Meta ayudó en secreto a China para mejorar su IA. O eso dice este denunciante en el Congreso
Meta, supuestamente, informó al Partido Comunista Chino sobre inteligencia artificial con el objetivo de superar a las empresas estadounidenses

Meta es la culpable de que cada vez confiemos en las grandes tecnológicas. Paradójicamente, deberíamos estarle agradecidos por ello. La compañía de Mark Zuckerberg, conocida hasta finales de octubre de 2021 como Facebook, tiene a sus espaldas un gran historial de escándalos por comprometer la privacidad de los usuarios. El más grande y conocido es el de Cambridge Analytica.
En 2018, la firma británica Cambridge Analytica accedió de forma indebida a los datos de alrededor de 87 millones de usuarios de la red social sin su consentimiento. Se obtuvieron a través de una aplicación de encuestas que recopilaba la información no solo del usuario, sino también de sus contactos. Se utilizaron para crear perfiles psicológicos y dirigir publicidad personalizada, especialmente política durante la campaña de Trump en 2016 y el referéndum del Brexit.
A pesar del escándalo, Meta no ha aprendido la lección. Las multas por usar datos de los usuarios sin su consentimiento continúan en Corea del Sur. En Japón se ha multado a la compañía por publicidad falsa, y los australianos han descubierto que se han utilizado sus fotografías para entrenar la IA de Meta sin su consentimiento. Hace unas semanas, se supo que quiso ayudar al gobierno chino.
Un negocio de 18 mil millones de dólares

Meta es conocida por no proteger la privacidad de los usuarios. Lo contrario: utiliza sus datos para mejorar sus productos sin su consentimiento
Sarah Wynn-Williams trabajó en Facebook (ahora Meta) como directora de políticas públicas globales. En el año 2017, presentó una queja por acoso sexual contra Joel Kaplan, que por aquel entonces ocupaba el cargo de vicepresidente de políticas globales de la compañía. Aunque los de Zuckerberg niegan que este fuera el motivo, Wynn-Williams perdió su puesto en el gigante de Internet.
La exdiplomática de Nueva Zelanda y abogada internacional acaba de publicar su libro 'Careless People: A Cautionary Tale of Power, Greed, and Lost Idealism' ('Gente negligente: una historia aleccionadora sobre el poder, la codicia y el idealismo perdido'), en el que relata su experiencia en la compañía y aborda temas complicados como el acoso sexual y la cultura corporativa de Meta.
En uno de los pasajes más importantes del libro cuenta cómo Facebook/Meta trabajó "en estrecha colaboración" con el gobierno chino para encontrar posibles maneras de permitir que Pekín censurara y controlara el contenido en China. Sarah Wynn-Williams, debido a esta información, ha testificado ante el Congreso de los Estados Unidos, alegando que los ejecutivos de Meta intentaron repetidamente socavar la seguridad nacional de Estados Unidos y traicionar los valores estadounidenses.
¿El objetivo? Ganarse el favor de Pekín y construir un negocio de 18 mil millones de dólares en China. En sus declaraciones, Wynn-Williams ha acusado a Meta de colaborar con el Partido Comunista Chino para construir, supuestamente, herramientas de censura personalizadas con las que censurar a los críticos, además de proporcionar al gobierno acceso a los datos de los usuarios de Meta, incluidos los de estadounidenses.
Wynn-Williams ha acusado a los ejecutivos de Meta de mentir "sobre lo que hacían con el Partido Comunista Chino a los empleados, el Congreso y el público estadounidense". En 2017, Meta "comenzó a ofrecer productos y servicios en China", y en 2015, "comenzaron a informar al Partido Comunista Chino sobre tecnologías emergentes críticas, incluida la inteligencia artificial, con el objetivo de superar a las empresas estadounidenses".