Pixel 10 Pro XL vs Samsung S25 Ultra, ¿cuál es el rey de Android?

Lo primero que tengo que decir es que la cámara delantera del Pixel 10 Pro XL me ha dejado con la boca abierta. Es un salto enorme respecto a la generación pasada y, sinceramente, la única vez que siento que Google está al nivel del Galaxy S25 Ultra en un apartado concreto. Mucho más angular, con más detalle y una interpretación bastante lograda tanto en foto como en vídeo. Por fin un Pixel donde no tengo que justificar que la cámara frontal sea “justita”. Aquí compite de tú a tú con Samsung y eso, viniendo de Google, es un logro importante.

Ahora bien, en el resto del móvil las cosas se equilibran. En fotografía, el Pixel tiene un arma secreta con su Pro Zoom a partir de 30 aumentos. Cuando quieres disparar a edificios o a naturaleza le saca los colores al Ultra, que llevaba años siendo el rey del zoom largo. Eso sí, entre 5 y 30 aumentos sigo prefiriendo lo que hace Samsung: más natural, menos máscaras raras y colores mejor interpretados. Con la cámara principal y el ultra gran angular la cosa está más igualada, aunque este año Samsung sigue controlando mejor las luces complicadas y las sombras profundas. En vídeo tampoco hay discusión: el Ultra es más consistente. El “Video Boost” del Pixel promete, pero si un clip de cuatro segundos tarda horas en procesarse en la nube, pierde la gracia. En pantallas no hay un ganador claro: el Pixel deslumbra con 3.300 nits de brillo, pero el Ultra tiene un antirreflejos brutal que en días nublados o bajo luces intensas marca la diferencia. Yo, personalmente, me quedo con la comodidad del panel de Samsung, aunque entiendo que a muchos os seduzca el brillo extra de Google.

Más allá de las cámaras y las pantallas, ambos móviles transmiten sensaciones distintas. El Pixel luce elegante con sus acabados brillantes y pesa un poco más, mientras que el Ultra juega con titanio, líneas rectas y esos gramos de menos que se agradecen en mano. En el día a día, los dos son fluidos para cualquier tarea normal, pero cuando aprietas al Tensor G5 se nota que no tiene la eficiencia del Snapdragon 8 Elite. El Pixel se calienta más y tarda en procesar fotos largas o en sesiones intensas, mientras que el Ultra aguanta sin despeinarse. Con la batería esperaba que los 5.200 mAh del Pixel fueran superiores, pero la realidad es que el S25 Ultra con 5.000 mAh ofrece más estabilidad. El brillo desmesurado y la eficiencia justa del Tensor pasan factura. Donde sí gana Google es en la carga inalámbrica Qi2, magnética, directa y súper cómoda. Con Samsung necesitas funda y no es lo mismo.

Así que llegamos a la gran pregunta: ¿con cuál me quedo? El Pixel 10 Pro XL es un móvil distinto, con toques muy interesantes como esa cámara delantera, el zoom largo con IA y la carga Qi2. Además, suele quedar un poco más barato con el programa de trade-in de Google. Pero el Galaxy S25 Ultra sigue siendo el móvil más redondo: más estable en batería, mejor en vídeo, más consistente en fotos intermedias y con un ecosistema que se nota en el día a día. Yo, si tuviera que elegir ahora mismo, me quedaría con el Ultra, aunque reconozco que Google cada vez da pasos más serios en la gama premium.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!