¿A Marte en solo 90 días? Un estudiante podría haber resuelto el mayor problema de la exploración espacial
Una nueva propuesta pone patas arriba las suposiciones sobre los viajes interplanetarios, llegando a Marte en solo tres meses con tecnología actual

Durante décadas, alcanzar Marte ha sido sinónimo de largas travesías, de seis a nueve meses, con trayectos que imponen desafíos físicos, psicológicos y logísticos en cualquier misión tripulada. Sin embargo, un nuevo estudio liderado por el físico Jack Kingdon, de la Universidad de California en Santa Bárbara, propone una ruta alternativa y sorprendente: llegar al planeta rojo en tan solo tres meses utilizando la Starship de SpaceX y sin necesidad de tecnologías nucleares aún en pañales.
Cómo la Starship podría acortar el viaje a Marte sin energía nuclear
El planteamiento de este estudio, publicado en la revista científica Scientific Reports, parte de una premisa sencilla, pero poderosa: usar solo lo que ya existe o está cerca de existir. Mientras que la NASA y otras agencias espaciales han apostado por la propulsión nuclear térmica, o eléctrica, para acortar viajes, Jack sugiere dos trayectorias optimizadas con el software Lambert Solver. Gracias a esto se podría llegar a Marte en 90 y 104 días respectivamente. La clave está en aprovechar al máximo las fortalezas de la Starship, su gran capacidad de combustible y los alineamientos periódicos entre la Tierra y Marte.
Según sus cálculos, una misión lanzada en abril de 2033 podría completar un viaje de ida en 90 días y regresar tras otro tránsito similar. Otra ventana, en 2035, requeriría 104 días para el trayecto. Ambas opciones, asegura el científico, son viables desde el punto de vista energético y estructural, siempre y cuando se resuelvan ciertos retos técnicos: desde mejorar la resistencia del Starship al entrar en la atmósfera marciana, hasta perfeccionar el sistema de repostaje en órbita y, más difícil aún, la fabricación de combustible en suelo marciano.
Este último punto es uno de los grandes interrogantes del plan. SpaceX tendría que instalar reactores Sabatier, que permiten realizar un proceso químico que convierte el dióxido de carbono y el hidrógeno en metano y oxígeno, en Marte. El combustible resultante permitiría a la Starship despegar, llegar a órbita y repostar gracias a otros cargueros que transferirían el propulsante necesario para el regreso.
Este, de por sí, ya es un reto descomunal en un planeta donde aún no hemos instalado ni una sola máquina. Sin embargo, Jack Kingdon argumenta que este tipo de problemas son abordables. En declaraciones recogidas en Phys.org, el joven investigador asegura que fabricar combustible en Marte será complejo, pero "un problema menos difícil que atrapar un rascacielos de 70 metros de altura con brazos mecánicos gigantes".
Su propuesta también serviría para aliviar una de las principales críticas al plan marciano de SpaceX: el desequilibrio de masa. Estudios previos del Centro Aeroespacial Alemán ya advertían que, con la configuración actual, la Starship no podría regresar desde Marte por falta de empuje. La inclusión de más naves cisterna y trayectorias más eficientes podrían resolver esta limitación. ¿Estará Elon Musk tomando nota o intentando reclutar ya a este joven genio de la ingeniería aeroespacial?
