Así es como la contaminación puede matarte
La inmensa emisión de gases contaminantes es uno de los principales problemas de nuestra sociedad, y no somos conscientes de que podría acabar con nuestra vida.

Vivir en un mundo tan poblado e industrializado como el de hoy en día, conlleva una serie de desventajas. Desventajas para nuestro planeta y su equilibrio, desventajas para cada uno de nosotros mismos. No te sorprenderá saber que la contaminación, en todas sus formas, es uno de los mayores problemas.
Más estragos para tu salud de los que podrías imaginar
Además de provocar grandes daños a todo tipo de ecosistemas y participar en la desaparición de decenas de especies, puede causar el aumento de enfermedades. Ya comentamos hace algún tiempo las graves consecuencias que presenta una pérdida progresiva de biodiversidad, por lo que en este caso nos centraremos en los estragos que la contaminación puede causar a nuestra sociedad. Más concretamente hablaremos de la contaminación gaseosa, la más común y una de las más perjudiciales.

La contaminación de las ciudades recae sobre nuestra salud. La Vanguardia
Enfermedades pulmonares
Probablemente sean las más comunes y las más obvias. Muchas de las grandes ciudades del mundo presentan un aire contaminado, como resultado en muchas ocasiones del tráfico, pero también de las diferentes industrias. Gases como el monóxido de carbono (CO), el dióxido de azufre (SO2) y el más conocido dióxido de carbono (CO2), se hacen habituales en el aire.
El cáncer más común, el de pulmón, está aumentando
Como podemos leer en Expansión, ciudades como Madrid han tenido que activar protocolos por la alta contaminación durante los últimos meses, por lo que muchos ciudadanos han estado respirando un aire perjudicial. Entre las consecuencias encontramos el aumento de los casos de asma, neumonía, trastornos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), incluso cáncer. El cáncer de pulmón es uno de los más comunes, y a este paso seguirá aumentando.
Muertes infantiles
Quizás es algo de lo que no oímos hablar demasiado, pero los datos son realmente alarmantes. En un comunicado de prensa de la Organización Mundial de la Salud realizado a principios del año pasado, podemos leer los datos esclarecidos por el informe de la Dra. Margaret Chan. Las cinco principales causas de muerte en niños menores de 5 años están relacionadas con la contaminación.
Entre todas esas causas podemos encontrar a las aguas contaminadas, la falta de higiene y los envenenamientos, pero la más devastadora es fácilmente identificable. Según el propio informe, 570.000 niños menores de 5 años mueren debido a infecciones respiratorias y otras enfermedades, causadas por la contaminación del aire y por la exposición al humo de tabaco ajeno.
Ojos, oídos y garganta
Nuestros ojos, oídos y garganta también sufren, y mucho, por los gases contaminantes de las ciudades. Como apuntan desde Contaminación ambiental, los ojos pueden verse afectados por conjuntivitis, que inflama la parte interior de los párpados e irrita los globos oculares.
Estas enfermedades podrían llevarte a la asfixia
Respecto al oído, podemos hablar de un aumento de los casos de otitis, que provoca una inflamación tanto del oído como de sus canales internos, y que en casos extremos puede llegar a provocar sordera. No nos olvidamos de la faringitis y laringitis, que producen de nuevo una inflamación, en este caso en faringe y laringe. Estos problemas se relacionan además con la aparición de tos ferina, que da lugar a ataques de tos continuados, dificultad para respirar y asfixia.
Un aumento de la mortalidad general
Este último punto se produce necesariamente a partir de los anteriores, y es que un aumento de los trastornos y enfermedades que afectan a una población, aumentará casi con total seguridad la tasa de mortalidad. Nos encontramos ante el problema final, el más grave y el que siempre debemos tener en cuenta a la hora de realizar tareas preventivas.
Llevamos años luchando contra el aumento de la contaminación atmosférica, y hemos hecho avances, pero no son ni de lejos suficientes. Los gobiernos de los distintos países deberán seguir realizando pactos y poniendo en marcha medidas que tengan como principal objetivo la protección del planeta, que al fin y al cabo es la protección de nuestra vida y la de generaciones futuras.