"Este objeto no se parece a nada que hayamos visto antes" es lo que afirman astrónomos acerca de una misteriosa señal captada en el espacio
Se ha detectado una fuente, sin precedentes en la Vía Láctea, que combina emisiones de radio con ráfagas de rayos X

Un reciente estudio, publicado hoy en la prestigiosa revista Nature, ha sacudido los cimientos de la astronomía con el descubrimiento de un objeto cósmico hasta ahora desconocido en la Vía Láctea. Este misterioso habitante del cosmos no solo emite pulsos de radio con una regularidad inusual, sino que, por primera vez, se ha detectado que también libera ráfagas de rayos X sincronizadas, abriendo una nueva y desconcertante ventana al universo.
Un golpe de suerte cósmico con rayos X
Los transeúntes de largo período son una clase de fenómenos cósmicos identificados recientemente y que se caracterizan por emitir brillantes destellos de ondas de radio en intervalos que van desde unos pocos minutos hasta varias horas. Esta frecuencia, en comparación, es más pausada que los conocidos como pulsos rápidos de radio, que suelen asociarse con estrellas muertas como los púlsares.
Ahora, el nuevo hallazgo, bautizado como ASKAP J1832-0911, no solo amplía el catálogo de estos enigmáticos emisores, sino que profundiza en su enigma, ya que sus características no se parecen a ningún tipo conocido de estrella o sistema estelar dentro de nuestra galaxia. Tampoco más allá. Los investigadores, según el comunicado publicado en la página web del observatorio de rayos X Chandra, han utilizado el radiotelescopio Australian SKA Pathfinder para estudiar el misterioso objeto, con la ayuda de los datos obtenidos en su propio observatorio.
ASKAP J1832-0911 fue detectado a finales de 2023 y se sabe que está situado a unos 15.000 años luz de distancia en dirección al plano galáctico, aun dentro de la Vía Láctea. Se sabe que los pulsos de radio de este objeto llegaban con una regularidad de 44 minutos, aunque al revisar datos antiguos no se encontró ningún rastro del objeto, lo que hace suponer que algún evento cósmico lo "encendió" de repente.
La actividad de ASKAP J1832-0911 se intensificó en febrero de 2024, alcanzando un brillo en ondas de radio que lo sitúa entre los 30 objetos más luminosos jamás detectados en estas longitudes de onda, superando en unas 10.000 veces la emisión de la mayoría de las estrellas detectadas en radio. Sin embargo, la gran sorpresa llegó con la detección de rayos X, ya que aunque se han encontrado una objetos emisores de radio similares, ninguno había mostrado señales en esta franja del espectro energético.
Los investigadores, ahondando en los datos que tenían delante, descubrieron señales de rayos X procedentes de ASKAP J1832-0911 y lo más extraordinario fue constatar que también seguían el mismo ciclo de 44 minutos que los pulsos de radio. Por pura coincidencia, el observatorio de rayos X Chandra había estado apuntando a un objetivo diferente y acabó captando a ASKAP J1832-0911 durante su fase de brillo y actividad.
La emisión combinada de ráfagas de radio y rayos X es una característica común en estrellas muertas con campos magnéticos extremadamente fuertes, como las estrellas de neutrones o las enanas blancas. Este descubrimiento sugiere que algunos transeúntes de largo período podrían originarse en este tipo de remanentes estelares. Eso sí, parece que este objeto rompe el molde, ya que no encaja en ninguna categoría conocida. Habrá que estudiarlo mejor para poder su conocer su verdadera naturaleza y continuar fascinándonos con el cosmos.