"Dragon Lady", así es el increíble avión espía de Estados Unidos que opera desde la Guerra Fría

El Lockheed U-2 es un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que desarrolla misiones espía. ¿Por qué es tan efectivo? Lleva desde los años cincuenta en servicio

"Dragon Lady", así es el increíble avión espía de Estados Unidos que opera desde la Guerra Fría
El Lockheed U-2 lleva en plantilla desde la década de los cincuenta del siglo XX. Wikipedia
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Lockheed Martin es una de las empresas de producción de material militar más destacadas del mercado. Entre los bienes que fabrica se encuentran algunos de los aviones de defensa más destacados del mercado. En el día de hoy queremos hablarte del U-2, un avión que ha sido apodado como "Dragon Lady". Se trata de un avión espía que entró en servicio en los años cincuenta, en plena Guerra Fría. Desde entonces, ha tenido un papel interesante en diversas operaciones y conflictos.

Lockheed U-2, un avión espía que se camufla desde los años cincuenta del siglo pasado

La Guerra Fría hizo que la producción del "Dragon Lady" fuese necesaria por el bando de los Estados Unidos. Gracias a la tecnología de camuflaje de que disponía, podía volar por encima de una altura de 20.000 pies, siendo prácticamente indetectable por los radares de la unión Soviética. Desde entonces, ha operado sin discreción en tareas de reconocimiento sobre suelo neutral e, incluso, enemigo. Habiendo capacidad para uno o dos operarios, también ha ofrecido apoyo para realizar comprobaciones sobre satélites situados en la atmósfera.

Es un avión cuyo peso es muy reducido, un elemento que lo diferencia de los aviones de pasajeros más rápidos del mundo. De hecho, en la planificación de su diseño se pensó en eliminar el clásico tren de aterrizaje instalando una serie de patines, pero finalmente se descartó esta idea. Con un techo para circular algo superior a 21.000 pies, los pocos pilotos que han tenido la oportunidad de manejar uno de estos aparatos han tenido que llevar un traje especial. Al fin y al cabo, se han tenido que incorporar soluciones para dotar de oxígeno al propio piloto debido a la elevada altitud alcanzada.

Además, se trata de una de las aeronaves más difíciles de pilotar de cuantas han sido producidas, ya que las turbulencias han sido una constante durante los años que ha estado operativo. El reducido peso y la forma de las alas le han permitido contar con cualidades próximas a las de los planeadores. Actualmente, hay seis unidades que se encuentran operativas, habiendo levantado el vuelo una de ellas hace escasamente unos días.

Para entender la dificultad de cargar de horas de vuelo este tipo de aeronaves, es necesario echar un vistazo a su configuración mecánica. Requiere un mantenimiento exhaustivo cada siete años. Esto requiere el desmontaje de la práctica totalidad del avión, una operación que puede llevar varios meses en los hangares de Lockheed Martin. En este trabajo se incluye el pulido de la pintura y la incorporación de nuevas capas del clásico color negro que lo caracteriza.

La empresa estadounidense Lockheed Martin, al mismo tiempo, sigue desarrollando sus propios programas relacionados con la aviación. A nivel comercial, ha presentado un prototipo que ha sido conocido como X-59, un avión que recuerda al Concorde por sus dimensiones y forma. No obstante, su principal fuente de ingresos está relacionada con los pedidos y mantenimientos de unidades para el servicio de Defensa de los Estados Unidos y países aliados.

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