Pixel 10 Pro XL 1 mes de uso: ¿qué sigue fallando (y qué amo)? - Análisis
Llevo un mes usando el Pixel 10 Pro XL como móvil principal y la experiencia me ha dejado sensaciones muy mezcladas. Por un lado, es un dispositivo con muchos detalles que lo hacen único y con un software que engancha, pero por otro, sigue arrastrando problemas que no esperaba encontrar en un gama premium de este nivel.
Lo primero que destaco es el diseño y la pantalla. Google mantiene su identidad con ese módulo horizontal tan reconocible, aunque el aumento de peso se nota en el día a día. A cambio, la inclusión de carga inalámbrica magnética y más batería justifican parte de ese cambio. La pantalla de 6,8 pulgadas es espectacular: colores bien calibrados, 120 Hz de fluidez y un brillo que compite con los mejores. Aun así, me ha sorprendido encontrar pequeños arañazos tras solo un mes, cuando otros móviles de gama alta que he probado se mantienen impecables durante más tiempo. En cuanto a software, aquí sí que Google brilla. Android 16 llega con más personalización, animaciones fluidas y una integración muy completa de la IA, desde el Circle to Search hasta Gemini Pro, que viene incluido un año y realmente marca la diferencia en productividad.
En el apartado de cámaras, me quedo con el nuevo ProRes Zoom, que a partir de 30 aumentos utiliza IA para mejorar los resultados. Funciona increíblemente bien con objetos estáticos como edificios o vegetación, aunque con personas todavía tiene fallos evidentes. La cámara principal y el ultra gran angular siguen en el nivel alto de siempre, aunque con un procesado más lavado que resta naturalidad en algunas escenas. La cámara frontal, en cambio, ha mejorado muchísimo: es de las mejores que he probado en detalle e interpretación. Donde me llevo la gran decepción es en el vídeo, que sigue por detrás de la competencia y depende demasiado de un procesado lento y pesado como el Video Boost. Y si hablamos de rendimiento, el Tensor G5 vuelve a quedarse corto: se calienta con facilidad, no ofrece la estabilidad de un Snapdragon y provoca pequeñas ralentizaciones que no deberían existir en este rango de precios. A eso se suma una batería que rinde por debajo de lo esperado: con 5.200 mAh lo lógico sería superar la media, pero en la práctica muchas veces apenas llego a cuatro o cinco horas de pantalla.
En conclusión, el Pixel 10 Pro XL es un móvil con cosas brillantes, pero también con puntos débiles que pesan demasiado. Me encanta su software, la integración de IA, la pantalla y funciones como la carga inalámbrica Qi2. También valoro el salto de la cámara frontal y el teleobjetivo con IA, que lo colocan como un dispositivo muy capaz en fotografía. Sin embargo, el rendimiento irregular, los problemas de calentamiento y sobre todo una autonomía insuficiente empañan mucho la experiencia. Si lo consigues con buena oferta o valoras Gemini Pro y el ecosistema de Google, puede ser una compra interesante. Pero si buscas un móvil premium realmente equilibrado, este Pixel todavía no llega al nivel de sus rivales directos.