La chatarra de los aviones tiene un propósito importante: fabricar bicicletas para las víctimas de las inundaciones

Si creías que materiales reciclados a partir de un Airbus A380 no podían ser utilizados para una obra solidaria, te aconsejamos que no te pierdas este artículo

La chatarra de los aviones tiene un propósito importante: fabricar bicicletas para las víctimas de las inundaciones
Trevor Hughes y Juan Dual disfrutando de la bicicleta ideada en la Universidad Técnica de Chemnitz
Publicado en Tecnología

Queda lejos en el tiempo, pero el pasado mes de octubre de 2024, una catástrofe natural, y la incompetencia gubernamental, arrasaron con las calles de Valencia y los pueblos limítrofes. En aquel momento, pocos imaginaban que los restos de un avión acabarían siendo utilizados para poder pedalear entre el barro y el caos. La desolación hizo mella en los habitantes de las zonas afectadas, aunque algunos rayos de esperanza nos hicieron ver que aún podemos confiar en el ser humano. En este caso, te contaremos la historia de Empty Juan y unas bicicletas muy especiales.

Bicicletas hechas con piezas de avión

Juan Dual, el atleta de ultradistancia protagonista de esta historia, describe las escenas que surgieron en la terrible DANA de manera muy gráfica: "Muchos de mis amigos y familiares se vieron afectados por las inundaciones. Fotógrafos con sus equipos arruinados, restaurantes y negocios destruidos. Fue como una película de Godzilla, pero sin el monstruo". Gracias a su bicicleta gravel, que combina la velocidad y eficiencia de una bici de carretera con la resistencia y estabilidad de una de montaña, pudo repartir medicinas y comida cuando los coches no podían avanzar.

En pocos días, Empty Juan, denominado de esta manera porque de adolescente tuvo que ser intervenido para extraerle gran parte de sus órganos internos con el fin de combatir el cáncer, lideró a un centenar de voluntarios que cruzaron los pueblos afectados cargando mochilas con agua y alimentos. Lo que empezó como un gesto individual se transformó en una red de ayuda sobre dos ruedas. Vielo, la marca británica que le respalda, también quiso aportar su granito de arena.

Imagen de una de las bicicletas de Vielo creadas a partir de los restos del fuselaje de un Airbus A380

Imagen de una de las bicicletas de Vielo creadas a partir de los restos del fuselaje de un Airbus A380

En colaboración con la Universidad Técnica de Chemnitz, en Alemania, lanzó un proyecto realmente innovador: fabricar bicicletas gravel a partir de materiales reciclados del Airbus A380, el avión de pasajeros más grande del mundo. Gracias a ello se crearon cuatro bicicletas capaces de transportar hasta 70 kilos de carga, que fueron donadas a dos pueblos valencianos para sustituir los vehículos destruidos por el agua.

Según la información publicada en la página web de la Vielo, las bicicletas se componen de tubos de fibra de carbono, procedentes del fuselaje del Airbus A380, que fueron transformados por estudiantes de ingeniería deportiva. Las piezas, de 55 milímetros de diámetro, ofrecen una resistencia extraordinaria. Gracias a este trabajo, que les proporcionó los ansiados créditos académicos, estos estudiantes pudieron tener su primera experiencia en la creación de prototipos.

Además, no solo Vielo aportó su tecnología y red de patrocinadores, sino que fabricantes como Goodyear, TRP, WTB o Token donaron neumáticos, frenos, sillines y componentes personalizados. El diseño final mezcla tanto ingeniería como ciclismo de aventura y usa ruedas de distinto tamaño para mantener el centro de gravedad bajo, ejes de liberación rápida y acabados en fibra de carbono sin pintura, dejando visible la huella de su origen aéreo.

Este trabajo solidario ha sido retratado en un reciente documental, que puede verse de manera gratuita en YouTube y que te dejamos sobre el anterior párrafo. En él podemos ver a Trevor Hughes, cofundador de Vielo, quien condujo personalmente desde Newcastle hasta Valencia, pasando primero por la localidad alemana de Chemnitz, para entregar las bicicletas en mano. Aquellos prototipos, nacidos de los restos de un gigante del cielo, ahora ruedan por las calles valencianas. Y no son solo vehículos, sino también un recordatorio de cómo la ingeniería, el reciclaje y la calidez humana pueden unirse para ofrecer esperanza en tiempos de desolación.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!