Así engañan a sus depredadores las babosas de mar más coloridas del océano. Todo tiene que ver con el la luz de su entorno
En muchas ocasiones, las estrategias de evolución pueden pasar por vistosos y llamativos colores

Existe un orden de moluscos gasterópodos sin concha que engloba a los nudibranquios. Es ahí donde podemos encontrar a las babosas de mar, animales marinos que pueden presumir de tener algunos de los colores más llamativos del océano. Verdes eléctricos, azules brillante, fucsias o naranjas son algunos de los colores que adornan sus cuerpos, como si de un desfile de moda se tratase. Pero, ¿es simplemente una manera de distinguir diferentes especies o algo que tiene que ver con la evolución?
Apariencia llamativa, estrategia defensiva
Recientemente, gracias al artículo publicado en la revista científica Journal of Animal Ecology, hemos podido saber que no se trata solamente de estética, sino que esos colores cumplen una importante función en su supervivencia. Estamos hablando de una estrategia defensiva conocida como aposematismo, de sobra conocida en especies que son tóxicas. Algo así como: "Mira que bonito soy, pero ten cuidado, porque si me comes lo pasarás muy mal".
Eso sí, existe un pequeño detalle que tenemos que tener en cuenta. Para que esos colores resulten bien llamativos debe haber suficiente luz. Los investigadores utilizaron cámaras especiales y software de simulación para recrear cómo ven los depredadores de las babosas de mar en diferentes condiciones de luz. Buscaban confirmar si las babosas más llamativas eran aquellas más expuestas al sol.
Y acertaron de pleno. Según el estudio, los nudibranquios más coloridos son los que tienen hábitos diurnos. Cuando se exponen al sol, la capa externa colorida de estos animales marinos parece funcionar a pleno rendimiento. Sin embargo, cuando están en condiciones de mayor oscuridad, tienden a ser menos vistosos. El doctor Cedric van den Berg, autor principal del artículo, asegura en el medio IFLScience que:
Las babosas de mar utilizan patrones de color con contraste y brillantes para enviar mensajes a sus potenciales depredadores como "No me comas, soy venenoso". Advierten de sus defensas subyacentes, como productos químicos desagradables o células urticantes, con claras señales visuales como manchas de colores brillantes, rayas gruesas o contornos corporales mejorados. Estas tácticas están muy relacionadas con ser activas durante el día, cuando hay suficiente luz para que las señales funcionen.
Las señales visuales no solo salvan la vida de las babosas que podían ser devoradas, sino que enseñan a los depredadores que es mejor dejar en paz a las especies de nudibranquios con colores llamativos. Cedric van den Berg asegura que "Tiene sentido para estas especies evitar una experiencia arriesgada y potencialmente costosa de ser mordisqueado o, incluso, ingerido por un depredador seas o no tóxico".
Es por ello que cuanto más llamativas sean estas babosas de mar, más posibilidades tendrán de ser recordadas por sus depredadores. Por tanto, lo que a primera vista parece ser un desfile de animales con espectaculares colores, en realidad es una estrategia evolutiva para poder sobrevivir en un mundo siempre hostil. El color es el escudo de los nudibranquios, frente a depredadores ávidos de presas.