Cómo hackear tu cerebro y usarlo a tu favor en el día a día

Sufrimiento, miedo, tensión... ¿Se puede luchar contra tu propio cerebro para evitar estas sensaciones negativas? Hacerlo es posible y nosotros te damos algunos trucos que te pueden ayudar enormemente.

Cómo hackear tu cerebro y usarlo a tu favor en el día a día
Hackear tu cerebro a tu favor es posible con estos sencillos trucos. Solo sé que no sé nada

Afortunadamente, los humanos no tenemos el cerebro del tamaño del célebre Homer Simpson. Por ello, debemos aprovechar las funciones de este órgano clave y utilizarlas a nuestro favor. ¿Sabías que puedes hackear tu cerebro para mejorar algunas cosas negativas?

Pese a las leyendas urbanas, ya ha sido demostrado que no solo usamos el 10% de nuestro cerebro. Sin embargo, algunas empresas quieren seguir potenciando el poder del mismo y quieren implantar un chip en tu cabeza para hacerte más inteligente.

Olvídate del miedo, ansiedad o dolor poniendo en práctica estos sencillos trucos

Nosotros, de momento, dejamos esas ideas extremas a un lado para hablar de algo más sencillo que también está relacionado con tu cerebro. Como decíamos anteriormente, este puede ser hackeado con unos sencillos trucos que te ayudarán enormemente.

¿Tienes miedo a las agujas de las vacunas? No te preocupes, a continuación, sabrás cómo evitarlo con la ayuda de tu cerebro. Ansiedad, miedo o dolor son solo algunos de esos aspectos que puedes olvidar si hackeas el órgano tan fundamental que tienes en la cabeza.

Hackea tu cerebro para beneficiarte

Superar esas barreras que te limitan día a día es el principal objetivo de la web Mental Floss en un artículo en el que celebran la importancia del cerebro. En el mismo, nos chivan una serie de trucos que nos ayudarán a a hackearlo y a controlar mejor esta máquina para utilizarla a nuestro favor. Son los siguientes:

¿Quieres algo con fuerza? ¡Aléjate!

Los expertos hablan muy claro sobre los deseos humanos. Imagínate que quieres con muchas ganas esas nuevas zapatillas de las que te has enamorado. Bien, si sabes que no puedes adquirirlas, lo mejor que puedes hacer es alejarte lo máximo posible de ellas, y ni se te ocurra llegar a tocarlas.

Los vendedores saben a la perfección que tocar ese objeto que tanto quieres solo te hace desearlo con más fuerza, por lo que cuentan con productos de prueba. Ya sabes, si no puedes permitirte comprar algo que te encanta, lo último que debes hacer es tocarlo, o tu cerebro te lo pondrá aún peor.

Las vacunas no son nada si toses

Sí, como lo lees, desde Mental Floss explican que toser es una acción clave si le tienes terror a las agujas pero tienes que ponerte irremediablemente una vacuna. Según un estudio realizado por científicos alemanes, el dolor y el pánico son mucho menos notables si el paciente tose a la hora de vacunarse.

Para comprobarlo, realizaron dos pruebas con 20 voluntarios: en la primera fueron vacunados sin ninguna orden, mientras que en la segunda tenían que toser mientras recibían la vacuna. 19 de esos 20 participantes admitieron que en la segunda inyección habían sentido menos dolor que en la primera, demostrando que este sencillo truco te puede ayudar si eres de esos que temen las agujas.

Cómo hackear tu cerebro y usarlo a tu favor en el día a día

Hackear tu cerebro puede ayudarte a no temer más cuando tienes que vacunarte. <a href="https://eacnur.org/es" rel="nofollow" target="_BLANK">ACNUR</a>

Conseguir visión nocturna es así de fácil

Cuenta la historia que los piratas no llevaban ese mítico parche en un ojo solo porque quedaba guay, sino porque les ayudaba a superar un problema habitual. Cuando bajaban a la cubierta del barco, les llevaba mucho tiempo que la vista se acostumbrase a la oscuridad ya que venían directamente de la luz del día.

Sin embargo, el parche, que mantenía uno de los ojos en total oscuridad, resultó ser un truco cerebral perfecto para adaptarse a los cambios de luz con facilidad y rapidez. Ahora, si tú necesitas conseguir una buena visión nocturna en pocos segundos, solo tendrás que taparte un ojo con tu propia mano o un parche cualquiera.

El rojo, arma invencible

Este truco es especialmente simple y se basa en llevar rojo. Vestir ropa de este llamativo color aumentará tus posibilidades de ganar, tanto en el amor, como en las batallas o también en competiciones deportivas.

Según comentan desde Mental Floss, las victorias de deportistas vestidos de rojo han llevado a algunos investigadores a sugerir que se prohíba ese color, ya que supuestamente da ventaja a aquellos que lo portan. Es fácil, si necesitas ganar algo en tu vida, recurre al rojo.

Jo***, ¡qué dolor!, ¿o no es para tanto?

Es posible que ya se te haya pasado por la cabeza este truco si eres de esos que dicen más palabras malsonantes de las que debe. Estos términos salen con más facilidad si te das un golpe en el dedo pequeño del pie, por ejemplo. Si estás en esta situación, lo primero que sale es maldecir para intentar paliar el dolor.

Maldecir, llevar rojo, toser o un simple parche pueden ayudarte más de lo que crees

Ahora descubrimos que lo estás haciendo bien y que decir palabrotas puede ayudarte a aliviar el dolor. Esto ha sido probado incluso por estudios científicos que han concluido lo siguiente: "Maldecir aumentó la tolerancia al dolor, aumentó la frecuencia cardíaca y disminuyó el dolor percibido en comparación con no maldecir".

Sin embargo, en este truco hay una excepción importante, y es que decir palabrotas no te ayudará a paliar el dolor de las fosas nasales. Contando con ese dato, recuerda que decir una o dos palabras malsonantes puede servirte, aunque siempre con moderación.

Izquierda o derecha, la mano del autocontrol

Hablemos del autocontrol. ¿Eres capaz de manejar la ira en momentos de tensión o enfado? Si no es algo que se te da muy bien, debes saber que la clave está en tu mano no dominante. Si eres diestro, fíjate en la izquierda, y viceversa.

Esta teoría se basa en la importancia de utilizar tu mano no dominante, por ejemplo, durante dos semanas para tareas como comer o abrir puertas. Estas acciones te permitirán concebir el autocontrol como un músculo que tienes que entrenar.

Ese autocontrol mejora notablemente si tienes que aprender a lidiar con la molestia de realizar ciertas tareas con esa mano que no dominas. Al principio te costará, pero al final acabarás notando una progresión en tu autocontrol y paciencia.

Ahorrar e invertir mejor si hackeas tu cerebro

La misión de este "lavado" parcial al que tienes que someter a tu cerebro es clara: aprender a ahorrar e invertir mucho mejor. El neurólogo Moran Cerf, de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos), explicó que todo se basa en aprender a engañar a nuestras neuronas, tal y como recoge Gestión.

"Las distintas métricas que usamos para medir cuándo recibimos y cuándo gastamos dinero confunden a nuestro cerebro", afirma Cerf haciendo referencia a los períodos de cobros mensuales, mientras que otros pagos se realizan cada dos meses, tres, seis...

Cerf recomienda hackear tu cerebro para aprender a ahorrar e invertir de forma adecuada

Sin embargo, si aprendes a utilizar una misma unidad de tiempo tanto para ingresos como para gastos, es mucho más fácil ahorrar y emplear ese dinero en inversiones. Cerf recomienda contemplar los gastos fijos una vez que se recibe el sueldo y, a partir de ahí, estudiar cuánto dinero se puede ahorrar cada X tiempo, dependiendo de la unidad que tú elijas.

Una vez que veas el dinero ahorrado, debes plantearte si es suficiente para invertir en lo que deseas o debes esperar más para conseguirlo. Si el presupuesto debe ser diario o mensual depende del tipo de persona y sus costumbres, según el neurólogo, que cree que esta decisión permite eliminar posteriores resoluciones.

"¿Puedo comer hoy fuera de casa?", te preguntarás en algunas ocasiones. Bien, si llevas un control diario de tu dinero sabrás al instante si puedes permitírtelo o no. Si consigues hackear tu cerebro y establecer la unidad de tiempo que deseas para controlar el dinero, te será mucho más fácil conseguir una economía sana.

Este solo es uno de los "trucos" que hackean tu cerebro para olvidar sensaciones o costumbres negativas que no quieres seguir sufriendo. Miedo, dolor, ansiedad o la falta de autocontrol pueden quedar atrás si haces caso.

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