Meta está construyendo un gigantesco centro de datos para IA en una zona rural de Estados Unidos. La gente ahora tiene miedo de beber agua de sus pozos
Meta planea restaurar más agua de la que utilizan sus instalaciones para el año 2030

Desde que se lanzó ChatGPT a finales de 2022, la inteligencia artificial no ha parado de crecer. Cada vez más empresas se suman a su desarrollo, y el ritmo al que aparecen herramientas basadas en esta tecnología es preocupante. Se ha llegado a un punto en el que es omnipresente; no solo está integrada en nuestros teléfonos móviles con soluciones como Apple Intelligence, Gemini o Galaxy AI, sino que la están metiendo con calzador en programas "de toda la vida" como Word, Excel y PowerPoint de la suite ofimática de Microsoft.
Aunque mucha gente se niega a utilizarla, mucha otra ya es "adicta" a ella. Se estima que el bot conversacional de OpenAI atrae entre 700 y 800 millones de personas a la semana. Por su parte, Meta AI, el asistente de inteligencia artificial desarrollado que está disponible en WhatsApp, Instagram y Facebook, cuenta con más de mil millones de usuarios mensuales. Solo estos dos servicios gestionan tantas peticiones a diario que es prácticamente imposible llevar la cuenta.
Para atender tanto volumen de peticiones es necesario contar con grandes centros de procesamiento de datos. Sin duda, es el tipo de infraestructura más popular en los últimos meses. Las grandes tecnológicas están invirtiendo miles de millones de dólares para su construcción. Volviendo a Meta, la compañía de Mark Zuckerberg está construyendo uno del tamaño de 70 campos de fútbol en la zona rural de Luisina. Los que llevan un tiempo conviviendo con estas edificaciones aseguran tener miedo a beber el agua de sus pozos.
A veces, el agua se vuelve "tan marrón que parece que viene de un arroyo"

Ayuntamiento de Newton en Georgia | Imagen de Michael Rivera - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0
Meta está construyendo un masivo centro de procesamiento de datos para IA en una comunidad agrícola rural de Luisina de apenas 20 mil habitantes. Este tipo de zonas tienen mucho terreno para "explotar", además de contar con unas regulaciones más laxas, dos puntos clave que las grandes tecnológicas están aprovechando para avanzar en sus planes.
Es una historia que a algunos residentes del condado de Newton, en Georgia, les resulta tristemente conocida. En Newton, desde que se Meta empezó a construir una instalación similar en 2018 valorada en 750 millones de dólares, están experimentando problemas en el suministro y la calidad del agua, según The New York Times.
Uno de los tantos casos de afectados es el de Beverly y Jeff Morris, cuya residencia está a unos 300 metros de las instalaciones de Newton. Su pesadilla empezó poco después de que Meta comenzara su construcción: varios de sus electrodomésticos que funcionaban con agua dejaron de funcionar. Jeff declaró al medio que la causa de la rotura fue la acumulación de sedimentos en el agua.
Desde entonces, la pareja ha tenido que cambiar sus electrodomésticos tres veces. También asegura que solo tiene un baño funcional, el cual comparten con su hijo. "Parece que estamos librando una batalla imposible de ganar, para la que no nos apuntamos. Tengo miedo de beber nuestra propia agua", aseguró Beverly.
El vecino de los Morris, Chris Wilson, también declaró a The New York Times problemas que achaca a la construcción del centro de procesamiento de datos para IA. Asegura que ha notado un cambio drástico en el agua de su pozo, como baja presión. Ahora, para mantener el flujo de agua, debe cambiar los filtros mensualmente en lugar de anualmente. Y afirma que a veces el agua se vuelve "tan marrón que parece que viene de un arroyo".
No obstante, Meta asegura que el centro no utiliza agua subterránea para ningún propósito, y que la que utiliza fluye lejos del pozo de los afectados, lo que hace que sea "muy poco probable" que las actividades de la instalación sean las causantes del problema. En cambio, el sitio de Meta obtiene agua para la construcción desde más de 16 kilómetros de la casa de los Morris, dijo la compañía.
Meta afirma que utiliza una cantidad igual de "energía limpia y renovable" que la electricidad que consume, y planea restaurar más agua de la que utilizan sus instalaciones para 2030. Volviendo a Luisiana, la compañía espera crear 500 o más puestos de trabajo nuevos y 1.000 "puestos de trabajo indirectos", siendo una inversión importante para el sector tecnológico del estado, que está en rápida expansión.