¿Nos estamos volviendo estériles por culpa de la tecnología?
Puedes creer que nos hemos vuelto locos, pero la realidad es que la tecnología está afectado a nuestros órganos reproductores.

Seguramente, después de que hayas leído este titular, creas que la respuesta es claramente que no nos estamos volviendo estériles debido a la utilización de tecnología. Como en toda cuestión que provoca debate, la solución nunca es blanco o negro. La gama de grises suele ser la opción más habitual, ya que la multitud de variables que podemos analizar resulta tremendamente complicada. En este caso, quiero mostrarte el enfoque de la mujer y el enfoque del hombre y establecer una respuesta a la pregunta planteada en cada caso. ¿Nos acompañas en esta unión de tecnología y salud?
Óvulos con calor
Partiendo de la base de que no somos expertos en materia de medicina, me gustaría explicarte brevemente cómo funcionan los óvulos de la mujer. Todas ellas nacen con una cantidad aproximada de dos millones de óvulos, tal y como hemos podido informarnos en el medio online Vix, y esta cantidad va menguando a medida que pasan los años. La edad aproximada de mayor fertilidad se sitúa en los 25 años, siendo en el momento de la menopausia cuando ya dejan de producirlos.
Los óvulos se encuentran en el interior del cuerpo al necesitar calor
El título de este párrafo aludía a uno de los elementos primordiales de la utilización de tecnología, que sería el calor. El ejemplo más claro sería hablar de aquellas personas que utilizan habitualmente sus equipos portátiles apoyados en sus piernas. En el caso de las mujeres, sus órganos reproductivos se sitúan en el interior del cuerpo, ya que necesitan calor del mismo. Es por esa razón, entre algunas otras, por las que la tecnología y el calor que la misma desprende no es un factor decisivo ni es causa de infertilidad.
Otro tema de debate sería la radiación. En el vídeo que te dejo aquí arriba, el personal de The Verge analiza, entre otras cosas, el asunto de la radiación en hombres y mujeres y, definitivamente, la cantidad de radiación que, en este caso, una mujer puede recibir a través de su portátil o dispositivo móvil es mínima, similar a la que recibe tu cuerpo cuando viaja dentro de un avión.
Espermatozoides más problemáticos
El asunto de la parte reproductora masculina es bien distinta. Si bien no existe ningún problema que deba quitarte el sueño, la maquinaria que rige el cuerpo del hombre presenta ciertos inconvenientes. Antes te mencionaba que el calor no afectaba apenas a los óvulos. En el caso de los espermatozoides, el calor sí es un factor que afecta la cantidad y calidad de los mismos, ya que los testículos están situados fuera del cuerpo debido a que necesitan menos exposición al calor. Por lo tanto, si utilizas demasiado tiempo tu portátil sobre ti, quizás estés empeorando tu capacidad reproductiva si la conducta es muy repetitiva.
El exceso de calor afecta a los espermatozoides
Según la información que hemos podido obtener del medio de comunicación Time, una de las causas de una posible infertilidad vendría dada por el mal uso de la tecnología, en este caso un ordenador portátil, ya que se junta el calor que emana del mismo, con una postura que genera más calor, cuando normalmente nos sentamos con las piernas juntas. A pesar de que estos argumentos te puedan resultar una tontería, médicos como el doctor Yefim Sheynkin declaran que:
Si se usa un portátil todos los días, la temperatura de los testículos permanece elevada gran parte del tiempo, sin haber espacio para que vuelva a la normalidad. Si no estás preocupado por la reproducción, descansa tranquilo. No existe riesgos de cáncer u otros problemas de salud asociados con el aumento de temperatura en los testículos.
La tecnología no genera infertilidad, pero puede contribuir a la misma
La radiación y el calor no son los únicos problemas a los que podemos enfrentarnos, hombres y mujeres, utilizando distintos aparatos tecnológicos. Las frecuencias electromagnéticas también deben ser tenidas en cuenta, tal y como se señala en un artículo de la Organización Mundial de la Salud.
Algunos sistemas de radares, normalmente en condiciones de largas exposiciones a los mismos, podrían provocar daños a nuestro organismo, tales como quemaduras, problemas de visión o en nuestro sistema reproductivo. Las posibilidades son escasas, pero existen. Sin embargo, y como punto final, no deberías preocuparte, seas mujer u hombre, en cuanto a la utilización sensata de la tecnología. Es y será una ayuda a nuestra especie, aunque nos empeñemos en intentar achacarle todos nuestros males.