Un nuevo sistema consigue detectar tejidos cancerosos de forma más efectiva

El cáncer en el siglo XXI continúa siendo letal a pesar de la inclusión de múltiples avances. La diversidad de tipologías y el alto coste de investigación ha provocado que en los últimos años no se haya conseguido reducir drásticamente el número de casos. Al fin y al cabo, la detección precoz de los mismos garantizarías un altísimo porcentaje de cura.

¿Falta del medios? ¿Ausencia de medidas preventivas que contribuyan a la erradicación de este fenómeno? El tratamiento de esta enfermedad varía en función del lugar o área del organismo que haya de ser tratada. Sin embargo, su detección temprana suele siempre estar relacionada con la toma de una muestra del tejido que podría estar afectado, comúnmente conocido como biopsia.

La realización de una biopsia es, en estos casos, la manera más efectiva de determinar si una persona parece un tumor. Ahora bien, ¿y si se pudiese detectar de manera mucho más sencilla esta anomalía? Unos investigadores de la Universidad Técnica de Oriente Medio (ODTÜ), en Turquía, han conseguido focalizar la detección con un método mucho más sencillo y barato.

Al parecer, según se puede leer en el medio de comunicación TRT, la propia temperatura del organismo podría servir como punto de partida a la hora de detectar diversos tipos de cáncer. Su principal beneficio, además, consistiría en que no se requeriría la realización de una intervención quirúrgica para la extracción de un tejido determinado.

¿En qué consiste la investigación llevada a cabo por Nevzat Gençer y su equipo? A continuación te mostramos cómo una sencilla prueba que se basa en el calor corporal podría permitir a cualquier facultativo incidir en la realización de nuevas pruebas para el aseguramiento en el diagnóstico. ¿Estamos ante una nueva vía de investigación con el fin de ponerla en práctica? Veámoslo.

La detección precoz como base de operaciones de esta solución

Este nuevo descubrimiento podría acelerar la detección de anomalías relacionadas estrechamente con el desarrollo de cáncer. Según se puede leer en el portal citado, los cambios de temperatura repentinos, visualmente reconocidos a través de una cámara infrarroja, podrían ser una fuente fiable para detectar un potencial tumor o un serio riesgo de expansión a otras áreas del organismo.

De hecho, esta tecnología podría ser capaz de detectar partículas con un diámetro de unos 3 milímetros cúbicos, es decir, cuando se encuentran todavía en una fase muy temprana de su desarrollo. Aun así, es importante destacar que esta tecnología, por el momento, solo puede ser capaz de detectar células en una distancia de 3 centímetros bajo la piel.

Y bien, ¿cómo funciona? Al parecer, tal y como ha argumentado el propio profesional en una entrevista, la acumulación de sangre varía la conductividad eléctrica en esa zona, llegando a incidir en la propia temperatura del área periférica. En base a ello, se puede continuar el análisis focalizando la cámara en un área concreta.

Esta nueva investigación podría tener recorrido en el mercado en los próximos meses. Por el momento, ya se ha conseguido asegurar la patente en Estados Unidos con el objetivo de seguir incidiendo en su desarrollo. Aun así, habrá que corroborar la materialización de resultados durante en adelante para confirmar su viabilidad.

El reconocimiento y seguimiento para asegurar la supervivencia

La detección con anticipación de células cancerígenas puede llegar a ser vital para asegurar la supervivencia de una persona. Por ello, es necesaria la realización periódica de pruebas que garanticen una mayor eficiencia en su avistamiento. Soluciones como la mostrada anteriormente pueden contribuir, por tanto, a salvar muchas personas.

La realización de pruebas periódicas puede contribuir a la detección precoz de un tumor. <a href="https://www.publico.es" rel="nofollow" target="_BLANK">Público</a>

Todavía es pronto para pensar en una pronta estandarización de esta medida como elemento de detección. No obstante, si finalmente tiene viabilidad comercial, podría llegar a ser tan eficiente como otras soluciones tales como las mamografía y ultrasonografías, 2 de las alternativas más empleadas en la actualidad.

Estamos, por tanto, a las puertas de comprobar si es efectivo su funcionamiento. Como principal ventaja, es importante destacar cómo el coste de la realización de las pruebas de descarte sería inferior al de otras opciones actuales. Aun así, deberá superar algunas pruebas para confirmar que, efectivamente, funciona como elemento de detección efectiva.

Este tipo de soluciones, al fin y al cabo, se traducen como herramientas para incrementar las expectativas de vida de una persona. La detección precoz del cáncer es, sin duda, algo vital para garantizar el éxito a la hora de aplicar un tratamiento o la realización de una intervención quirúrgica.