Esta inteligencia artificial es tan lista que ha diseñado el motor de una nave espacial
Noyron se aleja de las inteligencias artificiales como ChatGPT por su capacidad para diseñar desde cero y prever su funcionamiento en el mundo real

La inteligencia artificial ha avanzado tanto en tan poco tiempo que hay quienes aseguran que, más pronto que tarde, acabará realizando el 80% del trabajo de los seres humanos. Y no es para menos que gente como Elon Musk piense así, ya que está presente en prácticamente cualquier ámbito de la vida diaria. Incluso en el deportivo, ya que va a sustituir a los árbitros en Wimbledon a través de un sistema que detecta de forma ultraprecisa los movimientos de la pelota.
Además, la inteligencia artificial tiene un coste elevado. Consume una gran cantidad de agua, lo que ha llevado a compañías tan importantes como Google a buscar alternativas. De hecho, el gigante de Internet ha firmado un acuerdo para usar reactores nucleares con el objetivo de abastecer energéticamente sus centros de procesamiento de datos.
Sin embargo, hay proyectos bastante interesantes que son y serán muy útiles en el futuro. Y no sólo estamos hablando de ChatGPT, el bot conversacional de OpenAI que se actualizó recientemente para poder realizar razonamientos más complicados, sino también de una IA que busca sustituir a los ingenieros para, por ejemplo, desarrollar motores de naves espaciales.
Noyron, el sistema que diseña de forma autónoma maquinaria y productos avanzados

Prototipo de motor eléctrico creado mediante un modelo de ingeniería computacional escrito por LEAP 71. El motor está diseñado para ser fabricado mediante el proceso experimental de impresión 3D de metal multimaterial creado por el Fraunhofer IGCV. El motor fue creado en colaboración con Dubai Future Labs | LEAP 71
LEAP 71 es una empresa con sede en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) que se describe como "un equipo de pioneros en el campo de la Ingeniería Computacional. Trabajamos para diseñar productos físicos novedosos listos para la producción utilizando los últimos procesos de fabricación digital, como la impresión 3D industrial", según se puede leer en su sitio web.
El corazón de la empresa es Noyron, un modelo computacional que codifica el conocimiento y la lógica del dominio experto, la física, los modelos térmicos, las reglas sobre los procesos de fabricación y datos relacionados en un marco coherente para desarrollar productos de última generación que se pueden emplear en el sector aeroespacial, motores eléctricos, bioimpresión, diseño de intercambiadores de calor y más.
Noyron está en constante evolución y aprende de los datos obtenidos de pruebas y resultados de fabricación del mundo real. El sistema puede especializarse y adaptarse para servir a diferentes industrias. Algunos ejemplos son Noyron RP, para motores de coche, o Noyron EA, para sistemas electromagnéticos. Pero lo bueno de Noyron es que no sólo diseña, sino que predice cómo va a rendir en entornos reales.
Y es que Noyron utiliza el aprendizaje automático (machine learning) para que piense como un ingeniero a la hora de resolver los problemas. Sabe cómo diseñar un nuevo motor desde cero para que coincida con una serie de especificaciones, como límites de empuje o térmicos, algo que es poco habitual en el sector. Con cada nueva información, incluso si es un "fracaso", Noyron aprende, se vuelve más inteligente y preciso con sus siguientes movimientos.
Uno de los últimos experimentos de LEAP 71 con Noyron tiene que ver con un motor de cohete de 5 kilonewton diseñado íntegramente según su modelo computacional, el primero de su tipo a nivel mundial. Si bien Noyron está diseñado para predecir su funcionamiento en el mundo real, en la ingeniera de cohetes nada se da por supuesto hasta que se pone a prueba.
Para llevar a cabo el experimento, LEAP 71 instaló el motor en un antiguo búnker de la Segunda Guerra Mundial en Reino Unido, ya que los muros de hormigón protegieron al motor de que pueda surgir una reacción debido a las condiciones y materiales de fabricación. Tras las pruebas, comprobaron que Noyron había creado un motor de cohete que funcionaba según lo previsto, siendo estable y fiable.
Lin Kayser, cofundador de LEAP 71, asegura que Noyron funciona de manera diferente a otras soluciones de inteligencia artificial generativa del mercado, ya que estas pueden ser impredecibles y variar en cada prueba; requieren de un ingeniero que supervise los resultados mostrados por la IA, que debe usar sus conocimientos para saber qué funciona y qué no para arreglarlo. Como cuando se usa ChatGPT o Google Gemini.
Lo bueno de Noyron es que es transparente; los ingenieros que lo usan saben por qué ha tomado cada decisión, lo que les permite ajustar de forma fácil la lógica del modelo o introducir otros parámetros para mejorar los resultados, de modo que nada es aleatorio. Las compañías que usan Noyron tienen que configurarlo para que se ajuste a lo que buscan:
Se trata de hacer que la ingeniería sea computacional y aplicar los principios del desarrollo de software al diseño de objetos físicos. Las empresas no utilizan Noyron por defecto, sino que añaden al sistema su propio conocimiento exclusivo, su forma de abordar los problemas. Noyron se vuelve más inteligente y se adapta para reflejar la experiencia específica de la empresa que lo utiliza. Es como tener un equipo de ingeniería que ya conoce sus métodos y prioridades únicos
El objetivo de LEAP 71 es ir más allá de los motores para cohetes. La compañía está trabajando para construir la primera inteligencia artificial de uso general para ingeniería. Sería un sistema capaz de diseñar cualquier cosa, desde componentes de cohetes e intercambiadores de calor hasta un fuselaje, una presa y un motor de fusión en un futuro, el cual continúa siendo bastante lejano.