Samsung Z Fold7 21 días después: ¿El PLEGABLE PERFECTO por fin? (Más Fino, Ligero y MEJOR)
Después de tres semanas con el nuevo Samsung Galaxy Z Fold 7, te puedo decir que estamos ante un cambio muy serio. Este no es solo un plegable más, es un teléfono que de verdad se siente como un móvil normal cuando está cerrado, pero con toda la potencia y flexibilidad de una tablet cuando lo abres. Una evolución que, aunque no perfecta, marca un antes y un después.
Lo primero que notas es el diseño: más delgado, más ligero, y por fin manejable con una mano. Han afinado los márgenes, reducido el grosor y el peso, y mejorado mucho la ergonomía. Cuando lo abres, te encuentras con una pantalla de más de 8 pulgadas, muy bien aprovechada y con software cada vez más adaptado a este formato híbrido. Las aplicaciones propias de Samsung funcionan de maravilla, con doble columna y modo Flex bien implementado. Y la cámara principal es una pasada: 200 MP, buena en fotos y espectacular en vídeo. Puedes grabarte con la pantalla exterior como monitor, ideal para creadores. El software acompaña y la experiencia, en general, está muy pulida.
Pero no todo es perfecto. La batería se queda corta si le das mucha caña, y la carga rápida... bueno, de rápida tiene poco. Las cámaras secundarias no están a la altura de un móvil de más de 2.000€, y hemos perdido el S Pen, algo que muchos echarán de menos. Además, aunque se ve más bonito y compacto, ahora cuesta un poco más abrirlo.
En resumen, el Galaxy Z Fold 7 ya no es un capricho para techies. Es un teléfono perfectamente usable en el día a día, con el extra brutal de poder convertirse en una tablet cuando lo necesitas. Sí, hay cosas por mejorar, pero es la primera vez que no siento que tenga que justificar el haberme comprado un plegable.