Ha llegado del espacio y ha impactado en un avión. No es ciencia ficción, ha ocurrido en un vuelo comercial de Estados Unidos
El piloto habló de basura espacial, pero los investigadores barajan diferentes hipótesis en estos momentos

El pasado jueves 16 de octubre, por la tarde, un vuelo de la compañía United Airlines tuvo que desviarse de urgencia hacia Salt Lake City después de que un objeto golpeara con fuerza el parabrisas de la cabina a más de 11.000 metros de altitud. El incidente, en la ruta entre Denver y Los Ángeles, dejó el cristal frontal del Boeing 737 MAX visiblemente agrietado y ha abierto un enigma aéreo con tintes, casi, de ciencia ficción.
Un vuelo de United Airlines sufre un misterioso impacto en pleno cielo de Utah
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos, conocida como NTSB, confirmó el domingo 19 de octubre, que ya investiga el suceso. Según el comunicado publicado en su cuenta de X, la entidad afirma que están:
Investigando un parabrisas roto en un Boeing 737-8 durante un vuelo de crucero cerca de Moab, Utah, el jueves. Operando como el vuelo 1093 de United de Denver a Los Ángeles, el avión se desvió sin problemas a Salt Lake City. La NTSB recopila datos de radar, meteorológicos y de la grabadora de vuelo. El parabrisas se envía a los laboratorios de la NTSB para su análisis.
Las imágenes compartidas en redes sociales, disponibles en la cuenta de X del usuario xJonNYC, de las que no existe confirmación oficial, pero que sí parecen ser fidedignas, muestran la magnitud del impacto. Hablamos de un golpe que se produjo en la parte superior derecha del cristal, deformando, incluso, el marco metálico que lo sostiene. La cabina, por suerte, mantuvo la presurización gracias a las múltiples capas que componen los cristales de estos gigantes del aire, lo que evitó un desenlace mucho más grave.

Estado en que quedó el avión accidentado en los cielos de Utah
La gran pregunta, que me imagino que tú también te estarás haciendo, es dilucidar qué fue lo que impactó contra el avión. El propio comandante, según testimonios recogidos en el medio AvBrief, mencionó basura espacial. Una posible hipótesis, pero aun sin ningún tipo de prueba. Algunos expertos no descartan la implicación de pájaros en incidentes similares. De hechos, algunas especies, como puede ser el buitre de Ruppell, son capaces de alcanzar alturas de casi 11.000 metros. Eso sí, estos habitan en África, no en Estados Unido.
Los investigadores están valorando que haya podido tratarse de un globo meteorológico fuera de control, aunque parece que su velocidad no sería suficiente como para causar semejante destrozo. Otra opción sería una bola de granizo, frecuente en zonas de tormenta, aunque el avión se encontraba en fase de crucero y con condiciones aparentemente estables.
El escenario más verosímil, según algunos especialistas, es un meteoro. Cada año caen sobre la Tierra en torno a 17.000 meteoritos, una cifra muy superior a la de fragmentos de basura espacial que sobreviven a la reentrada. Aunque la mayoría de estas rocas se desintegran antes de llegar al suelo, un pequeño porcentaje logra atravesar la atmósfera a velocidades capaces de provocar importantes daños, por ejemplo, en un avión.
Parece que la clave estará en el análisis del material que se quedó adherido al cristal y al marco del avión. Si se encuentran restos metálicos, podríamos estar hablando de desechos orbitales, mientras que si aparecen partículas de origen rocoso, la hipótesis del meteorito cobrará fuerza. Lo que parecía un vuelo rutinario se ha convertido en un enigma aéreo de reciente actualidad, que nos recuerda que, incluso en pleno siglo XXI, surcar el cielo todavía puede deparar sorpresas que podrían llegar del espacio exterior.