Descubierta una nueva especie de lagarto con ojos que parecen sacados de otro mundo
Hay otra subespecie de la misma familia que es muy parecida a nivel fisiológico, pero las pruebas de laboratorio no mienten.

En Australia conviven muchísimas especies de lagartos diferentes, y la familia conocida como "geckos" es una de las más emblemáticas. Estas especies de lagartos son célebres por su belleza, y por la particular anatomía de la base de sus patas, que los convierten en formidables escaladores. Son animales esquivos y en algunos casos con una habilidad de camuflaje sensacional, por lo que en ocasiones es muy complicado localizarlos en la naturaleza. La apariencia ha sido lo que ha confundido a los expertos cuando encontraron este bellísimo ejemplar en la parte occidental del país, pero la genética ha sido la prueba definitiva: estamos ante una nueva especie.
Esta nueva especie ha aparecido prácticamente por error, ya que llevábamos años confundiéndola con otra. El nuevo lagarto recibe el nombre de Strophurus spinula, o gecko de cola de espina menor, y se parece muchísimo a otra familia de lagartos, la Strophurus assimilis. Es un animal bellísimo que se distingue fácilmente por el increíble patrón moteado que le recorre el cuerpo, con diferentes tonalidades de blanco, negro y gris. Todo el cuerpo del animal está cubierto por pequeñas espinas, que se concentran principalmente en la cola y sobre los ojos. Y hablando de los ojos, los globos oculares de estos animales mantienen el patrón que está presente en todo el cuerpo, y son un regalo para la vista.

Strophurus spinula. Imagen: Anders Zimny/Sadlier et al. 2023
Unos ojos que imitan el camuflaje del cuerpo
El estudio de donde ha surgido este descubrimiento fue publicado en la revista Records of the Western Australian Museum, y en él se explica la manera en la que equipo de investigadores a cargo fueron capaces identificar a la nueva especie. Los científicos detectaron variaciones entre dos ejemplares (un spinula y un assimilis) en la disposición de las espinas y en la cola, que fue lo que les impulsó a llevárselos al laboratorio. Tras muchas pruebas se dieron cuenta de que la secuencia genética no era la misma, y que eran efectivamente dos especies diferentes.
Fisiológicamente ambas especies son muy parecidas y también comparten un peculiar mecanismo de defensa. Cuando detecta cualquier tipo de peligro, este gecko puede secretar una sustancia química inofensiva pero de fuerte olor y sabor, que les sirve para espantar a posibles aves depredadoras. Los geckos no son animales venenosos, pero el olor es tan desagradable que incluso a los humanos nos resulta vomitivo.
Los investigadores desconocen la densidad de población de los recién descubiertos spinula, pero saben que frecuentan zonas del sur de Australia Occidental, principalmente en bosques áridos donde predomina el árbol mulga. Aunque haya sido por sorpresa, la enorme familia de geckos australianos tiene oficialmente un nuevo miembro.