Las computadoras cuánticas cada vez están más cerca de ser "prácticas": para esto se usarán cuando llegue el momento

La computación cuántica promete resolver grandes problemas del mundo, pero su desarrollo es muy complicado

Las computadoras cuánticas cada vez están más cerca de ser "prácticas": para esto se usarán cuando llegue el momento
Google, IBM y otras grandes compañías tecnológicas están estudiando y desarrollando esta tecnología, aunque queda un largo camino por delante
Publicado en Tecnología

La computación cuántica utiliza los principios de la mecánica cuántica (rama de la física que estudia el comportamiento de las partículas subatómicas) y, a diferencia de los ordenadores convencionales, que usan bits (0 o 1), emplean qubits, que pueden estar superpuestos (es decir, 0 y 1 al mismo tiempo). Esto les permite realizar cálculos de manera mucho más rápida en ciertos problemas.

El potencial de la computación cuántica es enorme, ya que tiene los ingredientes necesarios para revolucionar diversas áreas, sobre todo aquellas en las que los ordenadores "de toda la vida" se quedan cortos por su falta de potencia. Van mucho más allá de lo que puede ofrecer el último procesador de AMD o Intel, así como la tarjeta gráfica gaming más potente de NVIDIA.

La computación cuántica es capaz de romper los métodos de cifrado tradicionales, algo que llevaría muchos para un equipo "normal y corriente", además de desarrollar criptografía (la práctica de desarrollar y utilizar algoritmos codificados para proteger y ocultar la información transmitida para que solo pueda ser leída por aquellos con permiso y capacidad de descifrarla). A continuación, te contamos otras de sus posibilidades.

Los posibles usos de la computación cuántica en el día a día

Una de las ventajas de la computación cuántica respecto a lo que ofrecen los ordenadores convencionales es que es muy eficiente a la hora de optimizar procesos. Es muy "inteligente" para mejorar las rutas de logística y planificar los recursos en las empresas. De este modo, sería especialmente importante en la industria energética, de manufactura o transporte.

Por poner un ejemplo práctico, como menciona The Next Web, la reprogramación de horarios en un aeropuerto. El retraso de los vuelos es el pan de cada día de las aerolíneas, y aunque se intenta gestionar de manera eficiente, no siempre es la mejor. La computación cuántica no tendría problemas para manejar la situación, provocando el menor impacto para los pasajeros.

La computación cuántica también sería muy útil en la industria farmacéutica, pues podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos al simular moléculas y reacciones químicas con gran precisión. Y, como no podía ser de otro modo, sería la tecnología perfecta para ayudar a exprimir al máximo la inteligencia artificial, mejorando su entrenamiento y optimizando los modelos, al poder analizar grandes volúmenes de datos rápidamente.

Tampoco hay que olvidar los efectos que tendría en el sector de las finanzas y análisis de riesgo, optimizando carteras de inversión y modelos de predicción económica, además de ayudar en cálculos complejos para aseguradoras y bancos. En Urban Tecno, hace unos días, comentamos que hasta 200 mil empleados de Wall Street perderían su trabajo por culpa de la IA.

Si bien un ordenador cuántico puede parecer lo más maravilloso del mundo, su desarrollo enfrenta varios desafíos debido a la complejidad de la mecánica cuántica y la tecnología necesaria para su fabricación. Los qubits son extremadamente sensibles y pueden perder su estado cuántico debido a interferencias de ambiente, generando errores de cálculo.

Las pruebas que se están realizando con ordenadores cuánticos solo tienen decenas o cientos de qubits, pero se necesitan millones para aplicaciones útiles en la vida real. Además, la medición de un qubit destruye su información, a diferencia de los ordenadores convencionales, en los que es posible detectar y corregir errores fácilmente. Y aunque el hardware avanza muy rápido, no hay demasiado software optimizado.

Varias grandes compañías tecnológicas, como Google o IBM, están desarrollando lenguajes de programación cuántica, como Cirq o Qiskit, respectivamente. Por su parte, Google ha hecho historia con su chip cuántico, afirmando que es más potente que cualquier superordenador del mundo, incluso que El Capitan.

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