Operación Gatito: la despiadada técnica secreta de la CIA que usaba gatos para espiar a los rusos

El gato estaba equipado con un micrófono y tenía como objetivo escuchar conversaciones de espías rusos.

Operación Gatito: la despiadada técnica secreta de la CIA que usaba gatos para espiar a los rusos
La CIA entrenó a un gato durante cinco años para convertirlo en espía
Publicado en Tecnología

En los años más tensos de la Guerra Fría, ser un espía ruso o americano era una tarea complicada. Ambos imperios habían desarrollado la tecnología más avanzada que estaba a su alcance para conseguir información del enemigo, a veces de formas lo más insospechadas. Frente al entrenamiento y métodos que hicieron famosa a la KGB rusa, en la década de los sesenta un grupo de investigadores de la CIA decidió crear un cuerpo de espionaje especial. Bueno, no era un cuerpo, estaba formado por un solo individuo. Y era un gato.

La Operación Gatito Acústico fue un proyecto de espionaje del gobierno americano que se llevó a cabo entre 1961 y 1966. La idea corrió a cargo de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU y fue desarrollado por la CIA, por el directorado de Ciencia y Tecnología para ser más exactos.

El objetivo de este proyecto era conseguir entrenar a un gato para que captase conversaciones de oficiales rusos durante la Guerra Fría. Para lograrlo, los científicos de la CIA insertaron un micrófono en el canal auditivo del animal, de donde salía un cable que le recorría la espalda y terminaba en la cola, que actuaba a modo de antena. En las primeras pruebas, los responsables del exprimento vieron que el animal lo único que hacía era buscar comida, ignorando el entrenamiento recibido. Para solucionar el problema, los científicos realizaron una operación quirúrgica en el animal para anularle la sensación de hambre, y evitar que se distrajese de la misión.

La CIA operó al gato para que desapareciese la sensación de hambre que podía distraerle de la misión

Victor Marchetti, que trabajó a mediados de los sesenta como asistente especial del Director Adjunto de la Agencia Central de Inteligencia, declaraba en el medio británico The Telegraph que todas aquellas intervenciones habían sido una tortura para el pobre animal.

Abrían el gato en canal, colocaban las baterías y las conectaban. La cola era usada como antena. Crearon una monstruosidad. Lo probaron una y otra vez y descubrieron que el gato podría abandonar su objetivo cuando sintiese hambre, así que pusieron otro cable dentro de él para anularla.

El entrenamiento y modificación del animal duró cinco años, y fue finalmente en 1966 cuando la CIA decidió usarlo en una misión real. El gato fue liberado en las proximidades de la embajada soviética en Wisconsin Avenue (Washington), donde se esperaba que se reuniesen dos espías rusos. La misión del animal era acercarse lo suficiente para que la conversación fuese captada por el micrófono, permitiendo a los servicios de inteligencia escuchar información confidencial del régimen ruso.

Gato espía

Este es el sistema con el que los americanos equiparon al gato de la Acoustic Kitty Operation

Sin embargo, y por desgracia para el pobre animal, la historia no tuvo un final feliz. Tan solo unos minutos después de que la CIA soltase al animal en la calle, un taxi lo atropeyó, matándolo al instante. Todos los millones de euros y el tiempo que se había invertido en entrenar y operar al gato, a la basura. Meses más tarde la CIA anunció que cancelaba el proyecto ante los elevados costes que presentaba, y los riesgos que entrañaba la puesta en práctica de la misión.

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