China acaba de diseñar una estructura a prueba de bombas nucleares: así es como se logra evitar la letal onda expansiva

Una estructura creada con un metamaterial especial es capaz de convertir el impacto de la detonación nuclear en un golpe mucho más suave

China acaba de diseñar una estructura a prueba de bombas nucleares: así es como se logra evitar la letal onda expansiva
Este es el aspecto que podría tener la isla flotante de China, capaz de resistir ondas nucleares
Publicado en Tecnología

China ha puesto en marcha la construcción de una plataforma científica que desafía a todo lo que conocemos, tanto por su escala como por su propósito. Se trata de una gigantesca isla flotante de 78.000 toneladas que puede desplazarse, operar de forma autónoma durante meses y resistir incluso la onda expansiva de una explosión nuclear. Y este es un proyecto real, no una idea fantasiosa, que podría estar plenamente operativo en el año 2028.

Una isla que resiste explosiones nucleares

El proyecto, apodado Instalación Flotante de Investigación en el Mar Profundo para Residencia en Todo Tipo de Clima, nace tras una década de planificación. Estamos ante lo que podría denominarse como un centro científico a gran escala y, además, ante la primera isla móvil de larga estancia del planeta. Cuenta con una capacidad para 238 personas, que pueden vivir allí durante 120 días sin reabastecimientos, y con un desplazamiento comparable a un portaaviones.

Su arquitectura, aunque no existen demasiadas imágenes donde podamos constatar su aspecto, es similar a la de los buques gemelos de investigación, ya que cuenta con dos cascos paralelos que permiten operar en mares con olas de hasta 9 metros, siendo capaz de soportar tifones de categoría 17. Aun así, su rasgo más especial no es la resistencia al oleaje, sino a algo mucho más destructivo: una onda expansiva nuclear.

Sabemos, según la información publicada en el medio South China Morning Post, que esta isla contará con salas críticas de energía, comunicaciones y navegación, es decir, tendrá espacios esenciales para que todo siga funcionando incluso en situaciones extremas. Y aquí es donde entra en juego la verdadera innovación.

Tradicionalmente, proteger una estructura frente a una explosión exige crear capas masivas de acero, que no solo son pesadas y voluminosas, sino que restan espacio útil. Investigadores de la Universidad Jiao Tong, en un artículo publicado en la revista científica Chinese Journal of Ship Research, han optado por utilizar paneles fabricados con un metamaterial que en lugar de romperse, se comprime hacia dentro. Esto posibilita que el impacto se extienda en el tiempo y se reduzca el momento de presión. Si lo quieres ver de otra manera: sería como pasar de un martillazo a un empujón.

Pero, ¿cómo es ese metamaterial? Después de miles de simulaciones, los investigadores utilizaron tubos con pliegues, en ángulos de 21 grados y 0,6 milímetros de espesor. El resultado es un panel de 6 centímetros que supera a blindajes mucho más voluminosos. En las pruebas virtuales realizadas, una explosión de más de 170 kilopascales, capaz de destruir edificios, permitió reducir la deformación en casi un 60 %.

Más allá de este avance técnico, la instalación apunta aún más alto. Al ser una isla flotante y móvil, no existen polémicas de construcción en zonas disputadas, no se alteran los fondos marinos, no se registran fronteras y se puede mover según la situación política. China continúa demostrando estar a la vanguardia tecnológica, incluso con instalaciones móviles que permiten explorar el océano, encontrar nuevos recursos y tener una presencia estratégica allá donde haga falta. Y el resto del mundo nos quedamos mirando.

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