Cien años de la primera gran falsificación de fotografías de la historia

Si no conoces el famoso caso de las hadas de Cottingley, espérate a conocer una historia tan fascinante como inocente.

Cien años de la primera gran falsificación de fotografías de la historia
Una de las imágenes de la polémica. Telegraph & Argus

Nadie puede negar que las fake news y las falsificaciones gracias a la tecnología son el pan nuestro de cada día. En una época donde es casi imposible distinguir lo real de lo fabricado e inventado, te vengo a hablar de un curioso caso de montaje fotográfico, que nada tenía que ver con las modernas técnicas de Photoshop. ¿Quieres conocer a las hadas de Cottingley?

Dos primas, un misterio

Pongámonos en antecedentes. En el año 1917, dos primas, Elsie Wright y Frances Griffith, que pasaban juntas el verano en una casa en la localidad inglesa de Cottingley, realizaron una serie de fotografías al arroyo que tenían en la parte trasera de su casa. Cuando el padre de Elsie, a quien pertenecía la cámara, reveló las instantáneas, enseguida pensó que aquellos seres que posaban junto a su hija eran falsificación, aunque su mujer no estaba tan segura. Varios fotógrafos de la época verificaron las fotografías como verdaderas, aunque la empresa Kodak se negó a hacerlo.

La madre de Elsie fue quien desveló el secreto de las hadas

Después de que Frances enviase un par de aquellas fotografías a una amiga que tenía en Sudáfrica, el caso se hizo finalmente público en el año 1919. Fue la madre de Elsie la que acudió a una reunión de la Sociedad Teosófica de Bradford, donde se iba a discutir el asunto de las hadas, y enseñó las imágenes de su hija y su sobrina a los presentes. Aquello llegó a oídos de Edward Gardner, líder de dicha sociedad, que se entusiasmó con la autenticidad de las fotografías. Aunque el gran impulsor de las mismas fue el mismísimo Arthur Conan Doyle. ¿Quieres saber cómo intervino en la historia?

Sir Arthur y las artes ocultas

Llegando a la parte final de su vida, el conocido escritor escocés publicaba, de vez en cuando, artículos en distintos periódicos. En esta ocasión, allá por el año 1920, se disponía a escribir unos párrafos acerca de hadas. Mientras preparaba la historia, oyó hablar del caso de las hadas de Cottingley y se lanzó a investigarlo junto con Edward Gardner. En agosto de ese mismo año, ambos varones llegaron hasta la casa donde pasaban el verano Elsie y Frances, para obsequiarles con varias cámaras fotográficas y 20 placas para revelar las imágenes que fuesen captando con ellas.

Cien años de la primera gran falsificación de fotografías de la historia

Las hadas fueron protagonistas en Inglaterra. <a href="https://www.messynessychic.com" rel="nofollow" target="_BLANK">Messy Nessy</a>

Poca gente creyó lo publicado por Arthur Conan Doyle

La estrategia por parte de Conan Doyle era probar que las fotografías originales eran verdaderas, intentando que las niñas volviesen a fotografiar a los fantásticos seres que habitaban aquellos bosques. Después de publicarse el artículo de Arthur Conan Doyle en el periódico The Strand, se sucedieron los comentarios, sobre todo negativos, y el nombre de las dos niñas acabó siendo desvelado, ya que Arthur había utilizado alias, por un periodista de Westminster Gazette. Su labor de investigación, meses después, arrojó poca luz sobre el asunto y su conclusión tuvo una palabra: inexplicable.

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Esta es la quinta fotografía. <a href="https://realfairies.net" rel="nofollow" target="_BLANK">Real Fairies</a>

¿Pueden ser hadas lo que ves aquí arriba?

La quinta fotografía es la que más lugar deja a la especulación. Ambas niñas, después de ser entrevistadas en los años 70 y 80, afirmaban que habían falsificado las cuatro anteriores imágenes, pero que aquella quinta instantánea era tan verdadera como el aire que respiramos. En las primeras imágenes habían colocado recortes de cartón sujetados con alfileres de sombrero, pero Frances, una de las primas que murió en 1986, continuó afirmando que aquella mítica quinta imagen era completamente verdadera.

Las historias de hadas siguen manteniendo un cariz enigmático

Sin embargo, a pesar del claro engaño al que habían sometido a todas aquellas personas cercanas a la historia, sobre todo al genial Sir Arthur Conan Doyle, ambas mujeres seguían afirmando que existían las hadas, que rondaban su jardín y el arroyo que se encontraba detrás de su casa de Cottingley y que ellas habían tenido el placer de verlas en vivo y en directo. Eso sí que es una gran historia y no los crímenes que Sherlock Holmes tenía que resolver.

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