Vas a romper tu móvil, pero tú aún no lo sabes
Si hay una versión mejor de tu smartphone o va a salir pronto, tendemos a cuidar mucho peor nuestros terminales

No es ningún secreto que Apple es una de las empresas más ricas y mejor valoradas del planeta. Buenos productos, buen diseño, buen marketing... lo tiene todo.
Es por eso que cuando alguien adquiere un producto Apple por primera vez, es bastante probable que repita, un hábito que nos proporciona una gran satisfacción, pero un gran dolor en nuestros bolsillos.
¿Y si rompes tu smartphone a posta?
Por supuesto, justificar que te has comprado un iPhone nuevo cuando el anterior se te ha roto es muy fácil. El problema llega cuando lo haces así porque sí. ¿Qué pasaría si te dijera que rompes tu iPhone a propósito para comprarte uno nuevo?
Seguramente te echarías las manos a la cabeza. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Según un reciente estudio de la Columbia Business School, eso es lo que muchos usuarios de iPhone están haciendo.
Ojo, no es que lo hagas de forma consciente, sino que has sido subconscientemente entrenado para ello. Su nombre es Efecto actualización y te va a costar muy caro... tanto como el último terminal de Apple.
¿Rompemos o perdemos nuestros móviles a propósito?
El término ha sido acuñado por sus autores, Silvia Bellezza, Francesca Gina y Josh Ackerman y hace referencia a ese momento en el que un nuevo smartphone sale al mercado y nosotros sin darnos cuenta empezamos a tratar mucho peor el móvil que tenemos.
El efecto actualización afecta a usuarios con cierto nivel adquisitivo y gusto por la tecnología
Los investigadores analizaron cómo funciona el efecto actualización con el iPhone, uno de los smartphones más vendidos en Estados Unidos. No obstante, asumimos que esta teoría debe funcionar igual con otros terminales de gama alta como el Samsung Galaxy S7 con respecto al Samsung Galaxy S8.
Y es que partimos de la premisa del gusto por la tecnología punta y un cierto nivel adquisitivo de los usuarios. Por supuesto, un caso distinto sería el de la persona que invierte 100 euros en un terminal.
Según los reportes estudiados, se había denunciado la pérdida de 3.000 iPhone perdidos para una zona y periodo de tiempo concreto, un número que subió justo en los meses previos al lanzamiento del siguiente modelo de iPhone.

Gráfica de iPhone perdidos en función del tiempo. Mashable
Como podemos ver en el gráfico, el número de iPhone 7 reportado como perdidos (línea roja) en agosto efectúa un pico. Casualmente, el 20 de septiembre de 2013 Apple presenta su iPhone 5s.
¿Casualidad o no? Si nos vamos a un año después, sucede exactamente lo mismo: el pico de pérdidas de iPhone 5s (línea azul) crece, solo que esta vez el modelo a presentarse es el iPhone 6.
¿Somos conscientes de ello?
Nuestro móvil ya no es tan bonito ni tan atractivo como cuando lo compramos
A continuación, los investigadores decidieron realizar una encuesta entre más de 600 dueños de móviles, entre los que se incluían varios iPhone a los que se realizó una batería de preguntas para averiguar el precio pagado por el terminal, el método de compra y la depreciación del valor, vamos, lo que valoraban sus dispositivos.
Los resultados eran claros, una vez comprado un terminal de gama alta, este efecto actualización se acelera de forma brutal: nos gusta, pero ya no lo vemos tan bonito ni tan fundamental. Hemos encontrado otro oscuro objeto de deseo.
¿Alguien puede resistirse a los anuncios de champú que emulan una experiencia orgásmica?
Curiosamente, el efecto actualización no se produce únicamente con los smartphones de gama alta, sino que además de hacerse extensivo a otros gadgets tecnológicos, también afecta a otros productos mucho más mundanos.
Sirva como ejemplo las tazas de desayuno, las gafas o incluso el champú... y es que, ¿quién puede resistirse a champús que convierten lavarse el pelo en una experiencia orgásmica?
Por supuesto, estos científicos no son los únicos que se han percatado de este efecto. En la industria de la publicidad hace tiempo que se frotan las manos ante esta tendencia.
https://www.youtube.com/watch?v=NaCNPUdjqP0 De hecho, en el propio estudio se cita como ejemplo un anuncio de la televisión de la teleoperadora Virgin llamado "Felices accidentes", donde los dueños de los móviles aparecen tirándolos a la basura, olvidándolos casualmente en un taxi... en definitiva, deshaciéndose de ellos.
Silvia Bellezza declara al respecto:
Nos sentiríamos culpables de cambiar de móvil sin una razón, pero si nuestro teléfono actual se estropease o lo perdiéramos, tendríamos una justificación para comprar otro sin parecer unos derrochadores. Así que empezamos a usar nuestro dispositivo bajo la lluvia, o dejamos el portátil en el aeropuerto sin querer... pero esa desatención tiene una causa.
Desde luego, Apple tiene mucho que agradecer a nuestras negligencias, porque de hecho la mayoría de los beneficios de los de Cupertino vienen de las ventas de iPhone.
Mashable se hizo eco de sus abrumadores números. En el cuarto trimestre del 2016, obtuvieron 46.900 millones de dólares solo en venta de iPhone, que constituyen una cuota del 68% respecto al total.
Así que la próxima vez que pierdas tu smartphone y te preguntes cómo ha sido posible... piensa que quizás no seas tan desastre como crees, sino que es tu subconsciente el que manda. Y que el próximo iPhone es mucho más bonito.