Estados Unidos esquiva (por ahora) las importaciones de China de tierras raras. Las ha encontrado en el lugar más inesperado
Los depósitos de un material tan común como las cenizas del carbón pueden conceder al país norteamericano una posición más ventajosa de la que creían tener hasta la fecha

El tablero geopolítico que se dibuja en la actualidad lo hace con muchos focos de interés para los países más poderosos y uno de los que más brilla es el de los materiales procedentes de tierras raras, tan necesarios para diferentes usos centrados en inteligencia y energías renovables: catalizadores, electrónica, imanes, óptica, vidrio, cerámica, placas solares de las que luego se pueden todavía recuperar materiales y metalurgia son su principal destino y ahí radica su valor.
Sabiendo el destino que van a tener falta lo más importante: ¿dónde encontrarlos? Hay países que tienen sus propios yacimientos y esto los hace contar con un papel dominante frente a estados que tienen que acudir al mercado para su obtención. Así las cosas, dar con una fuente de elementos de tierras raras concede al país descubridor un recurso y una vía económica crucial en la actualidad.
La competencia entre los bloques China – Estados Unidos está presentada y en ella el país oriental puede haber dado un paso de gigante de confirmarse que cuenta con un filón de oro según las prospecciones realizadas con lo que Estados Unidos tiene que reaccionar.
8.400 millones de dólares escondidos entre cenizas
Y esto es lo que puede haber hecho dado que, de confirmarse los resultados del estudio elaborado por la Universidad de Texas, podría tener reservas de este tipo de materiales por valor de más de 8.400 millones de dólares. Lo más sorprendente es dónde han dado con este hallazgo: en escombreras de cenizas de carbón. Con ello y como bien ha apuntado la coautora del estudio Bridget Scanlon “se ejemplifica el mantra de convertir la basura en tesoro”.
Scanlon, profesora de investigación en la Oficina de Geología Económica de la Universidad de Texas en Austin, señala que la idea central de su estudio estaba más basada en la sostenibilidad que en la riqueza, variante que se puede abrir con sus hallazgos: “básicamente, estamos tratando de cerrar el ciclo y utilizar los residuos y recuperar recursos a partir de ellos, al mismo tiempo que reducimos el impacto ambiental”, apostilló.
Es cierto que hay dos factores fundamentales en este escenario a la hora de analizarlo desde el punto de vista monetario: la diferente concentración de estos materiales entre los diferentes depósitos analizados y la tasa de extracción que permiten, ya que de ello depende la mayor viabilidad económica de unos yacimientos frente a otros.
Por ejemplo, el estudio de la universidad con sede en Austin apunta la comparativa entre dos vertederos de ceniza, el de la cuenca de los Apalaches y el de la cuenca del río Powder. Los datos confrontados de estas dos prospecciones apuntan que pese a haber mayor concentración en las cenizas de los Apalaches (431 miligramos por kilogramo) su recuperación sería más costosa frente a lo obtenido en la cuenca del Powder (264 miligramos por kilo) que presenta una tasa de extracción favorable por encima del 70%.
La ceniza del carbón puede albergar el descubrimiento que sitúe a Estados Unidos en la vanguardia en cuanto a la obtención de elementos de tierras raras, aunque pese a lo prometedor de la revelación quedan desafíos por delante para convertirlo en una solución práctica, como desarrollar la tecnología para extraer esos elementos de tierras raras de las cenizas, tal como ha apuntado Chris Young, director de estrategia de Element USA:
El desafío es convertir esa idea de sentido común en una solución económica