Crean la prenda de ropa que calienta en invierno y enfría en verano
La industria textil podría utilizar grafeno en un futuro para producir prendas de ropa capaces de enfriar en verano o calentar en invierno. ¿Cómo funcionaría esta tecnología?
Desde hace un tiempo, la aplicación de mejoras tecnológicas en relación con la moda se ha convertido en uno de los sectores que más ha crecido en innovación. Tanto es así que, en términos digitales, ya hay un término especialmente diseñado para ello; wearables. Ahora bien, ¿y si el aumento de funcionalidades no estuviese especialmente ligada con la propia digitalización?
No es la primera vez que asistimos a la incorporación de nuevos materiales en el mercado textil. Basta con echar un vistazo a cualquier pasarela o desfile de moda para entender esta afirmación. Hoy, no obstante, te mostramos una innovación con puras aplicaciones prácticas y no solo visuales. La clave para entender la solución propuesta a continuación la tiene el grafeno.
Este material, del cual te hemos hablado en anteriores ocasiones, se ha convertido en una de las alternativas con mayor futuro por delante. Sus propiedades lo convierten en una opción muy recomendable a valorar en múltiples campos. El textil es uno de ellos. En particular, en el producto de la ropa podría contribuir a calentar o enfriar una prenda con tan solo pulsar un botón.
La Universidad de Manchester ha sido el organismo encargado de lograr un importante avance en la materia. Según se puede leer en New Atlas, se trata de un salto cualitativo a la hora de entender cómo funciona esta curiosa sustancia. Las conclusiones del estudio se han realizado utilizando una cámara que capta la luz infrarroja, la cual ha podido determinar su efecto positivo sobre el usuario.
Veamos, por tanto, en qué consiste esta innovación, cuál es su potencial aplicación en el sector de la moda y en qué medida se puede anticipar una nueva gama de productos en la industria textil. Aun así, cabe destacar que la temporada de invierno y verano seguirán siendo vigentes debido a las múltiples diferencias que hay entre unas prendas y otras.
un funcionamiento clave para entender la mecánica de esta innovación
Esta prenda de ropa tiene una diferenciación fundamental respecto a cualquier otra pieza. Para entender el porqué de sus cualidades hay que hacer especial mención a su exposición a la electricidad. Sometiendo el tejido a una muy pequeña descarga eléctrica se consigue el efecto que permite una mayor o menor transpiración. Esto es justo lo que provoca que se aumente o reduzca la temperatura.
Este sistema no es la primera vez que se intenta aplicar en el mundo de la moda, pero lo cierto es que no se había probado un método de estas características. Ahora, tras la realización de una inversión llevada a cabo por la Universidad de Manchester se ha podido llegar a dicha conclusión. Y bien, cómo se ha detectado la producción de este curioso efecto? La llave la tiene la cámara infrarroja.
En este caso en particular, para controlar la temperatura de la camiseta basta con activar o desactivar un botón acoplado en el interior del bolsillo de la misma. De esta forma, es fácilmente desconectable en función de las necesidades fisiológicas del usuario en cuestión. Se trata, por tanto, de un importante avance para entender un potencial uso con un gran futuro por delante.
En un tiempo, se espera que este sistema pueda estar disponible para el público en general, pero lo cierto es que en el corto y medio plazo, las investigaciones se realicen con el objetivo de aprovechar las mejoras en industrias como la aeroespacial u otras profesiones de alto riesgo. Es pronto, por tanto, para anticipar su llegada al mercado textil tal y como lo entendemos la mayor parte del público.
Más tiempo de espera para conseguir la prenda inteligente
Teniendo en cuenta que esta innovación tendrá desarrollo en el medio plazo a efectos comerciales, ¿estamos ante un producto con capacidad para regular automáticamente la temperatura? Esta cuestión es muy importante, ya que de este modo, no se tendría que estar modificando continuamente la regulación.
A ello habría que incluir, además, la necesidad de contar con baterías de alta calidad. Al fin y al cabo, si pasados unos minutos uno se deja de sentir reconfortado, de nada habrá servido esta innovación. De hecho, podría llegar a ser contraproducente, ya que podrían producirse descompensaciones abruptas en la temperatura de la persona, pudiendo dar lugar a catarros inesperados.
Habrá que esperar, por tanto, un tiempo para entender hasta qué punto es posible y, por supuesto, viable, dar con la solución definitiva. ¿Tiene la inteligencia artificial la clave para entender la ropa inteligente del futuro? Quizás, en esta década, podamos llegar a una primera conclusión.