El ChatGPT va a cambiar por completo un clásico de las escuelas: los deberes
La IA aplicada a texto es capaz de componer redacciones complejas sobre prácticamente cualquier temática.

El ChatGPT es una de las Inteligencias Artificiales de moda, y todos estamos sorprendidos con los textos que es capaz de generar. Este año ha sido, sin duda, uno de los más importantes para el desarrollo de la IA, y su implementación en nuestras vidas. Hoy os redacto esta noticia yo, Mario, pero sin ir más lejos la imágen que véis presidiéndola ha sido generada por Dall-e. Al fin y al cabo, la IA ha nacido para ayudarnos, para resolver nuestras dudas o ofrecernos contenido virtual generado e base a nuestras necesidades. Sin embargo, está poniendo en riesgo el contenido de autor, y los textos o fotografías hechas por humanos podrían quedar en segundo plano si la IA avanza lo suficiente para que la diferencia sea imperceptible.
El gran problema es que, tal y como ha demostrado ChatGPT, es prácticamente imposible adivinar que esos textos han sido generados por una IA. Esto a mí me pone los pelos de punta mientras redacto esto, pero el sector educativo también está preocupado por los avances de esta tecnología. Y es que los textos complejos generados por ChatGPT ponen en riesgo una de las prácticas más habituales en colegios e institutos: los deberes.
No es extraño que muchas asignaturas envíen redacciones de textos como tarea para realizar fuera del aula. En España, asignaturas como Lengua Castellana y Literatura o los diferentes idiomas requieren que los estudiantes aprendan habilidades en comunicación escrita para aprobar la materia. Ahora, el ChatGTP puede encargarse de realizar esa tarea por ti, y en el estado en el que está la IA, los profesores no tienen los recursos para identificar qué texto lo ha escrito un humano y cuál una máquina.
ChatGPT es tan complejo que es muy difícil diferenciar sus textos de otros escritos por seres humanos
Es cierto que, poniendo atención a la redacción, puedes descubrir ciertas estructuras semánticas que delatan la autoría de una IA. Pero a nivel gramatical y cohesivo...es muy complicado. Ante esta problemática, Lucinda McKnight, pedagoga e investigadora, sostiene que los centros educativos deben cambiar la forma de que los alumnos desarrollen su conocimiento de la asignatura, dentro y fuera del aula.
McKnight propone que sería una buena idea que los alumnos tuvieran reuniones (cara a cara o por videollamada) en pequeños grupos para construir un texto y definir qué elementos comunicativos debería tener para ser una buena pieza explicativa (o creativa en caso de un poema o un cuento). Luego, los grupos le definirían la temática a una IA como ChatGPT e intentarían detectar qué partes del texto generado necesitan refuerzo. De esta manera, los alumnos trabajan en conjunto con la tecnología encontrando la mejor forma de enriquecer el contenido desde un punto de vista subjetivo y, en definitiva, humano.
Los avances en IA van tan rápido que marean, y está claro que prácticas tan habituales como mandar una redacción de deberes para casa, van a cambiar. Abrazar esa tecnología y complementarla, o desterrarla y tacharla de enemigo, esas son las dos opciones.