Mike Schwede, empresario y experto digital, carga contra las últimas polémicas de Elon Musk: "Sentí un asco absoluto. Ya no disfruto de sentarme en mi Tesla"
La marca Tesla está "manchada" por las acciones de Elon Musk a favor de Trump

Mike Schwede es un empresario y estratega de marketing digital suizo que tiene más de 25 años de experiencia en el sector, influyendo significativamente en el sector en su país natal. Ha desarrollado campañas para empresas tan importantes como Axa, McDonald's, SBB, Swisscom, Migros, TUI, Ringier, UBS y Vontobel. Actualmente, es cofundador de Powdience, una empresa especializada en análisis de datos y servicios de IA para publicidad.
Schwede fue uno de los pioneros a la hora de conducir un vehículo de la compañía Tesla. Fue hace 15 años cuando se sentó por primera vez en un Tesla Roadster, un automóvil deportivo de alto rendimiento cuya primera generación se produjo entre los años 2008 y 2012. Se ha convertido en un modelo muy deseado por los coleccionistas, ya que solo se crearon 2.450 unidades.
Durante años, el experto en marketing digital fue un orgulloso conductor de Tesla, ya que estar al volante de uno significaba luchar contra el cambio climático a pequeña escala, pues al ser eléctrico resultaba más sostenible con el medioambiente. Sin embargo, la percepción de Schwede ha cambiado radicalmente desde que Elon Musk se ha vuelto la mano derecha de Trump.
“Era algo que a Elon no le gustaría. Esa es mi venganza personal”
Elon Musk ha apoyado financieramente a Donald Trump de diversas maneras, especialmente durante su campaña presidencial de 2024, aunque lo sigue haciendo desde que está ejerciendo como presidente de los Estados Unidos de América. Aportó más de 260 millones de dólares a través de diversos comités de acción política, y fundó el América PAC, destinado a financiar operaciones de campaña a favor del magnate neoyorquino.
Según Schwede, la gota que colmó el vaso para él fue que Musk realizase el saludo de estilo fascista durante la investidura de Trump el pasado mes de enero: "No sentí nada más que absoluto asco. Ya no disfrutaba sentarme en mi Tesla". El especialista en marketing digital pensó en vender el coche, pero después de haber recorrido más de 96.000 kilómetros, ya no le quedaba mucho valor.
Así que empezó a donar 10 céntimos por cada kilómetro recorrido a una serie de organizaciones benéficas, contrarrestando el apoyo de Musk a la extrema derecha con un apoyo directo a quienes ayudan a los jóvenes LGBTQ+ o luchan contra el odio y el extremismo: “Era algo que a Elon no le gustaría”, dijo. “Esa es mi venganza personal”, como recoge The Guardian.
Las ventas de Tesla están cayendo en todo el mundo. Especialmente en el viejo continente. Algo curioso, ya que cada vez más gente da el salto hacia los coches eléctricos. El motivo está en que la marca está "manchada" por las acciones de Elon Musk a favor de Trump. Las ganancias se reducen trimestre tras trimestre, y las alternativas no paran de surgir, algunas más interesantes a la par que económicas.
