Distraerse haciendo pequeñas tareas podría ser muy bueno para tu cerebro, o al menos eso dice este estudio
Científicos plantean que divagar no siempre es negativo, sino que se puede aprender de manera pasiva en momentos de poca concentración

A todos nos ha pasado. Intentamos concentrarnos en una tarea, ya sea el trabajo, los estudios o una conversación, pero nuestra mente nos abandona para pensar en los planes del fin de semana, en esa serie de televisión que te está enganchando o en tus próximas vacaciones. Seguro que piensas que lo mejor es volver a retomar el hilo de lo que estabas haciendo, aunque ahora comprobarás que en ciertas ocasiones, dejar divagar a la mente puede ser óptimo para aprender.
La utilidad de distraerse de manera inconsciente
Tenemos que presentarte a investigadores de la Universidad de Eötvös Loránd, quienes han publicado un artículo en la revista científica The Journal of Neuroscience en el que explican cuál es el impacto de las distracciones en tareas que no necesitan de mucha concentración. Para ello, reunieron a 40 sujetos a los que se les midió la actividad cerebral mientras realizaban ejercicios poco complejos. En este caso, tenían que identificar patrones basados en probabilidades.
La sorpresa llegó cuando los participantes del estudio no solo no realizaban mal la tarea asignada al distraerse, sino que, en ciertos casos, incluso tenían un mejor rendimiento. Los investigadores demostraron que divagar puede otorgar al cerebro un empuje adicional para detectar patrones ocultos. Eso sí, cuando la distracción era deliberada, el rendimiento volvía a caer. Pero, ¿qué sucedía con su actividad cerebral?
En esos momentos en que los sujetos estaban divagando de manera involuntaria, los patrones neuronales se parecían mucho a los que aparecían cuando los científicos observaban a personas descansando o en un sueño profundo. Siempre habíamos pensado que esos estados provocaban que el cerebro se desconectase de la realidad, pero parece que estamos ante una de las maneras que tiene el cerebro de consolidar la memoria y aprender de manera inconsciente.
Entonces, ya tenemos claro que existen dos maneras de divagar: la consciente y la inconsciente. Esta última es la que ha sorprendido a los investigadores de la Universidad de Eötvös Loránd, dado que los participantes del estudio aprendían de manera más efectiva gracias a que el cerebro imita el estado que mejora la memoria cuando estamos dormidos. Por ello, la investigación nos lleva a pensar que divagar sin ser conscientes de ello es un mecanismo del cerebro para consolidar la información que estamos recibiendo en tareas poco exigentes.
Se sabe que entre el 30% y el 50% del tiempo que estamos despiertos, también estamos divagando. Quizás, siempre hemos pensado que esto es síntoma de debilidad de algunas personas, cuando, en realidad, es una manera correcta de continuar fortaleciendo a uno de los órganos más importantes del cuerpo. Asi que la próxima vez que alguien te saque de esos momentos de distracción, échale la bronca, porque está evitando que consolides la información en tu cerebro.