Samsung Galaxy S25 Edge review 1 mes de uso: me ha hecho sufrir como ninguno | ¿Vale la pena?

Llevo un mes con el Samsung Galaxy S25 Edge y, aunque me gusta, también me ha dejado con bastantes dudas. Es un móvil llamativo, con un diseño finísimo de menos de 6 mm y muy bien fabricado, pero con limitaciones importantes para el precio que tiene. Y créeme, lo he usado a fondo.

Lo más destacable es su diseño: se siente distinto en la mano, ligero, elegante y muy resistente. Pero claro, ¿para qué sirve tanta finura si luego la batería no aguanta? Tiene un buen panel AMOLED, pero sin el Gorilla Glass Armor del Ultra, lo que se nota en exteriores. El rendimiento va sobrado con el Snapdragon 8 Gen 3, pero se calienta y consume mucho. Y la batería de 3900 mAh, con solo 25 W de carga, simplemente no da para usuarios exigentes. En fotografía, bien, pero sin teleobjetivo ni el angular del Ultra. El vídeo es de lo mejor, y el software como siempre, top.

En resumen, es un buen móvil, pero no para todo el mundo. El Edge tiene encanto, pero le falta autonomía, y con lo que cuesta, el S25 Plus es una opción mucho más sensata: mejor batería, mejor precio y un equilibrio más sólido. Me ha gustado, sí, pero no me lo compraría.

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