Por qué no puedes usar cualquier imagen o música en tus vídeos

¿Tienes problemas para encontrar contenido libre de derechos en Internet? No eres el único.

Por qué no puedes usar cualquier imagen o música en tus vídeos
Todo el mundo quiere cobrar por su trabajo: usar la música o las fotografías de otros en internet puede ser problemático.
Publicado en Tecnología

Seguro que si eres un creador de Internet, ya sea tiktoker o aspirante a youtuber, o bien un profesional del márketing digital, más de una vez te habrás dado de frente con el lío de los derechos de autor en Internet.

¿Puedo usar esta música en mi vídeo? ¿Es legal que añada estas imágenes? ¿Dónde encuentro vídeos libres de derechos? A veces nos da la sensación de que hace falta ser especialista en derecho y leyes para poder subir nuestros contenidos digitales a la red sin preocupaciones. Y no es para menos, ya que los algoritmos están al quite para detectar materiales sensibles, siendo capaces de encontrar coincidencias en pocos segundos.

Y lo peor de esto, es que muchas veces subimos a la red contenidos que no son libres de derechos sin darnos cuenta, un error involuntario que podemos evitar con un poco de conocimiento sobre los derechos de autor en Internet. Por eso mismo hemos preparado esta pequeña guía con algunos consejos y tips básicos para que tu contenido vaya sobre seguro, algo que puedes conseguir buscando siempre licencias royalty free.

¿Qué licencias existen en Internet? ¿Puedo usar cualquier imagen, música o vídeo?

Básicamente, lo que tienes que saber es que en Internet existen dos tipos principales de licencias: el Copyright y el Copyleft. Digamos que esta es la forma más fundamental de diferenciar los contenidos protegidos de los contenidos libres.

Por un lado, el Copyright (representado con una letra "C" dentro de un círculo) implica que ese contenido solo puede ser usado por el autor o por terceras personas que cuenten con un acuerdo de este, la mayoría de las veces pagando por el mismo. Gran parte del contenido de Internet está protegido por esta licencia, la cual abarca desde software hasta películas, música o ebooks.

Del mismo existen fórmulas similares al Copyright que obligan a pagar por el uso de un contenido, como por ejemplo, las agencias de noticias que "venden" su información a los medios de comunicación o las librerías de imágenes en las que puedes "comprar" fotografías, normalmente a precios bastante considerables. Con lo que tienes que quedarte es con que en Internet se paga por casi todo, en otras palabras, todo lo que lleve un proceso de creación habitualmente estará protegido por los derechos de autor, encarnados en el Copyright o en cualquier otra fórmula. A fin de cuentas, todos queremos cobrar por nuestro trabajo.

Por otro lado, encontramos el Copyleft (representado con una letra "C" invertida dentro de un círculo), una licencia que reconoce la posibilidad de usar y/o modificar una obra con total libertad y sin pagar nada. Eso sí, muchas veces habrá que acreditar al autor original de la misma. Lo bueno de esta licencia es que es justo lo opuesto al Copyright, por lo que no se necesita consentimiento del autor para usar el material original.

Por qué no puedes usar cualquier imagen o música en tus vídeos

Existen hasta 6 tipos diferentes de licencias Creative Commons.

La forma más habitual de aplicar el Copyleft es a través de las licencias Creative Commons, las cuales establecen qué se puede hacer exactamente con la obra. Por ejemplo, si pensamos en una canción, en función de la licencia Creative Commons escogida por el autor, el usuario solo puede utilizar la canción de forma gratuita en su proyecto, o bien modificarla a su antojo o bien monetizarla en un proyecto comercial... Repetimos: dependerá de lo que haya elegido el autor de la obra. En este sentido, a pesar de que las licencias Creative Commons posibilitan usar un mundo de contenido gratuito, es verdad que no son demasiado prácticas, ya que no todo lo que tenga licencia Creative Commons puede usarse para todo. Por ello, encontrar justo lo que necesitamos puede ser un auténtico dolor de cabeza, incluso aunque nos salga completamente gratis.

Licencias Royalty Free: qué son y cómo se usan

Justo en la zona intermedia entre el caótico mundo de "lo gratis" y el estricto mundo de los derechos de autor, encontramos las licencias de tipo Royalty Free, cuya traducción literal sería "libre de derechos". Dicho de otro modo, todo el contenido "libre de derechos" no aplica ni al Copyright ni al Copyleft, por tanto es contenido que se sale de las licencias de derechos gestionados.

Básicamente, las licencias Royalty Free simplifican la gestión de los derechos de esos contenidos y logran precios mucho más atractivos para el usuario final. ¿Cómo se consigue esto? Pues por ejemplo, si soy un músico que ha subido una canción a Internet, en vez de gestionar los derechos de autor de forma individual con cada persona que quiera usar mi creación (bien por mi propia cuenta o bien a través de un servicio de músicas de stock), directamente licencio la canción como Royalty Free a un tercero a cambio de una cantidad y me olvido de ella. A partir de ahí, ese tercero cede la canción a los usuarios que quiera y para los proyectos que sean.

Con esta fórmula de licencias Royalty Free se consigue que el usuario pueda acceder a infinidad de músicas, fotografías o vídeos (entre otros contenidos) a un precio muy competitivo y ahorrándose una infinidad de trámites (desde pagos al autor hasta "pelearse" con las diferentes licencias Creative Commons). Así, servicios como Videvo ofrecen miles de vídeos de stock, siendo una de las mayores bibliotecas de contenido online gratuito y seguro de la red. En ella puedes encontrar, además de vídeo, música, efectos de sonido o vídeos de Motion Graphics, algunas descargas con licencias que necesitan atribución, pero muchos son de Royalty Free. Videvo ofrece igualmente dos planes Premium, los que te permiten acceder a una selección aún más vasta de contenido Royalty Free, con otros beneficios incluyendo una calidad garantizada de formato HD en adelante para los videos.

En definitiva, las licencias Royalty Free son perfectas para aquellos creadores que busquen contenido de calidad hecho por profesionales remunerados, pero que no puedan permitirse pagar tarifas astronómicas o bien que no tengan el tiempo de bucear entre licencias Creative Commons.

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