La arquitectura está viva en Alemania: así es la fachada que se mueve con el sol y el viento

La Universidad de Stuttgart demuestra cómo una fachada responsiva reduce el consumo energético y genera su propia electricidad

La arquitectura está viva en Alemania: así es la fachada que se mueve con el sol y el viento
Imagen lateral de la fachada FlectoLine con los módulos abiertos
Publicado en Ciencia

El futuro de la arquitectura podría no estar en los muros que levantamos, sino en los que podemos hacer mover. En el Jardín Botánico de la Universidad de Friburgo ha nacido una fachada que no solo protege, sino que escucha, responde y actúa. Su nombre es FlectoLine y es el primer sistema exterior de sombreado responsivo hecho con mecanismos flexibles sin bisagras.

FlectoLine es la fachada inteligente que se adapta al clima

Una piel elástica y precisa, sin engranajes ni complejidades, que es capaz de adaptarse en tiempo real al clima y a las necesidades del edificio es lo que nos presentan desde la Universidad de Stuttgart. FlectoLine incluye un sistema de actuadores neumáticos integrados directamente en placas reforzadas con fibras. Estas placas se deforman elásticamente y permiten un giro de hasta 90 grados sin necesidad de motores externos ni piezas móviles.

Imagen de la fachada desde el interior del edificio

Imagen de la fachada desde el interior del edificio

La clave del concepto está en su inspiración natural, ya que el sistema imita los movimientos de trampas vegetales y alas de insectos, donde materiales con distintas rigideces guían el movimiento de manera eficiente. De esta manera, como si fuesen músculos artificiales, las zonas flexibles almacenan energía durante la deformación y permiten a las placas volver a su posición original al liberar la presión.

Eso sí, la revolución no termina ahí. Esta fachada cuenta con un gemelo digital: un modelo virtual que simula en tiempo real las condiciones térmicas y de luz para optimizar la orientación de las placas. Recoge datos con sus sensores integrados y los combina con predicciones meteorológicas y patrones de uso para maximizar el confort interior y la producción de energía solar.

Detalle de los elementos que componen la fachada alemana

Detalle de los elementos que componen la fachada alemana

Porque, sí, el invento también es capaz de generar electricidad, ya que las placas incluyen células fotovoltaicas orgánicas que ajustan su orientación para capturar más luz a lo largo del día. La instalación actual abarca 83,5 metros cuadrados y 101 módulos, cada uno con tamaños variables. Todos han pasado ensayos de durabilidad, fuego y viento, superando 20.000 ciclos de uso sin deterioro.

FlectoLine es la prueba tangible de que la piel de un edificio puede ser mucho más que un simple contenedor pasivo. Utilizando materiales inspirados en la biología, se puede abrir el camino para una rehabilitación energética de aquellas construcciones ya existentes. Además, también podemos estar ante un nuevo tipo de arquitectura, donde forma y función se funden con el entorno. Y todo ello, en silencio y con la elegancia copiada a la naturaleza.

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