Científicos logran implantar genes de algas en plantas terrestres para aumentar su producción

La edición genética permite introducir características de organismos acuáticos en plantas de tierra

Científicos logran implantar genes de algas en plantas terrestres para aumentar su producción
Las algas escondían un secreto que acaba de ser desvelado
Publicado en Ciencia

Tenemos muchos datos acerca de la flora de nuestro planeta. Por ejemplo, sabemos cuáles son las plantas más venenosas de la Tierra y también conocemos el motivo por el que el césped recién cortado de una forma tan característica. Ahora, queremos compartir contigo el estudio que muestra cómo las algas pueden ser grandes aliadas para el resto de plantas del planeta.

Utilizando genes de algas para potenciar plantas terrestres

Gracias al artículo publicado en el medio Current Biology, hemos conocido que científicos de la Universidad de California, Riverside, han descubierto uno de los grandes secretos de las algas marinas.

Tingting Xiang, que es la autora principal del artículo, desvela un sorprendente dato sobre este organismo en la publicación de la universidad:

Las algas marinas producen la mitad de todo el oxígeno que respiramos, incluso más que las plantas terrestre. Y se alimentan de enormes redes de comida, peces que son comidos por mamíferos y humanos. A pesar de su importancia global, no entendíamos la base genética de la supervivencia de las algas hasta ahora.

El descubrimiento llevado a cabo durante esta investigación ha detectado el gen responsable de un tipo de clorofila especial en las algas marinas, que parece ser el responsable de su supervivencia y que ya habría sido implantado en una especie terrestre para comprobar si ésta también consigue mejorar su crecimiento.

La experimentación ha utilizado a la planta de tabaco como conejillo de indias para comprobar si ésta puede ser capaz de producir la clorofila marina, para lo que se ha insertado el gen responsable de su creación en las algas. Este pigmento, por cierto, es el responsable de la fotosíntesis, es decir, del proceso que permite a las plantas convertir la luz que reciben en alimento.

Existen hasta cinco tipos de clorofila, siendo los denominados 'a' y 'b' los que producen la mayoría de plantas y el tipo 'c' el que producen algunas algas marinas. Este último tipo es el que permite a las algas absorber un tipo de longitud de onda a través del agua. En el caso de las plantas terrestres, incorporar este gen ayudaría a absorber más longitudes de onda de la luz y conseguir crecer a mayor ritmo.

Otra gran ventaja del estudio llegaría por el lado de los biocombustibles basados en las algas. Dado que algunas especies únicamente producen clorofila de tipo 'a' y 'b', añadir el gen para que produzcan también del tipo 'c' ayudaría a mejorar las cosechas que están destinadas a la nueva generación de biocombustibles. Robert Jinkerson, coautor del estudio, afirma que:

Al desvelar los secretos de este pigmento clave, no sólo ganamos información acerca del alma de los ecosistemas marinos, sino que también abrimos un camino pionero para el desarrollo de cosechas más robustas y biocombustibles más eficientes.

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