Usuarios de Twitter en China podrían ir a la cárcel tras la represión del gobierno

La nueva ola de censura gubernamental en China ya ha supuesto la detención de un usuario de Twitter durante 15 días.

Usuarios de Twitter en China podrían ir a la cárcel tras la represión del gobierno
Usuarios de Twitter en China podrían enfrentarse a la cárcel tras la represión del gobierno. Yahoo

Publicar en Twitter ha sido el único delito cometido por los tres usuarios de la red social que fueron requeridos hace unas semanas por la policía en China. Las plataformas sociales no están bien vistas por el gobierno del país, que las mantiene censuradas para que ningún ciudadano pueda utilizarlas.

Aunque la mayoría de la población respeta las normas impuestas, otra parte decide saltarse las barreras y hacer uso de las redes sociales como Twitter. Esto es lo que hicieron esos tres usuarios de los que hablamos arriba, que ya han sufrido las consecuencias de la nueva campaña de represión gubernamental.

Twitter podría suponer la cárcel en China

Un reportaje elaborado por The New York Times ha mostrado cómo el esfuerzo del gobierno chino para controlar la censura en Internet ha aumentado durante los últimos meses. Gran importancia en este esfuerzo tiene la policía del país, el instrumento perfecto para manejar a la población.

Tal y como han descubierto los periodistas del medio, la policía actuó con mano dura contra tres ciudadanos que seguían utilizando Twitter a escondidas. Las medidas utilizadas para ese control no pueden pasarse por alto: a una de las víctimas la detuvieron durante 15 días, la segunda estuvo ocho horas encadenada a una silla y la última vio cómo amenazaban gravemente a toda su familia.

Usuarios de Twitter en China podrían ir a la cárcel tras la represión del gobierno

La prohibición de Twitter en China ha llevado a los usuarios a ser sometidos a interrogatorios y graves amenazas. <a href="https://thevpn.guru/" rel="nofollow" target="_BLANK">The VPN Guru</a>

El único delito que habían cometido estas tres personas era utilizar una plataforma a la que la mayoría de los ciudadanos ni pueden acceder. No han sido las únicas víctimas de la represión china, ya que el número de interrogados por tener relación con Twitter sigue creciendo en China.

El presidente Xi Jinping quiere eliminar totalmente la actividad de Internet en el país, aumentando los esfuerzos para conseguirlo durante los últimos meses. Si los ciudadanos se saltan la censura, ahí está la policía para imponerla a través de interminables interrogatorios y amenazas a toda la familia.

El gobierno chino ha hackeado varias cuentas tras la negación a borrar tweets de los usuarios

Una de las víctimas de esta represión ha sido Huang Chengcheng, activista defensor de los derechos humanos con más de 8.000 seguidores en la plataforma. Tras sobrevivir a un interrogatorio de ocho horas en el que lo mantuvieron esposado de pies y manos, Chengcheng prometió ante los agentes no volver a utilizar Twitter.

Más grave fue el caso vivido por el trabajador Pan Xidian, que se atrevió a publicar cómics del ilustrador disidente Rebel Pepper. Xidian fue requerido por la policía en noviembre y sometido a un interrogatorio de 20 horas, aunque pudo salir tras borrar varios tweets.

La tranquilidad no duró mucho para este ciudadano, que fue detenido en su lugar de trabajo y pasó hasta dos semanas en una celda compartida con otras 10 personas en las que veían vídeos propagandísticos. "Hemos estado viviendo una vida muy reprimida. Somos como corderos. Nos están llevando uno tras otro. No tenemos capacidad para contraatacar", declaró Xidian a The New York Times.

Hackeos si no se accede a las peticiones del gobierno

La represión del gobierno chino contra Internet se ha mostrado de diferentes formas durante los últimos. Además de las detenciones e interrogatorios, las autoridades también han empleado los ciberataques para deshacerse de los tweets que no les beneficiaban.

Buena fe de ello puede dar el defensor de los derechos humanos Wang Aizhong, que ha declarado que la policía le instó a borrar los tweets que había publicado criticando al gobierno. Tras negarse a ello, una noche Wang recibió mensajes de texto que mostraban códigos informáticos relacionados con su cuenta de Twitter.

Nunca pudo conocer cómo y quién lo hizo, pero una hora después 3.000 tweets de su cuenta habían sido eliminados de raíz. De esta forma, acepten las víctimas o no, los mensajes contra el gobierno en la red desaparecen gracias al trabajo de los hackers.

Twitter no ha hecho aún ningún comentario al respecto de las graves situaciones vividas por sus usuarios en China, aunque no sería de extrañar que rechazase su protección. Así lo ha hecho la red LinkedIn, arrodillada ante la censura del gobierno chino desde hace un tiempo.

Esta compañía llegó a borrar los perfiles de Peter Humphrey, investigador privado británico encarcelado en China el pasado diciembre, y Zhou Fengsuo, activista de derechos humanos, a los que avisó mediante un correo similar a los que envía cuando alguien se salta las normas de la censura.

Mientras gobierno y policía aumentan las medidas para evitar la presencia de sus ciudadanos en plataformas como Twitter, los activistas continúan luchando para tener libertad de expresión. "Incluso cuando son acosados e intimidados, son muy valientes y continúan twitteando. Este es un acto de desafío a la censura y la opresión", concluye Wang, demostrando que la censura no podrá callarles.

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