Los satélites ahora serán más resistentes: una empresa estadounidense acaba de crear un escudo anti objetos espaciales
Una empresa estadounidense presenta un producto que no solo no bloquea las comunicaciones, sino que tampoco genera más basura espacial
En la órbita terrestre baja existen millones de fragmentos invisibles, del tamaño de un tornillo o incluso más pequeños, que viajan a velocidades superiores a los 7 kilómetros por segundo. Esto significa que son más que suficientes para atravesar un satélite, un tanque de combustible o un traje espacial como si fueran papel. Ante este peligro, la compañía Atomic-6 ha dado a conocer una innovación promete proteger tanto naves como astronautas sin las limitaciones de los escudos tradicionales.
Un escudo contra las amenazas invisibles del espacio
Desde hace décadas, la defensa contra la basura espacial se apoya en los escudos Whipple, un tipo de blindaje espacial que fue inventado en 1947 por el astrónomo Fred Whipple y que permiten absorben impactos. Su eficacia está más que contrastada, pero tienen un par de problemas que necesitan resolverse: son pesados y bloquean las señales de radio. Además, cuando reciben un impacto, se fragmentan, lo que multiplica el problema que intentaban atajar, generando nueva chatarra espacial.
Es en este escenario donde entra en juego una empresa estadounidense, que afirma, en un reciente comunicado publicado en la página web de Atomic-6, haber creado la solución ideal. Hablamos de unos azulejos, no como los de tu cocina obviamente, que han sido apodados Space Armor. Este es el primer escudo orbital permeable a las señales de radio y que también actúa como barrera de protección frente a partículas hiperveloces.

Imagen de archivo del Space Armor Lite
Trevor Smith, director ejecutivo de la empresa, aseguraba que habían creado "los primeros radomos capaces de detener la basura espacial". Radomos, por cierto, es una manera más de describir una carcasa protectora. Además, el señor Smith aclaraba que "ya no es necesario sacrificar las comunicaciones para proteger su nave espacial. Este pequeño componente compuesto preserva las funciones críticas para la misión, protegiendo así las naves espaciales, las estaciones espaciales y a las personas en órbita de amenazas cada vez más frecuentes, aunque invisibles".
La compañía ha demostrado que estas placas no solo resisten proyectiles de más de 7 kilómetros por segundo, sino que lo hacen sin fragmentarse. Este nuevo material apenas genera residuos tras el impacto, algo decisivo para poder deshabilitar el temido Síndrome de Kessler: un escenario, propuesto por el astrofísico Donald J. Kessler, que describe una reacción en cadena de colisiones en el espacio.
Sabemos que el producto, según la información publicada en la página web de Atomic-6, llegará en dos versiones. Una denominada Space Armor Lite, que está diseñada para impactos de hasta 3 milímetros, los más comunes e imposibles de rastrear, y que representan más del 90% de la basura en órbita baja. La otra, apodada Space Armor Max, es capaz de resistir proyectiles de hasta 12,5 milímetros y está pensada para entornos extremos como las estaciones espaciales habitadas.
Ambos modelos son más ligeros y fáciles de instalar que los escudos convencionales, una de sus grandes ventajas y un gran argumento de venta hacia futuros clientes. Atomic-6 presenta estas placas no solo como una innovación técnica, sino como una herramienta de supervivencia en el espacio. Y es que Space Armor representa un futuro más seguro, sin sacrificar comunicaciones.