Impactante noticia sobre el "asesino de ciudades": aumenta la probabilidad de impacto del asteroide 2024 YR4
El telescopio James Webb nos ofrece más datos de este cuerpo celestes y eleva las opciones que existen de colisión, aunque no son lo que te imaginas
Muchos piensan que el telescopio espacial James Webb solamente sirve para mostrarnos información de lejanas galaxias o de rincones inalcanzables del cosmos. Sin embargo, ahora también sabemos que científicos de la NASA lo han utilizado para afinar la trayectoria del asteroide 2024 YR4, lo que nos permite conocer el aumento de probabilidad de colisión. Pero, tranquilos. No parece que el objetivo sea la Tierra, sino nuestro satélite.
Nuevo aviso para el asteroide 2024 YR4
Recientemente, en un artículo publicado en el blog de la NASA, expertos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra, también conocido como CNEOS, sitúan ahora esta posibilidad de colisión en un 4,3 %, frente al 3,8 % estimado hace algunos meses. A pesar del ajuste, la agencia espacial aclara que el objeto no representa ningún riesgo para la Tierra.
La actualización de la trayectoria ha sido posible gracias a una observación llevada a cabo por el telescopio James Webb, justo antes de que el asteroide se perdiera de vista en su viaje orbital. El equipo internacional, dirigido por el doctor Andy Rivkin del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, utilizó la Cámara de Infrarrojo Cercano, NIRCam, del telescopio el pasado mes de mayo. Gracias al instrumento, que es especialmente valioso para estudiar asteroides, ya que estos objetos suelen ser oscuros y reflejan poca luz visible, se consiguió detectar el calor en el espectro infrarrojo.
El rango de posibles ubicaciones, representadas por la línea amarilla, de 2024 YR4 el 22 de diciembre de 2032
Los datos obtenidos nos ofrecieron mejor información acerca de su posición futura, en casi un 20%, un salto de precisión que ha sido clave para recalcular las proyecciones del encuentro que está previsto para el 22 de diciembre de 2032. Expertos del CNEOS, con sede en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, son los responsables de analizar estos datos y de calcular las trayectorias de cometas y asteroides para determinar si representan una amenaza para nuestro planeta.
Según explican, es habitual que la probabilidad de impacto fluctúe a medida que se añaden nuevas observaciones. De hecho, cada dato que se recibe reduce el margen de incertidumbre. En el caso del asteroide 2024 YR4, las primeras mediciones tras su descubrimiento apuntaban a una remota posibilidad de impacto terrestre, un riesgo que fue completamente descartado gracias a un seguimiento más exhaustivo.
La atención se centra, ahora, en la Luna. Sin embargo, la NASA se ha apresurado a calmar cualquier posible inquietud, asegurando que "en el pequeño supuesto de que el asteroide impactara, no alteraría la órbita de la Luna". Este tipo de análisis. que podríamos denominar como predicciones cósmicas, es fundamental para la labor que desarrolla la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA, cuyo objetivo es catalogar y monitorizar amenazas potenciales con el objetivo de desarrollar estrategias de mitigación si fuera necesario.
Actualmente, el asteroide 2024 YR4 se encuentra demasiado lejos para ser observado. La comunidad astronómica deberá armarse de paciencia hasta el año 2028, momento en que su órbita lo acercará de nuevo a nuestro vecindario cósmico. Esta aproximación ofrecerá una oportunidad de oro para realizar mediciones más detalladas y refinar, quizá de forma definitiva, si su destino es una colisión con la Luna o si pasará de largo.
