El hallazgo en el interior de las montañas de un grupo de científicos que podría suponer una fuente de energía limpia todavía sin explotar
Las posibilidades que abre la aparición de depósitos naturales de hidrógeno suponen un desafío para la comunidad científica y abren vías de nuevas investigaciones centradas en una explotación eficiente y viable

Si hay un desafío que mantiene a la comunidad científica en una lucha constante es sin duda el hecho de dar con cuantas más fuentes de energía limpia sea posible. Esto no resulta sencillo y requiere de investigación e inversión, aunque en ocasiones los resultados previos de algunos estudios arrojan resultados que permiten a la ciencia ser optimista. Hemos visto ejemplos recientemente como el de la planta de Ramme (Dinamarca) en la que se produce amoniaco verde.
Centrándonos en el estudio que nos ocupa, vemos que un equipo de investigadores dirigido por el doctor Frank Zwaan, científico de la sección de Modelado Geodinámico del Centro de Geociencias GFZ Helmholtz, creen haber dado con una fuente de hidrógeno natural sin explotar y que daría a la Tierra unas reservas incalculables de este gas: el interior de las montañas.
Pirineos, Alpes o Balcanes como potenciales depósitos gigantes de este gas
El estudio sugiere que estas reservas de gas se habrían producido a lo largo de millones de años y para replicar la generación los investigadores combinaron grabaciones de campo con modelos informáticos para simular el movimiento de las placas tectónicas, la formación de montañas y la posible producción de hidrógeno. Los resultados de su trabajo vieron la luz en la publicación de la revista Science Advanced.
El desarrollo de nuevos conceptos y estrategias de exploración será crucial para el éxito de estos esfuerzos
El estudio y los ensayos realizados se centraron en un proceso geológico llamado serpentinización, que consiste en hacer que las rocas del manto terrestre reaccionen con el agua para producir hidrógeno, en auge con la vista puesta en las energías verdes. Este fenómeno no se da en todas las circunstancias, sino que se produce solo cuando las rocas del manto son empujadas hacia la superficie durante la formación de montañas, acercándolas al agua y permitiendo su efecto.
Los investigadores descubrieron que la serpentinización es aproximadamente 20 veces más común en entornos montañosos donde las placas tectónicas convergen, en comparación con áreas donde se separan y de ese modo pudieron apuntar como zonas con mayor potencial para esta generación las cadenas montañosas de los Pirineos, los Alpes europeos donde han tenido lugar otros hallazgos y los Balcanes.
Pese a las posibilidades que abre la investigación también hay complejidades que no se pueden negar, pero en el seno del equipo de Zwaan parecen estar dispuestos a que alguien coja la estela que han marcado con su trabajo. Así lo expresaba Sascha Brune, jefe de la Sección de Modelado Geodinámico del GFZ: “"dadas las oportunidades económicas asociadas con el hidrógeno natural ahora es el momento de ir más allá”, aseguró. Veremos si el resto de la comunidad científica lo respalda.