en Internet, se va ampliando poco a poco la huella digital
Y es que, por el simple hecho de realizar una petición de tipo HTTP o HTTPS, que son las que se utilizan de forma habitual al navegar, sin el uso de un servicio VPN por encima, como Surfshark, ya se están enviando datos, como la dirección IP, el navegador, la resolución de la pantalla o el sistema operativo utilizado. A partir de estos datos puede ya conocerse, por ejemplo, la ubicación aproximada del usuario. Y, por medio de elementos adicionales que muchos sitios web suelen colocar, tales como códigos JavaScript de analítica o cookies, es posible conocer una gran cantidad de información al tener la posibilidad de ver cómo se interactúa con el sitio.
No obstante, este seguimiento puede ser completado por datos que el usuario decida proporcionar. Por ejemplo, una persona puede optar por iniciar sesión en el sitio web o registrarse, aportando información como su correo electrónico, un nombre de usuario o su nombre real, según el sitio web que se utilice, o bien, simplemente dejar, un comentario o escribir en un foro.
Esto revela información sobre la forma de pensar o los gustos y preferencias de la persona, siendo información que se puede combinar para establecer un perfil de dicho usuario al ser accesible por cualquier persona desde Internet, lo que conlleva ciertos riesgos, teniendo en cuenta que todo deja un rastro en línea. Y es que, a modo de ejemplo, un empleador puede realizar diversas búsquedas en línea y, a partir de ellas, conocer la forma de actuar o de pensar de la persona en cuestión por los contenidos que ha volcado, lo que podría ser peligroso.
¿Cómo se deja rastro en Internet?
Lo más frecuente es que una persona deje rastro sin ser consciente de ello. Este proceso es conocido como la recopilación pasiva de la huella, en el que el usuario simplemente visita sus sitios web favoritos, realiza búsquedas o instala aplicaciones determinadas y, por su patrón de comportamiento, es ya posible recoger una gran cantidad de datos. Y es que, teniendo información como el dispositivo que se está usando, la ubicación y los gustos, ya existen algoritmos que pueden revelar factores como la edad, el género o los intereses. Y, cruzando todo, es posible incluso identificar a la persona que está detrás.

El dispositivo utilizado o los patrones de navegación ya contribuyen a la huella digital de Internet
No obstante, también existe la recopilación activa de la huella digital, en la que el usuario sí que es consciente de estar volcando datos e información personal a la hora de hacerlo. Esto sucede habitualmente con las redes sociales, los comentarios y los foros en línea, donde una persona determinada vierte sus opiniones de forma pública.
A diferencia de la recolecta pasiva, que normalmente es accesible únicamente por la empresa que la realiza y sus correspondientes socios, en el caso de la información aportada de forma activa sí que es posible que cualquier usuario acceda a los datos por medio de algunas búsquedas a partir de, por ejemplo, el nombre de usuario que se utiliza. Esto es algo más peligroso, pues en el ámbito académico existe personal que puede realizar búsquedas para conocer la forma de pensar o detectar plagios, al igual que los empleadores de ciertas empresas o, incluso, firmas a la hora de conseguir nuevos clientes.
Evita o reduce tu huella digital en la red
Tal y como comentábamos, por norma general, resulta interesante reducir, en la medida de lo posible, la huella digital en la red. Al existir diferentes tipos de recolecta de datos según lo descrito anteriormente, es particularmente interesante tratar de evitar dejar rastro para reducir la exposición de datos.
No proporciones información personal salvo que sea necesario
De cara a la recolecta de información activa, es buena idea reducir la información que se cuelga en Internet. Para ello, salvo que lo consideres necesario o interesante por algún motivo en particular, es buena idea que procures no dar datos personales innecesarios a sitios web. Esta información puede acabar siendo expuesta en partes visibles de los sitios, o bien ser objeto de filtraciones de datos, perjudicando negativamente a tu privacidad.
En caso de que quieras registrarte en algún sitio web por algo concreto, una buena práctica que permite reducir la huella digital pasa por utilizar información falsa. En este sentido, herramientas como Alt ID de Surfshark resultan de especial interés. Y es que, tal y como vimos en el análisis completo de Surfshark, se trata de un servicio que te permite generar perfiles alternativos para registrarte, incluyendo nombres, direcciones físicas, fechas de nacimiento e, incluso, correos electrónicos que podrás habilitar o deshabilitar a demanda. Haciendo uso de esta información, no será posible vincular los perfiles con tu identidad personal.
Utiliza un servicio VPN para navegar por Internet
Al acceder de forma directa a Internet, estás exponiendo detalles interesantes sobre tu conexión por medio de la dirección IP. Esto incluye datos del proveedor de red, la ubicación aproximada y, además, como la resolución la realiza el ISP, puede analizar y vender tus datos si así lo permites. Para evitar esto, es muy recomendable hacer uso de un servicio VPN de pago, lo que tiene interesantes ventajas de cara a la privacidad y la seguridad. Eso sí, no es muy buena idea utilizar cualquier proveedor, pues, por ejemplo, los gratuitos a menudo cuentan con brechas de seguridad, venden la información o están más limitados.

El uso de un servicio VPN como Surfshark es de gran ayuda para proteger la actividad en Internet
En este sentido, es buena idea hacer uso de soluciones como NordVPN o Surfshark, que garantizan la seguridad de la información, protegen frente a posibles amenazas y que son considerados algunos de los mejores servicios VPN baratos disponibles en la actualidad. Ambas cuentan con miles de servidores repartidos en todo el mundo entre los que elegir, y ayudan a proteger la privacidad con multitud de herramientas adicionales.
De hecho, en el caso de Surfshark, destaca por ofrecer compatibilidad con prácticamente cualquier dispositivo o sistema operativo, al igual que por contar con herramientas adicionales de protección, tales como un antivirus, limpiador de rastreadores y cookies, avisos de filtraciones de datos o, incluso, un buscador privado, siendo la mejor herramienta para limitar la huella digital.
Evita las redes Wi-Fi públicas y los sitios web no seguros
Otro aspecto a tener en cuenta son los peligros de las redes Wi-Fi públicas y abiertas, que no ofrecen la seguridad ni las garantías de privacidad necesarias al no poder ni tan siquiera demostrar si la red pertenece al local al que detalla. Esto complica de forma considerable el acceder de forma segura a ciertos sitios, por lo que es importante revisar la configuración.
Del mismo modo, también es interesante evitar las conexiones que no sean del tipo HTTPS, que son las que se envían de forma cifrada. De no hacerse uso de las mismas, es posible que cualquier tercer persona intercepte la conexión y que, por tanto, se filtre la información, afectando negativamente a tu huella digital.
Una buena alternativa si necesitas acceder a redes abiertas o conexiones no seguras es hacer uso de un buen servicio VPN intermediario, como NordVPN o Surfshark. Todas las conexiones de red pasarán por los servidores de dichos servicios antes de llegar al final de forma encriptada, asegurando, por tanto, un correcto origen y destino para los paquetes y su seguridad.

Una buena herramienta VPN puede ser de gran utilidad para el día a día y para reducir la huella digital
Revisa la configuración de privacidad y posibles filtraciones de datos
Otro aspecto a revisar son las configuraciones de privacidad y cesión de datos. Es interesante, cada cierto tiempo, confirmar que los permisos otorgados en diferentes cuentas de usuario son los correctos y que no se otorgan más de los necesarios, especialmente aquellos relacionados con la elaboración de perfiles comerciales o la venta de datos a entidades de terceros.
Del mismo modo, es interesante, por ejemplo, comprobar si tu correo electrónico o contraseña se han filtrado y aparecen en la deep web para actuar lo antes posible. En este sentido, otra opción muy cómoda es hacer uso del servicio Alert de Surfshark, que básicamente permite registrar direcciones de email, números de teléfono, tarjetas bancarias y más datos para buscar en filtraciones y recibir notificaciones para que puedas actuar antes de que sea demasiado tarde.
Si los datos han sido filtrados, la marca en la huella digital puede ser alta, si bien es verdad que en muchas ocasiones no suele ser información demasiado relevante. En cualquier caso, es importante monitorizar posibles cambios para poder controlar la información expuesta en Internet y evitar que haya datos innecesarios para los servicios que se proporcionan.